Del Régimen del 78 a la Tercera República: Un Futuro por Construir
Del Régimen del 78 a la Tercera República: Un Futuro por Construir

Un año más, desde Unión Republicana expresamos nuestro rotundo rechazo a la Constitución monárquica impuesta en 1978, cuya nefasta efeméride se conmemora hoy.

El republicanismo no es un accesorio, una moda pasajera o un simple recurso político. Es la máxima expresión de una democracia plena, donde todos los poderes del Estado emanan exclusivamente de la soberanía popular y están sujetos a un control periódico y democrático.

Desde Unión Republicana, abogamos por un proceso restituyente que restablezca la legitimidad constitucional de 1931, arrebatada al pueblo español por el violento golpe de Estado de 1936. La Constitución republicana de 1931, que representó un avance hacia la soberanía popular, la democracia y la justicia social, fue brutalmente interrumpida por cuarenta años de dictadura. La monarquía impuesta por Franco, a través de la Constitución de 1978, mantuvo los privilegios de la oligarquía franquista, perpetuando un régimen que niega al pueblo la capacidad de decidir su destino. Casi un siglo después, ha llegado el momento de restituir la República, recuperar nuestra plena soberanía y construir un nuevo modelo de país, más democrático, justo y moderno, basado en una nueva Constitución republicana adaptada a los tiempos actuales y fiel a los principios de libertad, igualdad y fraternidad.

En las últimas décadas, hemos visto cómo la Constitución de 1978, vendida como el cimiento inamovible de nuestra democracia, ha sido, en realidad, una herramienta moldeada al antojo de las élites políticas y económicas. En 2011, para satisfacer los dictados de la Unión Europea y los mercados financieros, esta “sagrada e intocable” Constitución fue modificada en unas pocas horas con la complicidad de los principales partidos políticos del régimen. Este hecho demostró que no es la Constitución la que es inamovible, sino los intereses de quienes la sostienen y se benefician de ella.

Hoy, casi medio siglo después de su aprobación, la Constitución del 78 muestra su verdadera naturaleza: un instrumento que perpetúa los privilegios de unos pocos, mientras niega a la ciudadanía la posibilidad de decidir sobre cuestiones esenciales, como el modelo de Estado. La monarquía, una institución heredada del franquismo y ajena a los valores democráticos, sigue siendo intocable bajo este marco jurídico, blindada por una red de intereses que priorizan la continuidad del régimen sobre el bienestar y la justicia social.

Desde Unión Republicana, afirmamos que esta Constitución no es reformable en profundidad porque quienes la sostienen siempre buscarán preservar los privilegios que garantiza, lo que hace necesaria una ruptura democrática. Los partidos que se autoproclaman constitucionalistas solo buscan ajustes cosméticos que mantengan intacto el statu quo, garantizando un marco legal que perpetúe sus intereses. Para ellos, este régimen es inmejorable porque ningún otro les permitiría seguir prosperando a costa del pueblo.

La realidad es evidente: esta Constitución ha agotado su recorrido. Intentar cumplirla o reformarla equivale a poner parches en un sistema que favorece la corrupción, la desigualdad y la impunidad. La Constitución del 78 no es un legado democrático; es un lastre que impide avanzar hacia un futuro más justo y digno.

A medida que crezca la conciencia y el compromiso ciudadano en la sociedad española, se abrirán nuevas oportunidades para restaurar la República, sentando las bases de una democracia plena, soberana y avanzada, capaz de responder a las aspiraciones del pueblo y a los retos del futuro.

Un régimen no se legitima por las palabras que figuran en su Constitución, sino por su capacidad para defender esos principios en la práctica. Y el actual sistema ha demostrado ser incapaz de ofrecer seguridad, bienestar y esperanza al pueblo español.

Frente a quienes buscan perpetuar este sistema y a quienes apuestan por reformas superficiales, Unión Republicana defiende un proceso restituyente que siente las bases de la Tercera República Española. Una República soberana, democrática y justa, que respete la voluntad popular y asegure un sistema político transparente y participativo, y garantice la separación efectiva de los tres poderes como pilar fundamental de su funcionamiento.

En este 6 de diciembre de 2024, no celebramos la Constitución del 78, un símbolo de la continuidad de un régimen agotado. En cambio, reafirmamos nuestro compromiso con la construcción de una República que devuelva la soberanía al pueblo.

Sigamos trabajando juntos y unidos para fortalecer los valores republicanos y construir el pilar fundamental de la Tercera República Española. El futuro es republicano y se construye desde la memoria y la justicia.

¡Viva la República!

Fuente → Unión Republicana 

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