El acto en Arucas reunió a familiares, autoridades y miembros de la sociedad civil para rendir tributo a las víctimas de desapariciones forzadas y reafirmar el compromiso con la memoria histórica.
Pino Sosa, que preside la Asociación por la Memoria Histórica de Arucas, (AMHA), donde el desaliento no encuentra acomodo, lo volvió a dejar bien claro este sábado, 30 de agosto, en la Plaza de la Constitución de la norteña ciudad. Y lo hizo sin poder pronunciar palabra alguna. “A sus 88 años la emoción la embarga y ocurre con frecuencia”, dijo su hija, Rita Sosa, en la ofrenda floral posterior en el cementerio de la localidad.
Esta jornada de homenaje a las personas represaliadas en la Guerra Civil (1936-1939), con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, designado por la ONU, viene a significar, entre otras consideraciones, que no deberíamos olvidar a los verdaderos demócratas. “Nunca los olviden”, dijo Rita Sosa, tomando las palabras de su madre, emocionada y aguantando las lágrimas sinceras que brotaban de su rostro.
Una brillante jornada que sirvió para dejar las cosas en su sitio: exposiciones, recorridos por la Memoria Histórica del lugar y flores en el cementerio: todo ello condujo a luchar contra los intolerantes y los propagadores de bulos.
A continuación, Irene Díaz leyó parte del Manifiesto de Desaparecidos. Y luego un minuto de silencio con la voz y la música de Pedro Guerra. El recorrido por la Memoria Traumática de Arucas lo condujo eficazmente Octavio Gómez. Y la hija de Pino Sosa, Rita, ya en el cementerio, pronunció las palabras que dijimos antes.
Por último, las flores volvieron a ganar protagonismo en su eterno y nuevo lenguaje.
Fuente → infonortedigital.com
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