Las Jornadas llegan este año a su 14ª edición. En 2018, las dedicamos a las maestras de la República. Este año (del 11 al 27 de enero) presentaremos, dentro del contexto del exilio provocado por la guerra española, una exposición sobre las Hermanas Úriz Pi, elaborada por el Memorial Democrático de la Generalitat de Catalunya.
Las hermanas Úriz Pi eran navarras que realizaron su labor docente en Catalunya. Impulsaron la pedagogía Freinet, colaboraron en la revista Batec, que reunía a maestros que trabajaban con esa orientación, y ayudaron al renacimiento de la enseñanza en los años 30 del siglo pasado en nuestro país. Han logrado cierto reconocimiento, ya que en las cuatro capitales catalanas hay calles con su nombre. Por su actuación, en 1939 tuvieron que exiliarse; su destino fue Francia, donde, ante la invasión de Hitler, con otros republicanos españoles, colaboraron con la resistencia antinazi. Tuvieron que volver a huir de la persecución; terminaron en Berlín, donde murieron. Pasaron su vida huyendo de la doble represión, la nazi y la franquista, que no les permitía regresar a casa.
El apoyo del Ayuntamiento de Subirats nos ha permitido, año tras año, rememorar hechos que han marcado la historia de nuestro país hasta el día de hoy. Es impactante poder realizar sesiones dirigidas al alumnado de secundaria sobre lo que vivieron y sufrieron sus abuelos o bisabuelos. Hoy, cuando se blanquea continuamente el franquismo por parte de los sectores nostálgicos de la dictadura y de algunos medios de desinformación, es importante y necesario proporcionar información histórica fidedigna. Hay que animar a todos, hay que animarnos a los docentes, a no pasar por alto los hechos de la guerra civil española y el régimen franquista posterior. Hay que superar el desinterés o el miedo. Es cierto que los currículos prescriptivos son demasiado largos, pero nos corresponde, por ética docente, adaptarlos y concretar lo más importante para nuestro alumnado. La memoria histórica (segunda república, golpe de estado, guerra y dictadura) y la historia y cultura del pueblo gitano están actualmente dentro del currículo que se debe impartir; lamentablemente, si no se imparte todo, habrá pocas quejas. Se critica el supuesto bajo nivel en lengua y matemáticas de los estudiantes, pero aparecen pocos comentarios sobre el desconocimiento de nuestra historia reciente por parte de los adolescentes que están en las aulas.
Hoy, cuando se blanquea continuamente el franquismo por parte de los sectores nostálgicos de la dictadura y de algunos medios de desinformación, es importante y necesario dar información histórica fidedigna.
Uno de los carteles que tenemos expuestos en Subirats dice: “Objetivo de la República: ninguna criatura sin escuela”. Es importante recordar a los docentes de la época republicana, reivindicar el esfuerzo de los gobiernos de aquellos años (1931-1938) en pro de la educación para todos, con una perspectiva laica y crítica del conocimiento. Hay que recordarlo para que no se olvide y poder revisar la situación actual de la enseñanza en nuestro país y en la mayoría de los países europeos. Aquellos maestros, hombres y mujeres, enseñaban de forma crítica y luchaban por cambiar la sociedad, una tarea educativa que fue una apuesta para formar una sociedad más justa. Y por eso, un montón de docentes fueron depurados y apartados de la enseñanza o incluso asesinados durante la victoria de los franquistas.
Hoy, en una sociedad que aún arrastra las secuelas de esa dictadura, hay que recordarles para no olvidar nunca su legado, y porque, aunque quizás no vivamos una situación tan convulsa como la que ellos sufrieron (o sí), los retos sociales y políticos actuales requieren una actitud similar de compromiso y conciencia crítica. Tenemos delante problemas importantes, empezando por el caos climático y las grandes desigualdades socioeconómicas que provocan la grave crisis de la vivienda, la pobreza, los comportamientos racistas…
La enseñanza debería ser un vehículo de transformación social, como se intentó en la época republicana.
Personas como las que recordamos en Subirats este año pusieron en peligro su vida por enseñar lo que debía saberse y actuar de manera coherente con lo que predicaban. Hoy no tenemos que ser héroes, pero debemos cumplir con lo que se espera de nosotros. No podemos presumir mucho de enseñanza crítica frente a las grandes mentiras de los medios de desinformación ni de impulsar o dar apoyo a las luchas por una vivienda digna para todas las familias de nuestro alumnado, por ejemplo.
Teniendo en cuenta el contexto social donde se desarrolla nuestra tarea, los maestros y profesores tenemos la responsabilidad de ayudar a nuestro alumnado a pensar críticamente sobre los problemas sociales que afectan a todos. En esta línea, la enseñanza debería ser un vehículo de transformación social, como se intentó en la época republicana. Debemos evitar que las generaciones actuales se queden desconectadas de la realidad que las rodea, sin las herramientas para luchar por una mejora social que favorezca, sobre todo, al sector más desfavorecido de la población.
No podemos permitir que el olvido gane la batalla contra la verdad, como pretenden los políticos de derecha y no tan de derecha. Y debemos seguir luchando por una escuela que sea, como también nos dice Freire, un instrumento para la libertad y la transformación social.
Fuente → catalunyaplural.cat
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