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En las dos primeras semanas de campaña, según la prensa republicana malagueña El Popular, no intervino ninguna mujer en los mítines y actos electorales del Frente Popular en Málaga y su provincia, lo cual era una vergonzosa anomalía si lo comparamos con las demás provincias andaluzas o con el resto de las principales capitales del Estado español. Ninguno de los partidos que conformaban la coalición electoral en dicha provincia: principalmente Partido Socialista, Partido Comunista, Izquierda Republicana y Unión Republicana, con sus respectivas Juventudes, subieron a las tribunas malagueñas a ninguna de sus militantes.
Sin embargo, en la tercera y en la última semana de campaña, una única mujer va a destacar por participar activamente en varios de esos actos: Estrella o «Estrellita» Morales Gómez. Cuando tres años después solicitaba en la Embajada de México en París poder embarcar rumbo al país norteamericano como refugiada republicana, comentará que una de las razones por las que no podía volver a la España de Franco, pues su vida corría un peligro cierto, era por haber sido propagandista del Frente Popular compartiendo tribuna como oradora con los candidatos Cayetano Bolívar (del Partido Comunista), Luis Velasco Damas y Emilio Baeza Medina (ambos de Izquierda Republicana), Vicente Sarmiento Ruíz (del Partido Socialista) y Federico Alva Varela (de Unión Republicana y director de El Popular), «entre otros».
Estrella no mentía. Aunque El Popular malagueño era el único medio que recogió información de los actos del Frente Popular, la profusión de mítines que tuvieron lugar durante la campaña en una provincia con más de cien municipios hacía imposible que se reseñaran todos, ni mucho menos, en la prensa. A pesar de eso, hay constancia de que Estrella intervino en ocho localidades: Álora, Torrox, Olías, Monda, Guaro, Coín, Cártama y Arroyo de Jaboneras. Y debieron ser algunos más, pues en ellos no intervino con todos los candidatos que relacionaba con tanta precisión en su solicitud ante la Embajada mexicana.
Esta amplia presencia de Estrella Morales en la campaña electoral de las elecciones del 16 de febrero de 1936 contrasta con la muy exigua de otras mujeres, según la prensa malagueña. La activa secretaria de la Unión Republicana de la localidad de Tebas, Rosario García Chamorro, solo intervino una única vez en su pueblo y lo hizo para presentar a los oradores masculinos del mitin; la sindicalista y periodista anarquista, Ángeles Díaz Yrrizarri, intervino también una sola vez en la barriada del Puerto de la Torre, y por último, la obrera ferroviaria y veterana republicana malagueña Victoria Merino González (apodada la «Victoria Kent») intervino junto a Estrella en el mitin de Torrox. Y eso es todo. Decepcionante, ¿no? Y por eso, destaca aún más la presencia de una jovencita de 15 años que se montaba en el autobús de la Comisión de Propaganda del Comité del Frente Popular que salia de la Plaza de la Constitución de Málaga en compañía de su padre, y recorría tantos kilómetros para subirse a los balcones de las plazas o a las tribunas de salones abarrotados de obreros y campesinos, hombres y mujeres, para pedir el voto para el Frente Popular antifascista y de izquierda.
Estrella pertenecía en aquel momento a la Juventud de Izquierda Republicana (JIR), aunque en algún mitin también representó a la propia Izquierda Republicana, y no era una simple militante más. De hecho, en un acto de propaganda pre-electoral celebrado el sábado 11 de enero de 1936 a las 10 de la noche en la localidad de Triana (pedanía de Vélez-Málaga) Estrella intervino junto a los líderes indiscutibles de la JIR de la capital, Pelayo Varea y Arturo Caracuel.
Tras su exitosa y activa participación en la campaña electoral del Frente Popular, Estrella Morales se convirtió en colaboradora del diario republicano El Popular, verdadero portavoz del Frente Popular malagueño. Su primer artículo recuperado es del 28 de febrero de 1936, es decir, cuando aún seguía teniendo 15 años, y se titulaba «Los muertos hablan» con el sobretítulo de «Imprecaciones», que comenzaba así:
¡La noche! ¡Qué tristeza se refleja en el rostro del enfermo cuando ve que el crepúsculo vespertino va extendiendo sus alas en el firmamento y el espacio va entregándose paulatinamente a la negra oscuridad!
¡La noche! ¡Qué horror le infunde a la gente cuya conciencia está cargada de injusticias! ¡Qué horror experimentará «D. Gil Robles, el Jefazo»… cuando vea que miles de fantasmas se acercan a su lecho y en danza macabra le gritan: «Somos los mártires de la Libertad, los vilmente asesinados por mandato tuyo y de los tuyos; somos las víctimas de tu crueldad…
El texto trataba de los hijos de los mineros asesinados en Asturias en Octubre de 1934, que en número de miles fueron acogidos solidariamente por obreros de decenas de ciudades, incluida Málaga; un motivo recurrente en los distintos mítines del Frente Popular.
Y su relevancia en la política republicana malagueña no decayó. El 14 de abril de 1936 se celebró en la localidad de la Axarquía malagueña, Riogordo, un acto para conmemorar el quinto aniversario de la proclamación de la Segunda República. El ayuntamiento y el pueblo de Riogordo, junto al ayuntamiento de la vecina localidad de Periana que llevó su banda municipal, acudieron a las 6 de la tarde a la entrada del pueblo para recibir a la comitiva de oradores. La primera en hablar desde el balcón del Ayuntamiento de Riogordo fue Estrella Morales, que lo hacía en calidad de miembro de Izquierda Republicana. Después lo hicieron los diputados electos Luis Velasco Damas (Izquierda Republicana) y Vicente Sarmiento (Partido Socialista). Según la reseña de El Popular, Estrella Morales, después de saludar a los trabajadores de Riogordo, hizo historia de la labor realizada en materia de enseñanza por los gobernantes del Frente Popular en los dos meses de mandato, recomendando a los maestros del pueblo que realizaran una labor intensiva en material social para consolidar definitivamente la República, y convertirla de verdad en un República de trabajadores. Por último, se refirió a la Reforma Agraria, ahora nuevamente impulsada, mencionando los asentamientos campesinos de la provincia ya verificados y los que aún estaban pendientes y no tardaría mucho en materializarse.
Cinco días después, en la Asamblea celebrada el 19 de abril con asistencia de numerosas representaciones de las Juventudes de Izquierda Republicana (JIR) de la provincia, se constituyó un nuevo Consejo Provincial cuya Junta Directiva quedó formada por el Presidente Arturo Caracuel Gómez (practicante de 20 años y secretario de la JIR de Málaga desde su fundación en mayo de 1935), la Vicepresidenta Estrella Morales Gómez y el Secretario General Rafael Carbonell Bonmatí (maestro nacional de 26 años), entre otros cargos, donde no había ninguna otra mujer.
Además, en aquellos meses anteriores al triunfo del Frente Popular, Estrella fue elegida Tesorera del Comité local de la Juventud de Izquierda Republicana de Málaga y en la Secretaria Femenina de la Federación Universitaria Escolar (FUE) de Málaga, a la que también pertenecía el alumnado de Bachillerato, teniendo precisamente uno de sus locales en el propio Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de la calle Gaona.
No sabemos qué pudo pasar, pero Estrella dejó de militar en Izquierda Republicana y abandonó sus cargos en las semanas previas al 18 de julio. De forma paralela, se va a acercar a las Juventudes Socialistas Unificadas, donde terminará militando. Y en el plano profesional se va a convertir en periodista y en redactora del diario Julio que comenzó a publicar la Federación Gráfica Española (Sección de Málaga) -afecta a la UGT- el día 22 de julio de 1936, después de haber incautado la imprenta y locales del diario conservador y filofascista El Cronista. Esta Federación Gráfica tenía una importante y numerosa «Fracción Comunista», y de hecho el director de Julio a partir del 7 de septiembre de 1936 fue el dirigente comunista Bernardo Parra Anaya.
El 29 de octubre de 1936, apareció en el diario Julio la convocatoria de un concurso literario sobre la Guerra que había organizado junto con la FUE. Los trabajos debían remitirse a la Redacción de Julio hasta el 15 de noviembre, y con los diez mejores trabajos seleccionados se publicaría un Folleto. A partir del día 18 de noviembre, en el faldón de la última página del diario se fueron publicando como «Folletín de Julio» las narraciones seleccionadas, y la tercera de ellas fue la escrita por Estrella Morales, titulada «Diez y ocho de julio», que se pudo leer los días 25, 26 y 27 de noviembre.
Su relato comenzaba narrando poéticamente el amanecer del 18 de julio de 1936 en Málaga:
La aurora de la mañana, el crepúsculo matutino va extendiendo paulatinamente sus alas en el firmamento. En el horizonte dibújase alborear el nuevo día. Los trinos de los pajarillos, el cántico de las aves, el arrullo de las aguas del manso arroyuelo en su caminar ribera abajo, fieles amigos del astro anunciador del día, inseparables compañeros del pacífico viajero, del mañanero caminante, del campesino que azadón al hombro camina campo atraviesa, cruza trochas y veredas, caminos cubiertos de abrojos aptos para el cultivo…
La ciudad recobra el tráfico interrumpido por el descanso nocturno. (…)
Estrella narraba cómo los vendedores de periódicos de la mañana voceaban la «insurrección de las plazas de Marruecos» y cómo en nombre del «jefe de las fuerzas militares de Marruecos», de Franco, se levantaron en armas contra el Gobierno de la República, «contra las libertades ciudadanas». Y continuaba después con los primeros acontecimientos de Málaga: «Los pacíficos habitantes se ven sorprendidos ante el desfile de una Compañía del Ejército mandada por el trístemente célebre capitán Huelín, declarando el estado de guerra», y al grito de «¡UHP!» del pueblo comenzaron los disparos y la lucha. La lucha continua hasta bien entrada la noche. El tableteo de las ametralladoras, el «paqueo» continuo de los del “orden”, déjase escuchar en el silencio de la noche con lóbrego silbido. ¡Allá de madrugada, la victoria de los leales proclámala al viento! ¡La gesta heroica de Málaga pone fin a la insurrección!…¡Málaga la bella, la primera en el peligro de la Libertad, la de los típicos percheles y castizos trinitarios, consolida el lema de su escudo en tan solo nueve horas!
Estrella contaba en un pasaje del relato algo muy personal: Yo que cuento con dieciséis años he podido observar en los pueblos que en propaganda electoral he visitado, cómo la juventud se militarizaba, como la camisa roja y celeste [de las Juventudes Socialistas Unificadas] era el entusiasmo del joven proletario, y sabía que tras la victoria electoral vendría la lucha. El reptil fascista repudiado por la conciencia popular no se resignaría a perder lo que las urnas le habían quitado legalmente. Así lo hice constar y así se me respondió: “Ahora les venceremos…, si se levantan, les aplastaremos”. Pero no había sido así… Estrella fue clarividente.
Estrella había visto en los pueblos que visitó una firme convicción en un ideal, y por eso mostraba esta imagen sugestiva: «Somos los guerrilleros espartanos que en el paso de las Termófilas destrozaron al magno Ejército persa».
Y así concluía su trabajo esta jovencita de 16 años:
Antes la muerte, antes la última gota de nuestra sangre, el último átomo de vida, que ultrajar la memoria de millares de héroes.
Honraremos la memoria de los caídos, ofreciéndoles como tributo la bandera de la VICTORIA.
Como puede verse, su trabajo no era nada literario precisamente, ni entraba en la categoría de «folletín» como género dramático de ficción, tal como habían pedido en las bases del concurso, pero la fuerza que denotaba, y la firmeza y la convicción en la victoria que destilaba fueron determinantes para que lo eligieran para su publicación en unos graves momentos de incertidumbre en los distintos frentes de Málaga. Y también fue la causa, como ella misma dirá meses después, para que la contrataran como redactora del «diario del pueblo», teniendo un Carnet que la acreditaba como tal, afiliada por tanto a la UGT, y que conservó hasta el final de la guerra, sin que se sepa cuáles de las diversas columnas sin firmar que se pudieron leer en Julio pudieron ser de su autoría.
Este trabajo «literario» -o más bien de carácter histórico- también tuvo como recompensa que Estrella fuese elegida en la siguiente asamblea de la Federación Gráfica de Málaga como vocal femenino del Comité Ejecutivo de la misma.
Pasaron varias semanas sin saber nada de su actividad política, hasta que la prensa comenzó a publicitar un «gran mitin femenino» que se iba a celebrar en el cine «Petit Palais» de Málaga el 10 de enero de 1937 organizado por el Radio n.º 2 del PCE de Málaga, y donde Estrella Morales iba a intervenir en calidad de miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Gráfica, según unos periódicos, y en nombre del Partido Comunista en otros. Todas las demás oradoras eran las más destacadas comunistas de aquellas semanas de guerra, incluida la capitana del «Batallón México», Anita Carrillo. Sin embargo, aunque hasta aquella misma mañana así se anunciaba, finalmente, sin hacerse público el motivo, Estrella no participó en el primer mitin exclusivo de mujeres que se celebró en Málaga.
Del resto de la guerra no se conocen muchos más datos de Estrella Morales. Salió de Málaga con su familia poco antes de la toma franquista de la ciudad de Málaga los primeros días de febrero de 1937, y acabó estableciéndose en Valencia donde terminó sus estudios de Bachillerato en el Instituto «Luis Vives» de la ciudad.
Con el título de Bachillerato bajo el brazo, Estrella se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras, pero de nuevo el curso de la guerra impidió que ni siquiera iniciara la licenciatura. El Gobierno de la República abandonó Valencia y se estableció en Barcelona, y desde allí publicó una Orden de 4 de febrero de 1938 en la que, «debido a la incorporación a filas del Ejército de la República de gran número de Maestros nacionales y la incesante creación de Escuelas primarias, lo que han producido un desequilibrio notable entre el número de aquéllos y el de éstas en todo el territorio sometido al Gobierno legitimó de España», autorizaba a las Delegaciones provinciales de Primera Enseñanza para que designaran como Auxiliares docentes para proveer de plazas de maestros y maestras en aquellas escuelas cuyos puestos no se hubieran cubierto con los Maestros Nacionales o los interinos, a aquellos alumnos de Bachillerato y de Magisterio que tengan aprobados al menos tres cursos de sus respectivos estudios.
Así es como Estrella se convirtió en «Auxiliar docente», siendo nombrada Maestra responsable de la Escuela n.º 2 del municipio gerundense de Capmany (en el Alto Ampurdán), donde ejerció también en los meses que estuvo allí destinada como «Secretaria de Cultura, Sport y Masas» de las Juventudes Socialistas Unificadas y miembro de la FETE-UGT.
Tras la toma de Barcelona el 26 de enero de 1939 por las fuerzas franquistas del general Yagüe, y la ofensiva imparable hacia Gerona y la frontera francesa, el 2 de febrero de 1939 Estrella y su familia cruzaron la frontera por Port Bou (Gerona) y, tras ser separado del padre que fue internado en el vecino Campo de concentración en las playas de Argelés-sur-Mer, ella, su madre y sus dos hermanos pequeños fueron trasladados a 500 kilómetros de allí, a Saint-Rambert-sur-Loire, en la lejana Región de Ródano-Alpes, cuya capital es Lyon, y allí se alojaron en una Residencia de Ancianos que hizo las veces de un reducido Centro de Refugiados Españoles.
La actividad epistolar de Estrella Morales, que aún tenía 18 años, ante las autoridades mexicanas en Francia; ante Juan Larrea, secretario de la «Junta Cultural Española»; y ante la aristócrata escocesa Katherine Marjory Ramsay o Duquesa de Atholl presidenta del Comité Nacional Británico de Ayuda a los Refugiados Españoles, con sede en Perpiñán, para conseguir un pasaje a México como refugiada política, fue intensa, constante y fructífera.
Todas estas gestiones tuvo su recompensa, y finalmente, Estrella y su familia zarpó el 13 de julio de 1939 en el vapor «Mexique», junto a 2.200 refugiados más, que salió del Puerto de Pauillac (Burdeos-Gironda) y llegó el 27 de julio a Veracruz (México).
De su estancia en México apenas se conoce nada más. Se estableció con su familia en la capital México DF, terminó los estudios para convertirse en Catedrática de Geografía y obtuvo la nacionalidad mexicana. El último dato cierto que se conoce de su vida es que el 5 de abril de 1955, con 34 años, Estrella llegó al puerto estadounidense de Brownsville (Texas) a bordo del buque alemán «Vulkan» que había salido de Tampico (México) con destino a Amberes, Ámsterdam y Hamburgo haciendo escala en Houston (Texas), Galveston y Nueva Orleans. Viajaba sola y tenía pasaporte mexicano. Toda su familia vivió en México DF y sus hermanos Francisco y Encarnación se casaron y murieron en su nueva patria mexicana. De Estrella Morales Gómez, la «niña prodigio» republicana de «Málaga la Roja» nada más de supo… Otro refugiada republicana más, y de una gran talla intelectual como Estrella, ha quedado allá en las «cunetas» del exilio, desaparecida.
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