Las almas perdidas

Francisco Ballesteros: guionista de cómics, pero también de cine y teatro.  Autor de La casa de la veleta y el reloj del sol (2020), Cretino (2021) y Las almas perdidas (2024). Ganador de múltiples premios por sus guiones.

Juan Alarcón (1979), Quintanar del Rey, Cuenca: dibujante con una acreditada experiencia, sus primeras publicaciones fueron historias cortas en fanzines como El Arca de las Historietas y Sinónimos de Lucro, para pasar pronto a trabajar en el extranjero con encargos personales y editoriales pequeñas como 300 Posts, Markosia o ComicWatch. En el año 2021 comenzó a publicar manga a través de la editorial Kame kame Ediciones y luego trabajó como ayudante de la mangaka Sukemaru para el mercado japonés. En España publicó Evil War (2016), a través de la editorial Drakul; La Amante Cartesiana (2016), con la editorial Egales, y Dark Hearts (2017) con la editorial Nowevolution.

Pilar Tarifa: estudió pintura y dibujo en la Escuela de Artes y Oficios Massana de Barcelona, y pintura mural en la Real Academia Catalana de Bella Artes de Sant Jordi, diseñadora, ha expuesto sus obras en numerosas ocasiones. Actualmente trabaja en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. En el mundo del cómic no se le conoce más colaboración que la de Las almas perdidas. 

Las almas perdidas es un cómic impactante y desasosegante a partes iguales, todo lo que en él se nos cuenta tiene ese carácter. La historia se mueve en cuatro momentos diferenciados: la historia de los bebés robados en la cárcel de mujeres de Saturrarán, la matanza de Aguaucho, el papel de la iglesia y la derecha política en la desaparición de bebés y su negativa a investigar estos casos, y el papel de los dos Relatores de Naciones Unidas. La narración se va alternando entre estos cuatro hilos argumentales, formando una historia muy potente y poco previsible, que sorprende al lector de una manera poco común.

Para articular la narración, contarnos toda esta información y conseguir que la misma forme un conjunto eficaz, el guion se compone de 14 capítulos. El primero te sitúa rápidamente sobre el argumento central, el robo de los bebés. A través de él conocemos la historia de Ángela, una joven presa en la cárcel de mujeres de Saturrarán, la cárcel vasca símbolo de la represión y escenario de un inmenso sufrimiento, a la que arrebatan a su hijo Manuel, y que con una profunda tristeza y sufrimiento a pesar de los años transcurridos, responde a las preguntas de los Relatores que investigan el caso de los bebés robados; seguidamente, en este capítulo,  conocemos al periodista al que le pasan el dossier de las almas perdidas, que cuando lo lee decide investigar dicho dossier. 

Para narrarnos la parte de la matanza de Aguaucho – un cortijo andaluz situado en el municipio de Fuentes de Andalucía, Sevilla – el cómic utiliza 4 capítulos. Dicha matanza fue un caso real ocurrido el 17 de agosto de 1936, en el que asesinaron a 5 mujeres jóvenes; pero en Fuentes de Andalucía la represión franquista se llevó por delante a 116 personas, 25 de ellas mujeres, cifra que señala a este pueblo como uno de los municipios donde las mujeres sufrieron con mayor dureza la represión, a pesar de la ausencia de conflicto en esta zona. Conviene recordar que dicha represión obedecía a las soflamas del fascista Gonzalo Queipo de Llano, personaje pérfido y lleno de contradicciones, que a través de la radio alentaba a asesinar a los rojos y violar a las mujeres republicanas. Producto de ese ambiente y seguramente de la reforma agraria, la justicia social, el divorcio, la desposesión de los privilegios de los terratenientes y la iglesia, y todas las reformas sociales iniciadas por el gobierno de la República, la represión se cebó en todo el país, en un cálculo de víctimas imposible de cuantificar, pero que se puede situar en torno a las 150.000 personas. La más famosa de todas ellas, la de Federico García Lorca, que fue asesinado dos días después de la matanza de Aguaucho, en pleno éxtasis de represión.  

Para explicarnos el papel de la iglesia y la derecha política el cómic utiliza 4 capítulos. El papel de la iglesia en apoyo al franquismo, justificación de sus crímenes y complicidad en la organización de la trama de los bebés robados es bastante conocido, y en este cómic queda completamente en evidencia; incluso nos muestra una complicidad entre la misma y los políticos que gobernaban en 2014 – el Partido Popular – en la negativa en apoyar cualquier investigación que sirva para conocer la verdad de la desaparición de los bebés y la trama que la hizo posible. En estos capítulos se puede observar un lenguaje demoledor, en algunos momentos exagerado, que deja en un pésimo lugar tanto a la iglesia como a los políticos.

El papel de los Relatores está narrado en 4 capítulos. Los Relatores de la ONU son dos niños de la guerra, uno de ellos el hijo de Ángela, a los que se arruina su infancia y su identidad, en los que podemos ver una constancia en la investigación de los casos de desapariciones de bebés en la cárcel de Saturrarán para desenmascarar y castigar a los encubridores actuales, que se transforma en una obsesión y deseo de venganza. Incluso hay un capítulo compartido entre el cardenal representante de la iglesia y los propios relatores en el que ambas partes interactúan entre sí urdiendo una trama clave en el desenlace de esta historia.

Aparte de esta trama argumental, el guion introduce otros dos únicos capítulos muy interesantes. El primero nos habla de la crueldad del doctor Vaquero, que se supone que es discípulo del infame psiquiatra Vallejo-Nájera, en la puesta en práctica de la eugenesia que las autoridades franquistas practicaban con el fin de conseguir una “mejora” de la raza, llevada a cabo en total armonía y complicidad con las autoridades nazis. El segundo capítulo nos describe brevemente el interés profesional de algunos periodistas y medios de comunicación por el trabajo de investigación, pero también el interés de ciertos grupos poderosos para que ciertas noticias por su trascendencia no sea posible que sean conocidas por la opinión pública, evitando por todos los medios su difusión.

Hasta aquí se puede contar sin arruinar un sorprendente desenlace dotado de un ritmo vertiginoso que no deja indiferente a nadie, pero que es mejor que comprobéis por vosotras y vosotros mismos.

A comentar la forma en que se presentan los personajes de esta historia, en la que podemos decir que hay como tres grupos diferentes. El más llamativo lo constituyen aquellos personajes involucrados en la represión franquista, asesinos o cómplices de dicha represión, que aparecen sin ojos, sin mirada, como si no tuviesen alma. Después están las personas que son víctimas de dicha represión o que nada han tenido que ver con la misma, que aparecen dotados de una cara completa, con mirada y personalidad. E incluso, a mí juicio, hay un tercer grupo de personajes donde sus ojos están constituidos por un pequeño circulo y que no entiendo cuál puede ser el significado de esa forma de presentarlos, porque incluso los Relatores de la ONU, dependiendo del contexto de la historia, unas veces aparecen con ese pequeño círculo y otras con la cara completa, o los niños víctimas del tráfico de bebés robados, que aparecen con ese círculo por sus ojos y su mirada; todo un misterio que incluso se agranda con la aparición de la familia real iniciando sus vacaciones en Mallorca, con su cara completa, salvo la de Leticia, que aparece con ese círculo en los ojos, ampliado su rostro en la última viñeta, la que da fin a esta potente historia.

El dibujo es muy bueno y se adapta perfectamente al dramatismo de la historia, posee un color espectacular que en sus páginas no deja espacios en blanco, para que todo ello unido forme un conjunto sobresaliente. Me han parecido especialmente llamativo los cambios en el paisaje del viaje de las mujeres presas a la cárcel de Saturraran, cambios en los que podemos ver el paisaje andaluz, el manchego, el emblemático monte guipuzcoano Txindoki, y por último Mutriku y la constante lluvia, como si de el paisaje ficticio de Mordor se tratase. La portada es una maravilla que podéis apreciar al inicio de esta crónica, con una hermosa mujer, sin mirada, con unos labios de un rojo explosivo y todo ello atravesado por la bandera republicana, aunque con unos colores bajos de tono. La edición, de lujo, muy cuidada y de calidad.

También son dignos de mención algunos de los títulos de varios capítulos y frases empleadas en los textos. Títulos como Dedecus (vergüenza, deshonor), Non Serviam (no serviré, frase atribuida a Lucífer que expresa el rechazo a servir a Dios), Decreto Nacht und Nebel (conjunto de directivas para la persecución de los crímenes del nazismo), Dioses y Monstruos (haciendo referencia a la eugenesia franquista), Hijas y Hermanas de la Caridad (alusión a la labor educativa de la Iglesia), La espuma de los días (novela fantástico-surrealista de Voris Vian), Memoria Histórica (uno de los capítulos más radicales del cómic), o frases como ¡Acriter et Fideliter! (¡Con coraje y fidelidad!, lema de la Guardia Papal Suiza), y ¡Álzate señor, y juzga tu causa! (Salmo Biblico).

Un cómic que ha supuesto toda una sorpresa por lo arriesgado y sorprendente, necesario en tu biblioteca particular y que espero que os guste.

Un saludo. Casimiro Castaño.