Dolores Ibárruri en la pantalla: la memoria que se proyecta
Dolores Ibárruri en la pantalla: la memoria que se proyecta
Edurne Visaira Vicandi

Hay imágenes que parecen inmunes al paso del tiempo. No porque estén encerradas en un museo ni porque se repitan en efemérides, sino porque siguen respirando cada vez que las vemos. Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”, es una de ellas. Vive en fotografías de archivo, en frases que se convirtieron en consigna, en la voz que todavía, décadas después, conserva la misma cadencia de mitin y urgencia. Pero, sobre todo, vive en el audiovisual. Está en documentales que la reivindican, en noticiarios que la inmortalizaron, en ficciones donde se cuela como personaje, en series y programas que la mencionan como quien invoca un mito.
 

No es una figura que se pueda atrapar fácilmente. Ibárruri no cabe en un busto ni en una sola foto fija. Es gesto, es mirada, es palabra. Y la cámara, desde 1936, lo supo. Quizá por eso, incluso quienes no han leído una línea sobre ella reconocen la fuerza de su apodo. El audiovisual no solo conserva memoria: la construye, la moldea, y en algunos casos, la mitifica. Y en ese proceso, el caso de La Pasionaria es uno de los más reveladores.

Documentales: cuando la voz está cerca

Para muchos, el primer encuentro con Ibárruri no llega por un libro, sino por una pantalla. En el documental, su presencia no se diluye: está ella, en primera persona, hablando, moviendo las manos, encendiendo miradas. The Spanish Earth (1937), dirigido por Joris Ivens y narrado por Hemingway, ya la mostraba como símbolo de la resistencia antifascista. No era una actriz ni un personaje inventado: era una mujer en pie de guerra, literalmente, con esa mezcla de firmeza y emoción que la caracterizaba.

En plena Transición, Dolores (1981) de Jose Luis García Sánchez y Andrés Linares recuperó su figura. Un gesto político y cinematográfico en el momento justo: no era lo mismo mostrarla en 1937 que devolverla a la pantalla cuando el PCE había recuperado ya su lugar en la legalidad y en la historia. Con música de Ana Belén, Juanita Reina y Rosa León y testimonios de Paco Umbral o el recientemente fallecido actor Juan Diego se puede ver en Prime Video.

El próximo 3 de octubre se estrenará en cines Dolores Ibárruri, Pasionaria (2025), dirigida por Amparo Climent. En palabras de esta cineasta: “La vida de la Pasionaria es el ejemplo de un compromiso permanente. Su historia nos conmueve por todas las dificultades políticas y personales que tuvo que enfrentar, sin dejar nunca de luchar por un mundo más justo”.

Climent es conocida por sus éxitos en el cine sobre memoria histórica y ha recibido entre otros premios la Biznaga de Plata del Festival de Málaga en 2022 por el documental Las Cartas Perdidas que trataba sobre cartas de mujeres que sufrieron la represión franquista, el Premio Pilar Bardem de la Academia del Cine y la Medalla de Oro del real Círculo Artístico de Barcelona.

Tras su paso por el Festival de Málaga, donde Dolores Ibárruri, Pasionaria fue presentada en la Sección Pases Especiales, la cinta fue aclamada por la crítica y el público, consolidándose como un documental imprescindible para las nuevas generaciones.

La narración se enriquece con la voz de su nieta, Lola Ruíz-Ibárruri Sergueyeva, y un elenco de figuras clave como Mario Amorós, Mirta Núñez, Aida Sánchez Montero, Enrique Santiago, Cristina Almeida, Fernando Hernández Sánchez, Marisa Castro, Víctor Díaz Cardiel, Teresa Aranguren, Willy Meyer, Julieta Serrano, Paquita Sauquillo, Carmen Calvo y muchos más, quienes aportan contexto, emoción y memoria a esta historia imprescindible.

Ficción cinematográfica: el personaje que se escapa

En la ficción, su presencia es escasa y, cuando aparece, suele ser en pequeñas pinceladas. La referencia más visible en los últimos años sigue siendo Hemingway & Gellhorn (2012), una producción de HBO dirigida por Philip Kaufman que recrea el romance entre el escritor estadounidense y la reportera de guerra Martha Gellhorn. Allí, La Pasionaria es un personaje secundario, pero interpretado con el respeto de quien sabe que encarna a una figura que no se puede banalizar. Su aparición no pretende desarrollar su biografía, sino situarla como parte del paisaje humano y político de la Guerra Civil, en medio de periodistas, brigadistas y comandantes republicanos. Es breve, pero suficiente para que, incluso desde el fondo, atraiga la atención.

La interpreta la actriz chilena Leticia Herrera y sale en un par de escenas ambientadas en Madrid durante la Guerra Civil, dentro de la parte de la historia donde Hemingway y Gellhorn trabajan como corresponsales.

Su presencia es breve, pero claramente identificada: está caracterizada con su ropa oscura, pañuelo al cuello, gesto firme y el castellano con acento vasco-castellano marcado. Básicamente, la ponen en su contexto histórico, rodeada de dirigentes y brigadistas, sin desarrollar trama propia, pero como figura reconocible en el paisaje político del momento.

En el cine español, resulta llamativa la ausencia de una gran producción que cuente su vida de principio a fin. No hay una “biopic” que aborde su infancia en Gallarta, su paso a la militancia, su papel en la defensa de Madrid, su exilio en la URSS, las pérdidas familiares, su regreso en 1977 y su última etapa como símbolo de una memoria incómoda. Y es extraño: pocas vidas ofrecen un arco narrativo tan potente y tan visual. La falta de este retrato cinematográfico integral dice tanto de la industria como de la figura: hablar de ella obliga a posicionarse, y eso, para algunos productores, es un riesgo que prefieren evitar.

Archivos y noticiarios: la electricidad del momento

Ahí está el corazón de todo. Las imágenes de 1936, arengando a Madrid; las de 1939, despidiéndose desde la frontera; las de 1977, regresando al Congreso tras la legalización del PCE. No hay artificio que supere eso. Son documentos que no solo registran historia: transmiten la temperatura política de cada instante.

La Filmoteca Española y RTVE custodian parte de ese legado, pero el verdadero tesoro para quien quiera conocer de verdad a La Pasionaria está en el Archivo Histórico del Partido Comunista de España. Allí no solo se conservan discursos y fotografías, sino grabaciones íntegras de mítines, intervenciones parlamentarias, entrevistas y materiales audiovisuales que nunca han tenido una difusión masiva. Son imágenes que no han pasado por el filtro de productoras externas ni por la tijera de montajes ajenos: se mantienen fieles a lo que fueron, con todo su contexto político intacto.

En esos fondos se puede ver a Dolores Ibárruri en toda su dimensión: la oradora que llenaba plazas, la dirigente que participaba en reuniones internacionales, la militante que nunca se desconectó de la base obrera. También hay materiales más íntimos, que rompen la imagen rígida del mito: momentos de descanso en giras internacionales, saludos a delegaciones extranjeras, conversaciones informales con camaradas. Esa mezcla de la figura pública y la mujer que vive su militancia día a día es lo que hace que estos archivos tengan un valor que va mucho más allá de lo histórico: son un acto político en sí mismos.

Series y televisión: evocación y filtro

En televisión, Ibárruri aparece como parte de un mosaico más amplio. Memoria de España, Los Años de La Transición, incluso Cuéntame cómo pasó, la mencionan o la representan brevemente. Es un símbolo reconocible, casi inevitable cuando se recorre el siglo XX español.

Dolores Ibárruri vive en esas imágenes. A veces como mito, a veces como mujer de carne y hueso. Siempre como voz que incomoda y alienta. Y quizá ese sea su mayor logro: que incluso hoy, en una época que fabrica iconos desechables a la velocidad de un tuit, su figura siga teniendo el peso de lo irremplazable.

No hay efectos digitales que puedan replicar esa mirada. Ni lo necesitamos. Lo que dijo, lo que hizo y cómo lo hizo sigue siendo de una claridad que atraviesa décadas. Porque hay voces que, aunque las quieran enterrar, encuentran siempre la manera de ser escuchadas.

Y si alguna vez nos preguntamos por qué sigue importando, tal vez baste recordar sus propias palabras, dichas en un mitin en plena Guerra Civil, mirando a los ojos a la gente: “No hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos”.

Presentación del documental "Dolores Ibárruri. Pasionaria" en la Fiesta del PCE

Pase especial del documental de Amparo Climent, «Dolores Ibárruri. La Pasionaria» 

Sábado 27 septiembre – 18h – Espacio Josefina Samper (Fiesta PCE 2025)



Fuente → mundoobrero.es

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