Franco y su visión del capitalismo y el marxismo (1939)
Franco y su visión del capitalismo y el marxismo (1939)
Eduardo Montagut


Franco, como los puntales del régimen, siempre consideraron que tenían razón, que serían los “buenos” en relación con España dentro de su defensa intensamente maniquea de las ideologías, movimientos y personas.

Existe un texto de Franco de la primera hora que nos parece muy sugerente sobre sus ideas en relación con el capitalismo y el marxismo, además de otras consideraciones que pasamos a comentar.


Veamos el texto primero, que es un fragmento del discurso tras el primer desfile de la victoria, el 19 de mayo de 1939:
 

Terminó el frente de la guerra, pero sigue la lucha en otro campo. La victoria se malograría si no continuásemos con la tensión y la inquietud de los días heroicos, si dejásemos en libertad de acción a los eternos disidentes, a los rencorosos, a los egoístas, a los defensores de una economía liberal que facilitaba la explotación de los débiles por los mejor dotados. No nos hagamos ilusiones, el capitalismo judaico que permitía la alianza del gran capital con el marxismo que sabe tanto de pactos con la revolución antiespañola, no se extirpa en un día y aletea en el fondo de muchas conciencias.

Hacemos una España para todos: vengan a nuestro campo los que arrepentidos de corazón quieran colaborar a su grandeza, pero si ayer pecaron, no esperen les demos el espaldarazo mientras no se hayan redimido con sus obras”.

Cuestiones a comentar:

1. La Guerra habría terminado, pero continuaba la lucha porque la victoria se perdería si no se persiguiese a los que Franco consideraba los disidentes, los rencorosos, los egoístas, y a los que defendían la economía liberal que se encargaban de explotar a los débiles. En principio, parece un canto hacia la justicia social, seguramente por influencia falangista. Pero, en realidad, estamos hablando de un ejercicio puramente retórico porque, por mucha autarquía que se pusiese en marcha, y se estableciese el sindicalismo vertical dentro de las coordenadas del nacionalsindicalismo, el sistema capitalista siguió existiendo por la sencilla razón que gran parte de la clase empresarial había apoyado la sublevación y fue un puntal básico del régimen. La posible equidistancia que podría reflejar el texto nunca fue tal.

2. El capitalismo se asociaba a los judíos, en un nuevo ejercicio del antisemitismo de las fuerzas conservadoras y reaccionarias españolas de los años treinta, reflejo del internacional, y en cierta medida también de inspiración nazi. De la misma forma dicho capitalismo “judaico” estaría en contubernio con el marxismo, es decir, que los que han sido históricamente siempre enemigos, el marxismo y el capitalismo, estarían unidos por una alianza, algo que es y ha sido imposible siempre.

3. Por fin, se habla de arrepentimiento y redención para los “equivocados” ayer. Franco, como los puntales del régimen, siempre consideraron que tenían razón, que serían los “buenos” en relación con España dentro de su defensa intensamente maniquea de las ideologías, movimientos y personas. El que se arrepentía de sus “pecados” del pasado tendría un lugar, los demás, seguirían siendo perseguidos.


Fuente → nuevatribuna.es

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