Francisco González Tejera
«Después de los cañonazos desembarcó el ejército y comenzaron a disparar contra cualquiera que estuviera en la calle, incluso niños, que miraban asombrados aquel despliegue desproporcionado para unos pocos hombres que heroicamente resistían el alzamiento sedicioso…»
Tomás De Luca Sosa
El día 20 de julio de 1936 tras el golpe de estado fascista y ante los conatos de resistencia armada en el norte de Gran Canaria, el avión nazi Max von Müller, “confiscado” a la Lufthansa, lanzó octavillas desde el aire firmadas por el General Luis Orgaz, Comandante Militar de las Islas, cuyo texto sería publicado al día siguiente en el Diario de Las Palmas, actual Editorial Prensa Canaria, en las que se advierte a la población de las consecuencias de su actitud, conminándola de este modo:
“Al pueblo de Gran Canaria
Hombres y mujeres de canarias de todas las clases sociales. Españoles leales y patriotas. El movimiento militar y el levantamiento unánime de todos los hombres amantes de su nación, del orden, de la Justicia y del Derecho, es arrollador. Todas las guarniciones, absolutamente todas, se hallan unificadas en el sentimiento españolista y viven una misma emoción: la de salvar la patria de sus enemigos.
Las falsas noticias lanzadas por el gobierno faccioso y antiespañol del Frente Popular desde la Unión Radio, último reducto de los que asedian a España y la invaden con una ola de miseria, sangre y anarquía, no son bastantes para contener el levantamiento total de todos los hombres de bien.
Con el fin de someter en el más breve plazo algunos focos rebeldes existentes en esta isla de Gran Canaria, y una vez localizados, saldrán fuerzas numerosas con ametralladoras y bombas para aplastar fulminantemente con toda la energía todo conato de resistencia imponiendo medidas de rigor en proporción a los excesos que cometan y nuestros barcos les cañonearán desde el mar. A los que depongan su actitud y entreguen las armas serán respetados. Los que no se sometan en el acto o se encuentren con las armas en la mano serán fusilados inmediatamente.
A los patriotas os digo que levantéis los ánimos y confiéis en que el Movimiento triunfará. A los traidores a la causa de la patria: os intimido a que os rindáis inmediatamente.
Ya no habrá más gritos de Muera España ni la bandera que ondee será una de sangre. Serán sustituidos por gritos de Viva España y Viva la República y la bandera única será la auténticamente española llena de gloria y honor.
Gritemos pues. Viva España, Viva la República.
El General Comandante Militar de las Islas Canarias Luis Orgaz.”
Evidentemente los Vivas a la República no eran más que una manipulación al pueblo trabajador que recibía desde el aire esa proclama sediciosa. Lo que se estaba haciendo presente era una brutal y criminal dictadura fascista que se llevó por delante las vidas y la libertad de miles de canarios defensores de la democracia.
Al día siguiente martes 21 de julio el guardacostas Arcila abrió fuego con sus cañones contra las posiciones de las escasas fuerzas de resistencia en la carretera que va de los municipios de Arucas a Guía (Los Gallegos). Más tarde dispara hacia las montañas de Gáldar y Amagro, lo que generó el pánico generalizado de la población, que sacó sábanas blancas de rendición por ventanas y azoteas. Luego vinieron las ejecuciones, los encarcelamientos, las desapariciones. Fue el comienzo del brutal exterminio y de una represión desmedida.
Fuente → viajandoentrelatormenta.com


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