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20 cosas que SÍ que hizo el franquismo (y que no debemos olvidar)
Represión política masiva
Tras la Guerra Civil, el régimen de Franco llevó a cabo miles de ejecuciones y encarcelamientos. Juicios sumarísimos sin garantías sirvieron para liquidar a militantes republicanos, sindicalistas, intelectuales y campesinos. La represión fue planificada como una forma de exterminar cualquier oposición.
Represión política masiva
Tras la Guerra Civil, el régimen de Franco llevó a cabo miles de ejecuciones y encarcelamientos. Juicios sumarísimos sin garantías sirvieron para liquidar a militantes republicanos, sindicalistas, intelectuales y campesinos. La represión fue planificada como una forma de exterminar cualquier oposición.
Presos políticos y trabajos forzados
Se crearon campos de concentración y prisiones donde miles de republicanos sufrieron condiciones inhumanas. Muchos fueron obligados a trabajar como mano de obra esclava en carreteras, embalses, monumentos y el famoso Valle de los Caídos.
Prohibición de partidos y sindicatos
Todos los partidos fueron prohibidos, excepto la Falange. Se ilegalizaron sindicatos obreros, dejando solo al “Sindicato Vertical”, controlado por el régimen. Esto aplastó la organización obrera y sofocó décadas de lucha social.
Censura cultural y mediática
Libros, periódicos, películas y canciones pasaban por censores que recortaban cualquier contenido “peligroso”. La cultura quedó domesticada: desde la literatura prohibida de escritores republicanos al control total de la prensa.
Reeducación de mujeres
Instituciones como la Sección Femenina de la Falange impusieron el modelo de mujer sumisa: esposa obediente, madre sacrificada y ama de casa. Además, las mujeres “rebeldes” podían acabar en centros de reeducación, donde se las adoctrinaba en moral católica.
Nacionalcatolicismo en la educación
La enseñanza quedó bajo control de la Iglesia Católica. Se enseñaban dogmas religiosos, patrióticos y anticomunistas, moldeando generaciones enteras en la obediencia al régimen y la fe ciega.
Persecución de las lenguas cooficiales
Catalán, euskera y gallego fueron prohibidos en escuelas, administración y prensa. Hablar tu lengua materna podía costar sanciones. El régimen buscaba imponer el castellano como única lengua “nacional”.
Niños robados
Miles de hijos de republicanos fueron arrebatados de sus familias y entregados a instituciones religiosas o familias afines al régimen. El objetivo: borrar el “gen rojo” y criarlos bajo los valores franquistas y católicos.
Policía política y torturas
La Brigada Político-Social y la Guardia Civil practicaban detenciones arbitrarias, palizas y torturas brutales en comisarías. Nombres como Billy el Niño simbolizan esa violencia institucionalizada.
Control moral y sexual
El régimen persiguió la homosexualidad, el adulterio y cualquier “inmoralidad”. Había cárceles para homosexuales y leyes específicas que castigaban la disidencia sexual y de género.
Misoginia legal
Las mujeres eran ciudadanas de segunda. Necesitaban permiso del marido para abrir cuentas, trabajar o viajar. El franquismo las redujo legalmente a ser dependientes de los hombres.
Propaganda y culto al líder
El aparato de propaganda difundía la imagen de Franco como “salvador de España”. El NO-DO en los cines, los retratos en las escuelas y los discursos constantes construyeron un culto al líder propio de regímenes fascistas.
Ausencia de derechos y libertades
No existía libertad de expresión, reunión ni manifestación. Las huelgas estaban prohibidas y la disidencia se pagaba con cárcel. La democracia fue abolida durante casi 40 años.
Depuración laboral
Maestros, médicos, abogados y funcionarios republicanos fueron expulsados de sus empleos por “desafectos al régimen”. Muchos perdieron su sustento simplemente por pensar diferente.
Hambre y racionamiento
La posguerra trajo hambre generalizada. Con cartillas de racionamiento, la población sobrevivía con lo mínimo, mientras los poderosos accedían a comida a través del mercado negro.
Militarización de la vida pública
Generales y militares ocuparon cargos clave en el gobierno y la administración. La vida civil quedó sometida a la disciplina y jerarquía militar.
Vigilancia vecinal
El franquismo creó una red de delatores: vecinos, curas o falangistas que espiaban la vida de los demás. Cualquier crítica podía acabar en denuncia, cárcel o destierro.
Aislamiento internacional
Tras la Segunda Guerra Mundial, España quedó aislada por su afinidad con Hitler y Mussolini. Este aislamiento frenó el desarrollo económico y mantuvo al país en el atraso durante décadas.
Desigualdad social extrema
Mientras la oligarquía, la Iglesia y la Falange vivían con privilegios, las clases populares sufrían pobreza, paro y falta de derechos. El franquismo fue un régimen de ricos contra pobres.
Memoria borrada
Las víctimas republicanas fueron condenadas al olvido. Fosas comunes ocultaron miles de cuerpos, y durante décadas se prohibió hablar de ellas. El dolor de miles de familias quedó silenciado.
Se crearon campos de concentración y prisiones donde miles de republicanos sufrieron condiciones inhumanas. Muchos fueron obligados a trabajar como mano de obra esclava en carreteras, embalses, monumentos y el famoso Valle de los Caídos.
Prohibición de partidos y sindicatos
Todos los partidos fueron prohibidos, excepto la Falange. Se ilegalizaron sindicatos obreros, dejando solo al “Sindicato Vertical”, controlado por el régimen. Esto aplastó la organización obrera y sofocó décadas de lucha social.
Censura cultural y mediática
Libros, periódicos, películas y canciones pasaban por censores que recortaban cualquier contenido “peligroso”. La cultura quedó domesticada: desde la literatura prohibida de escritores republicanos al control total de la prensa.
Reeducación de mujeres
Instituciones como la Sección Femenina de la Falange impusieron el modelo de mujer sumisa: esposa obediente, madre sacrificada y ama de casa. Además, las mujeres “rebeldes” podían acabar en centros de reeducación, donde se las adoctrinaba en moral católica.
Nacionalcatolicismo en la educación
La enseñanza quedó bajo control de la Iglesia Católica. Se enseñaban dogmas religiosos, patrióticos y anticomunistas, moldeando generaciones enteras en la obediencia al régimen y la fe ciega.
Persecución de las lenguas cooficiales
Catalán, euskera y gallego fueron prohibidos en escuelas, administración y prensa. Hablar tu lengua materna podía costar sanciones. El régimen buscaba imponer el castellano como única lengua “nacional”.
Niños robados
Miles de hijos de republicanos fueron arrebatados de sus familias y entregados a instituciones religiosas o familias afines al régimen. El objetivo: borrar el “gen rojo” y criarlos bajo los valores franquistas y católicos.
Policía política y torturas
La Brigada Político-Social y la Guardia Civil practicaban detenciones arbitrarias, palizas y torturas brutales en comisarías. Nombres como Billy el Niño simbolizan esa violencia institucionalizada.
Control moral y sexual
El régimen persiguió la homosexualidad, el adulterio y cualquier “inmoralidad”. Había cárceles para homosexuales y leyes específicas que castigaban la disidencia sexual y de género.
Misoginia legal
Las mujeres eran ciudadanas de segunda. Necesitaban permiso del marido para abrir cuentas, trabajar o viajar. El franquismo las redujo legalmente a ser dependientes de los hombres.
Propaganda y culto al líder
El aparato de propaganda difundía la imagen de Franco como “salvador de España”. El NO-DO en los cines, los retratos en las escuelas y los discursos constantes construyeron un culto al líder propio de regímenes fascistas.
Ausencia de derechos y libertades
No existía libertad de expresión, reunión ni manifestación. Las huelgas estaban prohibidas y la disidencia se pagaba con cárcel. La democracia fue abolida durante casi 40 años.
Depuración laboral
Maestros, médicos, abogados y funcionarios republicanos fueron expulsados de sus empleos por “desafectos al régimen”. Muchos perdieron su sustento simplemente por pensar diferente.
Hambre y racionamiento
La posguerra trajo hambre generalizada. Con cartillas de racionamiento, la población sobrevivía con lo mínimo, mientras los poderosos accedían a comida a través del mercado negro.
Militarización de la vida pública
Generales y militares ocuparon cargos clave en el gobierno y la administración. La vida civil quedó sometida a la disciplina y jerarquía militar.
Vigilancia vecinal
El franquismo creó una red de delatores: vecinos, curas o falangistas que espiaban la vida de los demás. Cualquier crítica podía acabar en denuncia, cárcel o destierro.
Aislamiento internacional
Tras la Segunda Guerra Mundial, España quedó aislada por su afinidad con Hitler y Mussolini. Este aislamiento frenó el desarrollo económico y mantuvo al país en el atraso durante décadas.
Desigualdad social extrema
Mientras la oligarquía, la Iglesia y la Falange vivían con privilegios, las clases populares sufrían pobreza, paro y falta de derechos. El franquismo fue un régimen de ricos contra pobres.
Memoria borrada
Las víctimas republicanas fueron condenadas al olvido. Fosas comunes ocultaron miles de cuerpos, y durante décadas se prohibió hablar de ellas. El dolor de miles de familias quedó silenciado.
“Comparte para que nadie olvide lo que realmente fue el franquismo
Fuente → saltimbanquiclicclic.blogspot.com
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