Sergio, el extremo valenciano que desafió al franquismo
Sergio, el extremo valenciano que desafió al franquismo
José Miguel Vigara

El exfutbolista de Levante UD y Valencia CF lució un brazalete negro cuando jugaba en el Racing de Santander para condenar los últimos fusilamientos de la Dictadura perpetrados el 27 de septiembre de 1975

«Hay algún momento en la vida en que tienes que tomar partido por las cosas en la que crees. Tienes que dejar de lado tu comodidad personal para manifestar tu postura ante la sociedad. Con los riesgos que se tienen, por ello, y que hay que asumir». Con estas palabras explica Sergio Manzanera, exfutbolista profesional de los años setenta del Levante UD, del Valencia CF y del Racing de Santander qué le llevo a ponerse un brazalete negro en el brazo izquierdo durante un partido contra el Elche para mostrar su rechazo a la ejecución de cinco militantes del FRAP y de ETA, ocurridas el 27 de septiembre de 1975. Hoy se cumplen 50 años de aquella efeméride.
 

Las cinco ejecuciones citadas fueron las últimas de la dictadura franquista y fueron fusilados tres militantes del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) —Xosé Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz— y dos miembros de ETA político-militar —Jon Paredes Manot («Txiki») y Ángel Otaegui—, tras ser condenados en consejos de guerra sumarísimos. Ni las presiones internacionales, ni las protestas obreras y ciudadanas, ni la amenaza de expulsión de la ONU para España ni siquiera la infructuosa mediación del Papa Pablo VI lograron que las autoridades franquistas dieran su brazo a torcer y, al final, estas cinco personas fueron mortalmente acribilladas.

El rapidísimo extremo valenciano, ganó la liga con el Valencia en 1970-71, a las órdenes de Alfredo Di Stefano; y posteriormente se retiró defendiendo los colores del Racing para estudiar Medicina e iniciar una larga carrera profesional como médico de empresa y médico estomatólogo. Sin embargo, fue el 28 de septiembre de 1975 cuando su nombre quedó unido para siempre a la historia de la Democracia de España. «Mi compañero Aitor Aguirre y yo mismo, habíamos estado oyendo Radio Pirenaica durante varios días y estábamos al tanto de los fusilamientos de estas cinco personas. En compañía de otro compañero, decidimos que había que hacer algo para protestar contra aquella injusticia». Sergio Manzanera se había criado además en un ambiente de ideas republicanas y siempre fue un defensor de la Democracia. Su padre, por ende, fue represaliado por el Franquismo, estuvo encarcelado y se le privó de su plaza de funcionario de Correos, simplemente porque era un hombre de ideas republicanas.

Sergio Manzanera posa para el reportaje de Levante-EMV en un parque del centro de València.

Sergio Manzanera posa para el reportaje de Levante-EMV en un parque del centro de València. / Miguel Angel Montesinos

Brazaletes hechos con cordones negros de las botas
 

Por todo ello, el día siguiente a los fusilamientos, el domingo 28 de septiembre, en el vestuario, Sergio y Aitor se colocaron sendos brazaletes negros hechos con los cordones de unas botas. Y saltaron al césped, entre la curiosidad de sus compañeros y la expectación del público de Santander. «Poco a poco fue creciendo un murmullo entre la gente a medida que avanzaba la primera parte y los aficionados se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo», recuerda. Aquello era una protesta política y un desafío al régimen franquista en toda regla. «Cuando se acabó el primer tiempo y nos fuimos al vestuario, estaba todo lleno de ‘grises’ -la policía armada de la época-», rememora. Les dijeron al presidente y al entrenador, José María Maguregui, «que nos teníamos que quitar el brazalete o nos llevaban detenidos». «Nosotros como ya habíamos conseguido el efecto que estábamos buscando, no tuvinos ningún problema en quitárnoslo de modo que nos dejaron acabar el partido y al otro día tuvimos que ir a comisaría», subraya el goleador del Valencia CF.

Al día siguiente, lunes 29, se presentaron Aitor Aguirre y él mismo en las dependencias policiales. «Nos interrogaron por separado, en salas diferentes, y conmigo fueron más benevolentes que con Aitor. Él era vasco y de familia nacionalista, y no le agredieron, ni a mi tampoco, pero sí le coaccionaron y amenazaron. A mí me preguntaban que porqué un valenciano había decidido hacer aquello. Porque les extrañaba mi postura». Al final, los soltaron, y por la tarde acudieron ante el juez. «Gracias a que no nos llevaron detenidos,nos libramos de acabar en la cárcel. Su señoría usó esa argucia legal y evitó enviarnos a prisión, pese a que en la puerta del juzgado estaban las furgonetas de los grises, listas para llevarnos a la cárcel», rememora el exfutbolista.

En aplicación de la ley antiterrorista de la época y por desorden público, el magistrado les impuso «una multa muy importante, creo que unas 100.000 o 150.000 pesetas de la época, un dinero con el que entonces te podías comprar un piso o dos», comenta. Además, ese dinero tuvieron que pagarlo en papel del Estado, lo que les complicó aún más la tarea. «Dimos con un estanquero que consiguió reunir esa cantidad en papel del Estado porque en el banco no disponían», matiza Manzanera.

Foto de Sergio Manzanera, en su época de futbolista del Valencia CF.

Foto de Sergio Manzanera, en su época de futbolista del Valencia CF. / Miguel Angel Montesinos

"Dormía con una escopeta al lado de la puerta"
 

Después de aquel episodio, Sergio pasó miedo durante varias semanas, lo mismo que Aguirre. «Recibimos -relata- amenazas de muerte de la extrema derecha de la época, de Fuerza Nueva; y también nos insultaban por la calle». Hasta el punto que Sergio, «dormía con una escopeta detrás de la puerta; la tenía porque era cazador, no porque me la comprara entonces». No en vano, el valenciano «vivía solo, porque entonces no estaba casado, en un apartamento cercano al Sardinero pero un poco aislado,y en cuanto oía el ruido del ascensor o alguien que subía por la escalera, a horas raras, me sobresaltaba», apunta.

El caso es que aquella acción de protesta dejó una huella profunda. «Lo hicimos por varios motivos. En primer lugar, porque estoy en contra de la pena de muerte. Y más, como ocurrió con aquellos fusilamientos, porque aquello no fue una ejecución, fue un asesinato ya que aquellas personas no tuvieron ni la más mínima garantía legal», defiende. Aquellos, argumenta, «fueron juicios sumarísimos y militares estaban amañados y fueron injustos... un paripé». Uno de los acusados, José Humberto Baena, recuerda Manzanera, la noche anterior de ser afusilado, «le comentó a su padre que él no había matado a nadie». De hecho, «el día anterior de los hechos estaba en el Algarve -en Portugal- a 800 kilómetros de Madrid, por tanto, con las carreteras y los coches que había entonces, no cuadra que pudiera estar al día siguiente en Madrid para matar a nadie.Yo no lo creo desde luego».

Conforme pasaron los días aquel episodio de resistencia antifranquista se fue olvidando. Sergio y Aitor pagaron la multa, y la muerte del Dictador Francisco Franco, el 20 de noviembre, aceleró la llegada de la Democracia. Entre otras cosas, con la amnistía a los presos políticos, «que se nos aplicó a nosotros», de manera que ambos futbolistas ya no tuvieron más problemas con la ‘justicia’ franquista.

Deporte y política: "Lo de Gaza es un genocidio"

Respecto a su decisión de llevar a cabo esta protesta de tipo político durante un partido de fútbol, Sergio señala: «Política y deporte han estado mezclados toda la vida. Siempre. Y siguen estando mezclados». Por eso entiende que cada persona, en tanto que deportista o no, debe tomar partido por ciertas cuestiones «de importancia», y mostrar públicamente su rechazo a ellas. En su caso, fueron «aquellos juicios injustos e ilegales», pero hoy también comparte que en la reciente Vuelta a España, haya habido protestas contra Israel. «Esta es una cosa importante por la que hay que manifestarse, el Genocidio de Gaza, porque son ellos, los israelíes los que han dicho lo que quieren hacer allí: eliminar a todos los palestinos e instalar unos resorts turísticos», reflexiona. «Y ya han matado -señala- a 60.000 personas, entre ellos, 15.000 o 20.000 niños, ¿cómo va a ser eso una guerra?, eso no es una guerra es un genocidio», lamenta.

En última instancia, Sergio Manzanera se declara un firme defensor de la Democracia. «La democracia tiene mil defectos pero es el menos malo de todos los regímenes. Porque te permite una libertad de prensa y una libertad de expresión que en la Dictadura de Franco no había. Entonces la prensa contaba lo que podía». Además, el régimen democrático, «cada cierto tiempo te permite cambiar el Gobierno, y dentro de la democracia, puedes ser de izquierdas, de derechas, o más de izquierdas o más de derechas. Por eso, no entiendo a quienes critican hoy la democracia porque es que en la dictadura por cualquier crítica al régimen podías acabar en la cárcel».


Fuente → levante-emv.com

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