A lo largo de casi cuatro décadas, el régimen franquista dejó una cicatriz en la historia de España con su autoritarismo, imposición de la Iglesia católica, censura, represión política y social. Las repercusiones de la dictadura se extendieron a varias naciones, entre ellas, la nuestra.
Para el caso de México este período trajo a aproximadamente 25 mil exiliados españoles, generando nuevas dinámicas culturales. El gobierno del entonces presidente, Lázaro Cárdenas, implementó una política de solidaridad internacional, ya que respaldó la elección democrática y reconocía la legitimidad de la Segunda República Española, una posición compartida con la Unión Soviética y Cuba.
Aunque México no tenía abundantes recursos económicos, puesto que estaba recuperándose de una revolución, buscó la manera de enviar al bando republicano en España alimentos, medicamentos y armas.
En 1937, desde Burdeos, Francia, el navío de vapor Mexique trajo a Morelia, Michoacán, a 456 niños, hijos de republicanos, para alejarlos del conflicto hasta que acabara la guerra, pero por delante aún quedaban la Segunda Guerra Mundial y muchos años de dictadura.
El liderazgo cardenista apoyó a los que eran perseguidos por las dictaduras fascistas en Europa. El 13 de junio de 1939, el buque Sinaia, el cual transportó a muchos libertarios durante 20 años, llegó al puerto de Veracruz con aproximadamente mil 600 refugiados españoles, combatientes en la Guerra Civil española. Este hecho marcó la llegada masiva de exiliados.
En ese mismo año, Gilberto Bosques Saldívar, cónsul general de México en Francia, fue el encargado de proteger al que fue presidente de la República española, Manuel Azaña, y auxiliar a miles de republicanos al instalarse en dos Castillos de Marsella, a los cuales les colocó la bandera mexicana.
México se convirtió en el hogar de muchos opositores del franquismo que huían de la represión. Después de la Guerra Civil Española (1936- 1939), republicanos, intelectuales, trabajadores y artistas, como el cineasta Luis Buñuel, conocido por dirigir el largometraje de “Los olvidados”, y la poeta Concepción Méndez, autora de la antología poética “Entre sombras y sueños”, se vieron forzados a abandonar su patria.
También destacó Luis Cernuda, impecable poeta, traductor y crítico literario, quien en 1949 llegó a Coyoacán y empezó a trabajar como profesor de medio tiempo en la Universidad Nacional Autónoma de México; Juan Ramón Jimenez, miembro de la “generación del 98” junto con el poeta Rubén Darío, premio Nobel de Literatura en 1956 y autor de la obra “Platero y yo”, llegó a México en 1936 y permaneció en el exilio el resto de su vida.
En 1941 llegó Remedios Varo, quien se consolidó como una de las pintoras surrealistas que marcaron nuevos rumbos para las artistas mexicanas. Sus obras representaron a México en exposiciones internacionales junto a Lilia Carrillo y Leonora Carrington.
Aquellos españoles despojados de su tierra tuvieron la ideología de luchar por la libertad, la justicia social y los derechos humanos. Su integración al campo intelectual mexicano proporcionó nuevos enfoques pedagógicos, impulsó las traducciones de textos en el Fondo de Cultura Económica, lo que contribuyó al libre acceso de los lectores mexicanos a obras de importancia filosófica, y respaldó la creación de instituciones como la Casa de España, precursora del Colegio de México y el Colegio Madrid.
El rechazo mexicano hacia el franquismo colocó a nuestro país en una situación comprometida y, aunque reconoció a la República española, no tuvo relaciones comerciales con ella porque resguardaba a los enemigos del franquismo.
La transición española
El 20 de noviembre de 1975, tras la muerte de Francisco Franco, España dio paso a una nueva etapa histórica conocida como la Transición Española. Este proceso estuvo marcado por la apertura política y la llegada de la democracia, la cual implicó la legalización de partidos políticos,la descentralización del Estado, elecciones libres y la redacción de una nueva Constitución en 1978.
En febrero de 1977,con José López Portillo como presidente de México, Fernando Arias Salgado, del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, se reunió en México con Santiago Roel, secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de México, para poner en marcha el diálogo que reanudó las relaciones diplomáticas que ambos países tenían antes del estallido de la Guerra Civil española.
La dictadura franquista, entre muchos otros ejemplos, dejó en evidencia el sufrimiento, las pérdidas y el trauma que genera cualquier forma totalitarista de gobierno.
Así mismo, resaltó la respetuosa gratitud que México tuvo por el humanismo, concediendo asilo político a cuantos españoles lo solicitaron.
“No os recibimos como náufragos de la persecución dictatorial, sino como a exponentes de la causa imperecedera de las libertades del hombre.” Esta fue la frase emitida por el presidente Lázaro Cárdenas al recibir a los refugiados españoles que llegaron a México en el buque Sinaia el 13 de junio de 1939.
Fuente → lajornadadeoriente.com.mx
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