Mònica Planas Callol
Esta semana, RTVE ha estrenado un cortometraje documental titulado A flor de tierra sobre las llamadas exhumaciones tempranas de las fosas del franquismo. La emisión se acompañó de un especial moderado por Xabier Fortes. Ambos programas se pueden recuperar en la plataforma RTVE Play.
Las exhumaciones tempranas se produjeron en 1977 en pueblos de Navarra. Los vecinos se organizaron para desenterrar a los familiares y conocidos represaliados por el franquismo. La ley no lo permitía pero tampoco lo prohibía, aunque implicaba cierta clandestinidad. El miedo era aún evidente, pero fueron más fuertes la lógica y el instinto humano de querer recuperar los restos de las personas queridas. Se hizo todo con un pico y una pala, después de un trabajo comunitario durante el que se intentó recopilar datos que permitieran identificar los cuerpos, guiado por las historias que habían quedado en el recuerdo íntimo de quienes sobrevivieron pero también en la memoria colectiva de aquellos territorios más afectados. Hay que tener presente que en Navarra no hubo frente a guerra y los 3.400 muertos que se cuentan fueron fusilados.
"A todos les parecía que eran su padre, su abuelo... pero eran todos iguales. Los habían matado a todos. [...] ¡Y con qué ternura les dejaban en esa caja! ¡No podéis imaginar con qué cuidado! Poco a poco, como si pudieran hacerles daño", dice una de las mujeres entrevistadas. Mientras, vamos viendo las películas que se filmaron de todo el proceso de exhumación. Imágenes que muestran la determinación de la gente, la emoción de recuperar los esqueletos, de tocar los huesos, la peregrinación de ataúdes hasta el foso común del pueblo... Son unas imágenes profundamente impactantes y conmovedoras porque responden a una necesidad espontánea y legítima que no espera resoluciones oficiales ni permisos. Entonces tampoco parecía que hubiera esa precaución.
La cámara observa y entrevista a los descendientes de estas víctimas en el contexto en el que sus familiares fueron asesinados o en los lugares donde se coordinaron para llevar a cabo estas exhumaciones. Se recuperan las historias de humillación y de estigmatización y se recoge el material que han conservado: cartas de despedida, cintas de casete en las que algunas personas habían grabado la voz de sus abuelos para recordar los días de terror y para preservar el máximo de información, álbumes de fotos, documentos... Todo ello conforma el legado del trazo. Sólo hay un pero: cierta reiteración al subrayar que todo ello no tenía ninguna motivación partidista ni el odio como motor, en una voluntad de eliminar cualquier carga política de unos hechos en los que la consideración política es endémica e inevitable. A flor de tierra no es nada nuevo, ni distinto, ni mejor de lo que hayamos visto antes en otros documentales en TV3 sobre la memoria histórica. Pero contribuye a reivindicar una de las grandes causas pendientes en España. De hecho, estaría bien que la emisión se convirtiera en una serie que siguiera el rastro de las fosas comunes del mapa entero y el dolor que todavía queda.
Fuente → es.ara.cat


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