Se estima que entre 114.000 y 140.000 personas siguen desaparecidas; en abril de 1939 había más de 270.000 presos en cárceles y otros 500.000 en campos de concentración.
Las comparaciones internacionales son también significativas, situando la brutalidad del franquismo en una liga aparte. Mientras la dictadura de Augusto Pinochet en Chile dejó 3.227 asesinados y desaparecidos, y la de Argentina está asociada a unas 30.000 desapariciones (según los cálculos de las agencias mencionadas), la dictadura española registra un mínimo de 114.266 desaparecidos verificados. En Europa, durante la dictadura de António de Oliveira Salazar en Portugal (42 años) fueron asesinadas unas 200 personas y hubo menos de 30.000 presos políticos (según el historiador y ex preso político José Pedro Soares), y la dictadura fascista italiana confinó a unas 15.000 personas. Según el historiador Vincenç Navarro, por cada asesinato cometido por Mussolini, Franco cometió 10.000.
El aparato de terror del franquismo se prolongó durante varias décadas mediante la institucionalización de la tortura y una red masiva de centros de detención. Investigaciones recientes y los archivos de los campos de concentración franquistas documentan que entre 1936 y 1947 funcionaron unos 298 campos de concentración. Los historiadores señalan que la tortura fue una práctica sistemática, especialmente aplicada por la Brigada Político-Social. Hoy en día, pese a las exhumaciones, los cálculos del Gobierno español indican que solo se podrán recuperar entre 20.000 y 25.000 cuerpos, dejando a decenas de miles en el olvido.
Fuente → diariosocialista.net


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