
Ni tan siquiera los afroamericanos, como Crawford Morgan consiguieron lograr los mismos derechos políticos y sociales combatiendo al fascismo, como él, en la Segunda Guerra Mundial.
Con Hitler en marcha y el fascismo iniciando la lucha en España, sentí que podía servir a dos propósitos: sentí que si combatíamos a tiempo a los fascistas en España, la tendencia de las cosas evitaría un baño de sangre posterior. Sentí que si no combatíamos a Franco y parábamos ahí el fascismo, se extendería sobre muchas partes del mundo. Y ya es bastante malo que los blancos vivan bajo el fascismo, la gente blanca a la que le gusta la libertad y la democracia. Pero los negros no podían vivir bajo el fascismo. Tenía que ser aniquilado.”
Morgan, nacido en 1910, en Carolina del Norte, había estado comprometido con las luchas sociales desde su adolescencia, se afilió en 1932 a la Young Communist League USA, y trabajaba como impresor. Llegó a España a finales de marzo de 1937, estuvo destinado en la infantería adscrito al Batallón Mackenzie-Papineau y posteriormente trasladado al Batallón Lincoln-Washington, y luchó en los frentes de Benicasim, Brunete, Quinto (donde fue herido en una pierna), Belchite, y del Ebro, y regresó a EEUU en diciembre de 1938, cuando se desarrollaba la decisiva ofensiva franquista de Cataluña.
“Sentí que tenía una idea bastante buena de lo que era el fascismo y la mayoría de sus ramificaciones. Siendo consciente de lo que el gobierno fascista italiano les hizo a los etíopes, y también de la forma en que yo y todos los demás negros de este país han sido tratados desde la esclavitud, pensé que había una idea bastante buena de lo que era el fascismo. Tenemos bastantes tendencias fascistas en este país. No llegó al punto de tomar las armas y matando a mucha gente, pero durante mucho tiempo los negros han sido linchados en este país por turbas, y eso era fascismo en pequeña escala.”
Con gran convicción declaró estas palabras ante la SACB, tal vez recordando episodios como el Tulsa Race Riot de 1921, en el que una de las comunidades negras más ricas de EEUU fue atacada, causando más de un centenar de muertos, 800 heridos y 10.000 afroamericanos quedaron sin hogar. Ni tan siquiera los afroamericanos, como Crawford Morgan consiguieron lograr los mismos derechos políticos y sociales combatiendo al fascismo, como él, en la Segunda Guerra Mundial. En el ejército norteamericano sirvió en una unidad totalmente negra, hasta 1946.
“En España al grupo franquista no le gustaba la democracia. Y se rebelaron contra el pueblo después de las elecciones de 1936 e intentaron clavar sus ideas en las gargantas del pueblo español amante de la libertad. Así que yo, siendo negro, con todas las cosas que he tenido que aguantar en este país, tenía una idea bastante clara de lo que era el fascismo y no quería ser parte de eso. Tuve la oportunidad de combatirlo allí con balas y fui allí y combatí a balazos. Si tengo la oportunidad de pelear con balas nuevamente, pelearé con balas nuevamente.” Declaró ante el tribunal que intentaba ilegalizar a la asociación de Veteranos de la Brigada Abraham Lincoln, declarándola organización subversiva.
Después de dejar el ejército, Crawford Morgan, residió en Norfolk, Virginia, donde trabajó como camionero hasta 1949, y después se trasladó a Regresó a Nueva York y se convirtió en impresor offset.
“No, desde que llegué a España hasta después de que me fui, durante ese período de mi vida, me sentía como un ser humano, como un hombre. La gente no me miraba con odio en los ojos porque yo era negro, y no me rechazaron esto o lo otro porque era negro. Me trataron como al resto de las personas, y cuando has estado en el mundo durante bastante tiempo y han sido tratados peor de lo que la gente trata a sus perros, es una sensación muy agradable ir a algún lugar y sentirme como un ser humano.”
Fuente → nuevarevolucion.es
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