El franquismo se atrinchera en el callejero de Madrid: Almeida se desentiende de la Ley de Memoria
El franquismo se atrinchera en el callejero de Madrid: Almeida se desentiende de la Ley de Memoria / Inés García Rábade
 
La Plataforma Calles Dignas ha elaborado un catálogo que identifica hasta 58 calles con reminiscencias franquistas en la capital.
Nombres de vecindarios, centros educativos, parques, monumentos... Madrid conserva numerosas referencias a personajes e hitos de la dictadura.
 
De caminata por el antiguo paseo del tranvía, que conecta Moncloa con Ciudad Universitaria, llama la atención una peana vacía. Una columna que permanece desnuda, sin busto, desde hace ya algo más de dos años. No siempre fue así. Lo revela su inscripción: José Ibáñez Martín. El primer ministro de Educación nombrado por Franco. El lugar donde permanece colocado su antiguo sostén no es baladí. Mirando al Arco de la Victoria. ¿Acaso hay muchos monumentos en Madrid que ensalcen de manera tan evidente los casi 40 años de dictadura? Pero no todo el espacio les pertenece. Discurre entre ambos nada menos que la Avenida de la Memoria. Antes Avenida de la Victoria. En breve, por la alianza de PP y Vox en el pleno municipal del distrito, Avenida de la Concordia. Una disputa por nombres, significados y espacios que es en realidad una disputa por la memoria. Por cómo y a quién recordamos
 

El busto de Ibáñez Martín permaneció expuesto durante cinco décadas de democracia. Su retirada, el pasado 13 de febrero de 2023, no fue en respuesta a la recién aprobada Ley de Memoria. No fue un ejercicio de justicia o de reconocimiento de sus víctimas. Se retiró "por motivos de seguridad" y "para valorar su posible restauración", según fuentes de la propia universidad. Tampoco es el único homenaje al exministro dentro de los espacios de la Complutense. Retrocediendo apenas unos pasos, entre el pabellón de Gobierno de la universidad y la antigua residencia de profesores, una calle interior ostenta todavía el nombre del antaño ministro. La calle del Ministro Ibáñez Martín. Un callejón pequeño y de acceso privado, pero que ahí sigue. En honor del responsable del mayor expurgo de docentes de la universidad. Docentes que sufrieron penas de inhabilitación, destierro o fusilamiento. Que, ya en democracia, fueron condenados al olvido. Y ya se sabe que quien olvida su historia…

Ni Ibáñez Martín es el único capitoste del franquismo homenajeado en Madrid, ni las instalaciones de la Complutense el único espacio en el que -a día de hoy- se siguen consintiendo estos homenajes. Monumentos, plazas, centros educativos, parques… El propio callejero de la capital preserva entre sus páginas guiños a distintos personajes e hitos de la dictadura. Como a Fernando Primo de Rivera, líder de facto de la Falange durante la detención de su hermano, o al quince de agosto de 1936, fecha de la instauración de la bandera franquista. Todo ello a pesar de que la Ley de Memoria Democrática, aprobada en octubre de 2022, obliga explícitamente a su retirada de los entornos públicos. Casi tres años después, el Ayuntamiento de Madrid la sigue incumpliendo.

La Justicia se posiciona contra la memoria

"Algunos de estos nombres llegaron a cambiarse, pero se recuperaron en los tribunales", recuerda Iván Pérez Marinas, portavoz de la Plataforma Calles Dignas - Maestra Justa Freire. Fue el caso de hasta seis de las 52 calles con reminiscencias franquistas que modificó Manuela Carmena durante su período al frente del Consistorio de la capital. Una sentencia inédita del Tribunal Superior de Justicia de Madrid concluyó en 2021 que no exaltaban ni la sublevación, ni la represión de la dictadura. Los únicos supuestos que atendía la Ley de Memoria Histórica de 2007. O bien que respondían a méritos previos a la Guerra Civil. El nuevo gobierno municipal, encabezado por José Luis Martínez Almeida, decidió acatar la decisión del tribunal, sin siquiera plantearse la posibilidad de recurrir la sentencia. Así, reaparecieron en el registro, entre otras, la calle del General Millán Astray, la calle de los Caídos de la División Azul o la calle del Crucero Baleares.

"Los jueces se esmeraron en encontrar argumentos para legitimar la continuidad de los nombres franquistas", valora Iván Pérez Marinas

"Millán Astray fue jefe de la Oficina de Prensa y Propaganda del bando sublevado durante la Guerra Civil y llegó a ejercer como procurador en las Cortes por designación directa de Franco", esgrime Pérez. A pesar de todo, el TSJM sentenció que no podía probarse su participación directa en el golpe de Estado o en la dictadura. Y la calle recuperó el nombre del general como su designación oficial. Un proceso similar ocurrió en el caso de la División Azul. "Estamos hablando de soldados que lucharon como parte de una unidad de infantería del ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial", incide Pérez. La mayoría de los cuales habían combatido en las filas del ejército sublevado durante la Guerra Civil. De nuevo, el tribunal falló que se trataba de consideraciones ajenas al golpe de Estado o la dictadura y que la calle debía retomar su nombre previo. 

El caso de la calle Crucero de Baleares fue otro de las más controvertidos. "Se trata de uno de los barcos que usó el bando sublevado para bombardear a los civiles que huían de Málaga en la llamada Desbandá, ocasionando una masacre", denuncia el doctor en historia. Con cerca de 6.000 víctimas civiles. El tribunal madrileño no lo consideró tampoco argumentación suficiente y se aferró a que podía tratarse de un homenaje a las víctimas que fallecieron durante el hundimiento del propio buque. Sin vulnerar, por tanto, la entonces Ley de Memoria. "Los jueces se esmeraron más en encontrar argumentos para legitimar la continuidad de los nombres franquistas que en estudiar la argumentación histórica aportada para justificar su remplazo", condensa Pérez. "Y el ayuntamiento encontró en esta sentencia la coartada perfecta para no intervenir en favor de la memoria", añade.

 Feminizar el callejero

Almeida no ha sido el único alcalde que ha contribuido al mantenimiento de los nombres franquistas de algunas calles. "Carmena también rechazó en su momento el cambio de otras seis calles del distrito Latina", desarrolla Pérez. "Fue una iniciativa de Ahora Madrid, a la que se adhirió el PSOE, y que salió adelante en la junta del distrito en 2018", continúa. El proyecto consistía en el remplazo de seis calles con denominaciones franquistas por nombres de mujeres especialmente simbólicas para el movimiento feminista. "La calle Ocho de Marzo, por el día de la mujer; la Plaza Rosa Parks, por su activismo dentro del movimiento antirracista; la calle de Ana María Matute, por su valor como escritora; la de Concha García Campoy, como representante del mundo de la comunicación; la Costanilla de Mercedes Gaibrois, como destacada historiadora; y la calle de Marie Tharp, como representante del ámbito de las ciencias y la investigación", enumera el historiador.

La iniciativa salió adelante en el pleno, sí. Pero se estancó en la tramitación municipal. "La alcaldesa, que ostentaba en ese momento las competencias de la consejería de cultura, consideró 'improcedente' el cambio, porque las calles no se habían incluido en un primer momento en su plan de adecuación del callejero de Madrid, aprobado por el Comisionado de Memoria", reprocha Pérez. El proyecto se quedó guardado en un cajón. En su lugar se sigue homenajeando a personajes como Darío Gazapo, golpista en Melilla. A altos cargos de la dictadura como Federico Mayo. Incluso a Rafael Finat, hijo del que fue uno de los alcaldes franquistas de Madrid, el Conde de Mayalde.

Todavía sin catálogo oficial

El Gobierno central tampoco termina de cumplir con lo recogido en la Ley de Memoria. En su artículo 36, la norma obliga a la elaboración de un catálogo completo de símbolos franquistas para facilitar su posterior eliminación o sustitución. "Desde la asociación, nos reunimos a principios del año pasado con el Secretario de Estado de Memoria Democrática, que nos trasladó que lo tendrían listo en breve. Más de un año después, no sabemos nada", refiere Pérez.

Público se ha puesto en contacto con el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática para preguntarle por el estado del mencionado catálogo. Fuentes ministeriales confirman a esta diario que la elaboración del mismo se está tramitando como un Real Decreto. Añaden que pasará por el Consejo de Estado en septiembre y se aprobará sobre mediados de octubre.

Frente a la lentitud administrativa, la Plataforma Calles dignas se ha propuesto construir su propio catálogo de vestigios franquistas en la capital. Para, una vez identificados, eliminarlos uno a uno. En total, la asociación contabiliza hasta 58 calles. Además de doce centros educativos. Como el Ramiro de Maeztu. "Tuvo varios cargos en la Asamblea Nacional Consultiva de la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Pero es que además fue uno de los impulsores de Acción Española, organización y revista que sirvieron de base ideológica para el golpe de Estado de 1936", explica el historiador. No se olvidan de centros de salud como el General Fanjul o paradas de metro como García Noblejas, en la línea 7.  Moscardó, Varela, Suanzes o Girón. Reconocidos generales y ministros de Franco siguen dando nombre a otros espacios comunitarios de la capital. "Como vecindarios, zonas verdes y conjuntos deportivos", confirma Pérez.   

"No podemos seguir tolerando homenajes a golpistas, cómplices y beneficiados de la dictadura", exige la Plataforma Calles Dignas

Una última categoría: monumentos, emblemas y placas. Con un caso paradigmático, el del Museo del Aire y del Espacio de Cuatro Vientos. La plataforma contabiliza en su interior hasta catorce elementos referentes a la dictadura, expuestos sin ningún tipo de argumentación histórica. Entre ellos, un monumento en honor al propio dictador. "Como este, tenemos registrados decenas de casos por toda la ciudad, y habrá muchos más", reconoce el portavoz de la asociación.

"Es un trabajo que debería partir de las administraciones públicas, pero no hay suficiente voluntad política. Y tampoco se le da prioridad necesaria", recrimina Pérez. Con un llamamiento especial al Ayuntamiento. "El registro de las calles es de su competencia. Son los primeros responsables", insiste. Desde la Plataforma Calles Dignas continuarán defendiendo un callejero exento de referencias franquistas, alineado con las políticas de memoria y que respete los valores democráticos. "No podemos seguir tolerando homenajes a golpistas, cómplices y beneficiados de la dictadura. En detrimento de sus víctimas y de la propia democracia", sentencia su portavoz.


Fuente → publico.es

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