A los 45 años del asesinato de la joven revolucionaria Yolanda González (vídeo)

A los 45 años del asesinato de la joven revolucionaria Yolanda González (vídeo) / Claudia Melián Santana 

Su asesino, Emilio Hellín se convirtió en "asesor" de las "Fuerzas de Seguridad del Estado"

El asesinato de Yolanda González en 1980 es uno de los episodios más oscuros de la Transición española. Su crimen, ejecutado por militantes de extrema derecha con vínculos en los cuerpos de seguridad del Estado, evidencia que el paso de la dictadura a la democracia estuvo marcado por la violencia y la impunidad. Cuatro décadas después, su historia y la de otros jóvenes asesinados siguen siendo un símbolo de memoria y lucha (...).

El 1 de febrero de 1980, Yolanda González Martín, una joven vasca de 19 años, era secuestrada y asesinada en Madrid por miembros de la organización fascista Fuerza Nueva. Estudiante de electrónica y activista comprometida, su muerte se convirtió en un símbolo de la violencia política que marcó la Transición española.

Tras la muerte de Francisco Franco en 1975, el Estado español inició un proceso de Transición que daría lugar al actual Régimen monárquico. Contrariamente a lo que han establecido la historiografía ocificial y los medios de comunicación,  este periodo estuvo lejos de ser pacífico. El movimiento obrero y estudiantil protagonizó numerosas movilizaciones en demanda de libertades y derechos, enfrentándose a la resistencia de sectores reaccionarios y a la represión estatal. En este clima de tensión, surgieron grupos de extrema derecha que, con la connivencia de ciertos aparatos del Estado, perpetraron actos violentos contra activistas y opositores políticos.

Yolanda, originaria de Vizcaya, se había trasladado a Madrid para continuar sus estudios y trabajar. Participaba activamente en la Coordinadora Estudiantil madrileña, representando a su centro en un movimiento que desafiaba las políticas educativas del gobierno de Adolfo Suárez. En diciembre de 1979, las protestas estudiantiles alcanzaron su punto álgido con una manifestación de más de 100.000 estudiantes contra la Ley de Autonomía Universitaria y otras medidas gubernamentales. Estas movilizaciones fueron reprimidas violentamente, resultando en la muerte de dos estudiantes, José Luis y Emilio, a manos de las fuerzas de seguridad.

El asesinato de Yolanda González

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El 1 de febrero de 1980, Yolanda fue secuestrada en su domicilio por individuos que se hicieron pasar por policías. Durante el trayecto en coche, fue asesinada y su cuerpo abandonado en un descampado en las afueras de Madrid. Las investigaciones revelaron que los autores materiales del crimen fueron Emilio Hellín e Ignacio Abad, miembros de Fuerza Nueva. A pesar de las condenas judiciales, la implicación de la cúpula de esta organización fascista y su conexión con sectores de las fuerzas de seguridad del Estado nunca fueron plenamente esclarecidas.

Colaboración de Emilio Hellín con las fuerzas policiales españolas

Tras su condena por el asesinato de Yolanda González, Emilio Hellín Moro no solo cumplió una parte reducida de su pena, sino que posteriormente logró integrarse en instituciones estatales. Bajo el nombre de Luis Enrique Hellín, trabajó como asesor para la Guardia Civil y la Policía Nacional en áreas como terrorismo y crimen organizado. Entre 2006 y 2013, exceptuando 2007, Hellín recibió contratos públicos del Gobierno español para instruir a agentes en técnicas de seguridad informática y análisis de comunicaciones. Además, impartió formación a policías autonómicas, incluyendo a los Mossos d'Esquadra y la Ertzaintza. Esta colaboración generó una gran polémica al conocerse su pasado criminal y su vinculación con grupos de extrema derecha.

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Reivindicaciones y homenajes a Yolanda González hasta la actualidad
 
Desde su asesinato en 1980, la figura de Yolanda González ha sido recordada y homenajeada por compañeros, familiares y colectivos sociales. Cada año, en el aniversario de su muerte, se realizan actos en su memoria en diversas ciudades españolas. Por ejemplo, en Bilbao, su ciudad natal, se le ha rendido homenaje con la colocación de una placa y una ofrenda floral en su honor.  En Madrid, donde fue asesinada, también se han llevado a cabo múltiples actos conmemorativos, incluyendo concentraciones y charlas que destacan su compromiso político y denuncian la impunidad de los crímenes de la Transición.  Estos homenajes buscan mantener viva su memoria y reivindicar la lucha por la justicia y contra el fascismo que Yolanda representaba. 
 
Otros casos de jóvenes asesinados durante la Transición

El caso de Yolanda no fue un hecho aislado. Durante la Transición, numerosos jóvenes perdieron la vida en circunstancias similares, evidenciando la violencia y represión que caracterizaron este periodo. A continuación, se detallan algunos de estos casos:

  • Javier Fernández Quesada: Estudiante de biología de 22 años en la Universidad de La Laguna, en Tenerife. El 12 de diciembre de 1977, durante una protesta estudiantil en apoyo a una huelga general, Javier fue alcanzado por un disparo de la Guardia Civil en las escalinatas del Paraninfo universitario, resultando en su muerte. Este suceso conmocionó a la sociedad canaria y se convirtió en un símbolo de la represión estatal durante la Transición.

  • Manuel José García Caparrós: El 4 de diciembre de 1977, durante una manifestación en Málaga a favor de la autonomía andaluza, Manuel, de 19 años, fue asesinado por disparos de la policía. A pesar de las décadas transcurridas, el caso sigue sin esclarecerse completamente, y la familia continúa exigiendo justicia y la desclasificación de los documentos relacionados con su muerte.

  • Germán Rodríguez: El 8 de julio de 1978, durante las fiestas de San Fermín en Pamplona, se produjo una carga policial contra manifestantes que protestaban por la prohibición de una pancarta. Germán, de 27 años, fue alcanzado por disparos de la policía, falleciendo en el acto. Este incidente es recordado como uno de los episodios más violentos de la Transición.

  • José Luis Cano Pérez: El 11 de mayo de 1977, en una manifestación en Madrid en apoyo a la legalización del Partido Comunista de España, José Luis, de 21 años, fue asesinado por disparos de la policía. Su muerte generó una ola de indignación y protestas en todo el país.


Impunidad y memoria histórica
 
La Transición española ha sido frecuentemente idealizada como un proceso modélico hacia la democracia. Sin embargo, la realidad muestra una etapa marcada por la violencia política y la represión. Se estima que durante este periodo hubo al menos 178 muertes atribuibles a la violencia policial, ya sea en manifestaciones, incidentes o bajo tortura.
 
La mayor parte de estos crímenes quedaron impunes, y las víctimas y sus familias aún claman por justicia y reconocimiento. La Ley de Amnistía de 1977 garantizó  la impunidad de los responsables de violaciones de derechos humanos. A día de hoy, numerosas organizaciones y colectivos continúan luchando por la memoria histórica, buscando verdad, justicia y reparación para las víctimas de la violencia estatal y de extrema derecha durante la Transición.

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