Declaran 'Lugar de Memoria Democrática' el mayor centro de torturas del franquismo
Declaran 'Lugar de Memoria Democrática' el mayor centro de torturas del franquismo
 
La Real Casa de Correos de la Puerta del Sol de Madrid fue el mayor centro de torturas durante la dictadura franquista.
 
El Gobierno ha declarado la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol de Madrid, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, como Lugar de Memoria Democrática por el papel que desempeñó durante la dictadura franquista siendo la Dirección General de Seguridad (DGS), donde se produjeron torturas y crímenes de estado «por motivos políticos e ideológicos» a opositores al régimen.
 

Se cumple así una larga reivindicación de las organizaciones memorialistas, aunque todavía queda mucho camino para la Verdad, la Justicia y la Reparación, es un paso importante.

La declaración la recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicado hoy miércoles, que detalla que, tras comenzar los trámites hace un año, se declara el edificio que alojó durante 40 años la DGS como Lugar de Memoria Democrática por haber desempeñado «un papel central en la represión política y social durante varias etapas de la historia contemporánea de España, especialmente durante la dictadura franquista».

El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, considera que «todos los demócratas» deberían alegrarse de esta declaración, «para que nunca más se repitan estos actos ignominiosos».

Tras el golpe de estado fascista de Franco, la Dirección General de Seguridad «asumió un papel fundamental en la vigilancia, control y represión de republicanos, socialistas, anarquistas, comunistas, liberales y cualquier persona sospechosa de tener simpatías por las ideas contrarias al régimen», se apunta en el BOE, donde se especifica que son «numerosos los testimonios» de personas que sobrevivieron a los interrogatorios que coinciden en señalar la «extrema brutalidad» con la que se ejecutaban estas prácticas, en lo que fue un «símbolo de las violaciones de los derechos humanos durante el franquismo».

Se anuncian más ‘Lugares de Memoria’

En los próximos días el BOE publicará las declaraciones como Lugar de Memoria Democrática de la Tapia de fusilamiento del Cementerio del Este de Madrid, y la de la Prisión Provincial de Hombres de Madrid, popularmente denominada como la cárcel de Carabanchel.

El cementerio «fue testigo» de una etapa de enorme «violencia y represión». La tapia de la Almudena representa «uno de los episodios más oscuros de la represión franquista, y hoy en día es un símbolo del dolor, la resistencia y la lucha por la justicia y la verdad», reza el BOE.
Se calcula que durante la etapa comprendida entre el 16 de abril de 1939 y febrero de 1944 fueron asesinadas en este lugar 2.936 personas de numerosas localidades españolas. Al menos 44 fueron ejecutadas a garrote vil y otras muchas fueron fusiladas en la tapia sur de la necrópolis. Sus cuerpos fueron enterrados en fosas comunes dentro del propio cementerio. Entre las víctimas se cuentan 80 mujeres, entre ellas las conocidas como ‘Las trece rosas’, fusiladas el 5 de agosto de 1939.

El penal de la cárcel de Carabanchel, fue levantado por el régimen franquista entre 1940 y 1944, con la mano de obra de los propios presos del régimen, se convirtió en «uno de los emblemas represivos de la dictadura y símbolo de la nueva política penitenciaria», según explica el expediente para la declaración de este enclave como Lugar de Memoria. Su ubicación en Madrid se debió a que «los principales tribunales de represión estaban en la capital y era desde allí desde donde se centralizaban las causas por delitos políticos, homosexualidad, masonería, propaganda antifranquista y un largo etcétera de delitos definidos como tales por la dictadura».

En las celdas de Carabanchel pasaron sus últimas horas «decenas de presos antes de ser ajusticiados”, como los últimos fusilados por la dictadura el 27 de septiembre de 1975, de los que se cumplen 50 años. Los presos se encontraban “En unas condiciones de vida extremadamente duras, fruto del hacinamiento, la malnutrición, la falta de atención médica y frecuentes malos tratos por parte de los guardias». La cárcel, que se construyó como lugar de reclusión, se convirtió poco a poco en «un foco de resistencia y oposición a la dictadura».


Fuente → nuevarevolucion.es

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