Desde hace año y medio, una comisión de vecinos de Larrabetzu interesados en el rescate del patrimonio memorial de la localidad trabaja en la recuperación de parte de dicho material gráfico.
Con la abolición de la monarquía y la proclamación de la II República, el 14 de abril de 1931, se abrieron para las mujeres unos espacios de libertad nunca vistos hasta entonces. Las libertades que trajo el régimen republicano, como el derecho al voto, la Ley del Divorcio o el acceso a actividades profesionales antes reservadas en exclusiva a los varones, fueron algunos de los aspectos más llamativos del proceso de incorporación de las mujeres a la vida pública.
Al amparo de los derechos recién adquiridos, las mujeres comenzaron a hacer notar su presencia en espacios de los que hasta entonces habían estado excluidas, dando lugar a la ruptura con el prototipo de mujer auspiciado por prejuicios seculares y viejas tradiciones.
Este proceso de emancipación femenina fue abortado a sangre y fuego por la sublevación militar contra la República. Los vencedores de la Guerra Civil anularon los avances conseguidos durante el periodo republicano y las mujeres fueron reducidas al silencio y obligadas a desempeñar de nuevo el papel de abnegadas madres y esposas que exigía la dictadura franquista.
Muchos de los registros gráficos de este proceso de emancipación fueron incautados por los vencedores de la guerra para utilizarlos con fines represivos; otros fueron destruidos u ocultados deliberadamente por sus autores para impedir su requisa y probable destrucción y otros muchos quedaron olvidados y dispersos durante décadas en archivos públicos y privados.
Desde hace año y medio, una comisión de vecinos de Larrabetzu interesados en el rescate del patrimonio memorial de la localidad vizcaína ha venido trabajando en la recuperación de parte de dicho material gráfico. El resultado de su trabajo se ha plasmado en 53 paneles de tamaño A2 (42x60 centímetros) que nos permiten hacer un recorrido visual por la historia de las mujeres entre los años 1931 y 1939, el periodo crucial de la II República y la Guerra Civil.
La bilbaina Manuela Gavilán, residente en Madrid y miliciana de una compañía de choque del 5º Regimiento. PARES
Las fotos de la exposición, cuidadosamente documentadas, siguen un orden cronológico-temático articulado en varios tramos: la proclamación de la República; el acceso de las mujeres al primer plano de la vida social y política que posibilita el nuevo régimen republicano; las organizaciones específicas de mujeres (Emakume Abertzale Batza, Asociación de Mujeres Antifascistas, Mujeres Libres, ...); la sublevación militar, la guerra y la represión sobre las mujeres; el auge y el ocaso de las milicianas; las fotos de mujeres hechas por Robert Capa en Bilbao; las cárceles de mujeres…
Material gráfico singular
La exposición se cierra con una serie de nueve paneles en los que se rescatan otras tantas fotografías de mujeres vascas o relacionadas con Euskal Herria que fueron represaliadas y relegadas al olvido por la dictadura franquista.
La procedencia de las fotografías, la mayoría inéditas o poco conocidas, es muy diversa: diarios y otras publicaciones periódicas de la época, Kutxateka, Biblioteca Nacional de España, Biblioteca Nacional de Francia, PARES (Portal de Archivos del Estado), Centro Documental de la Memoria Histórica, Archivo Histórico de Euskadi y fuentes bibliográficas específicas sobre el tema de la exposición.
En la exposición se incluyen, asimismo, varias reproducciones de algunas páginas de revistas gráficas de la época en las que estas publicaciones abordaron asuntos de especial relevancia, como el acceso de las mujeres a cargos públicos y profesiones hasta entonces ejercidas únicamente por varones (abogadas, notarias, jueces,…) o abrieron sus páginas para informar de figuras femeninas emergentes, como la dirigente comunista vizcaína Dolores Ibarruri.
En 1931, Dolores, que comienza a ser conocida por su sobrenombre de Pasionaria, vive modestamente en la localidad vizcaína de Muskiz. Es esposa de un minero y ha sido madre de seis hijos, de los que sólo sobreviven dos. Se ha curtido en las duras luchas sociales de comienzos del siglo XX en la Zona Minera de Bizkaia; primero en las filas socialistas y, a partir de 1923, como integrante del núcleo fundador del Partido Comunista de España, de cuyo Comité Central forma parte desde 1930.
Victor Ruiz Añibarro, redactor-jefe del diario nacionalista Euzkadi y corresponsal del diario madrileño Ahora y de la revista gráfica Estampa, la entrevistó para esta última publicación. La entrevista-reportaje de Ruiz Añibarro –reproducida íntegramente en uno de los paneles de la exposición– fue publicada por Estampa el 17 de octubre de 1931 junto con una impagable serie de fotografías de la dirigente comunista vizcaína.
Dolores Ibarruri, una “terrible bolchevique”. ‘Estampa’, Madrid
El titular un tanto tremendista del reportaje (Una “terrible” bolchevique. La “leader” comunista Dolores Ibarruri, “La Pasionaria”) se contradice tanto con la amabilidad del texto como con la sencillez que emana de las fotografías de Dolores, a la que podemos ver en delantal, posando con sus hijos Amaya y Rubén, haciendo la colada arrodillada en un lavadero junto con otras mujeres, afilando la guadaña con la que corta la hierba para los animales domésticos, rodeada de niños o leyendo en el balcón de la casita un poco destartalada en la que vive.
‘Viva el feminismo’
Otra de las fotografías llamativas de la exposición, procedente de los fondos fotográficos de Kutxateka, es la realizada en el carnaval donostiarra de 1932 a un grupo de mujeres jóvenes que con las letras bordadas en el frente de sus jerséis componen el lema “Viva el feminismo”. El feminismo fue un tema recurrente durante el proceso constituyente del nuevo régimen republicano, que –entre otros derechos– reconoció a las mujeres la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, el popularmente conocido como voto femenino.
Otro ámbito vedado a las mujeres en el que se empezó a hacer notar su presencia fue el de la tradicional tamborrada del día de San Sebastián, patrón de Donostia. La Unión Artesana fue, antes de la Guerra Civil, una de las sociedades donostiarras pioneras en la incorporación de mujeres a la tamborrada como cantineras, soldados y tamborreras, a las que podemos ver en otra de las fotos de la exposición desfilando por el centro de Donostia, en el tramo del Boulevard que va de la calle Mayor a la calle Hernani.
La dictadura franquista expulsó a las mujeres de la tamborrada, eliminó los iniciales rasgos carnavalescos de la fiesta y acentuó sus aspectos más militaristas, transformándola en una conmemoración exclusivamente masculina. Esta situación se mantuvo hasta la década de los 80 del siglo pasado. Hoy, las mujeres toman parte activa en la inmensa mayoría de las más de 150 tamborradas que salen a las calles de la capital guipuzcoana el día de San Sebastián.
Otra de las imágenes que se pueden ver en la exposición es la única foto que se conoce de dos mujeres vascas con el pelo rapado por los fascistas. La foto fue publicada por el diario republicano madrileño Ahora el 2 de octubre de 1936, que sólo apunta que sus protagonistas son dos mujeres vascas, sin indicar su localidad de procedencia.
El rapado de la cabeza fue una forma de represión especialmente vejatoria utilizada por los franquistas contra las mujeres en la Guerra Civil. De acuerdo con los cánones estéticos entonces imperantes, el pelo, con mayor o menor longitud, era para las mujeres de la época uno de los principales atributos de su feminidad, de tal manera que su eliminación era una forma de privarlas de su identidad sexual. El carácter extremadamente humillante de esta práctica represiva explica por qué, pese a que su empleo era habitual, fueron muy pocas las mujeres que se dejaron fotografiar tras haber sido rapadas por los franquistas.
Bilbao, mayo de 1937. Haciendo punto a la entrada de un refugio en la Gran Vía. Robert Capa
En la exposición también se rescatan y documentan varias de las fotos de mujeres y niños realizadas por Robert Capa durante su breve estancia en Bilbao en mayo de 1937, coincidiendo con el momento culmen de la batalla del Sollube. Junto a fotografías tan conocidas como la de La niña del abrigo, localizada en la entrada a la calle Correo por el Arenal, se exponen otras fotos menos vistas que muestran a las mujeres del Bilbao asediado haciendo cola en el mercado del Ensanche, trabajando en la fortificación de Artxanda, haciendo punto a la entrada de un refugio antiaéreo de la Gran Vía, buscando restos de alimentos en un vertedero o comprando pescado en el muelle del Arenal.
La exposición cuenta asimismo con una ambientación sonora que simula la programación musical de Radioemisora Bilbaína un día cualquiera de 1937. Esta emisora de radio era la única que había en el Bilbao republicano y estaba instalada en los altos del edificio del Hotel Carlton, sede del Gobierno de Euzkadi y residencia oficial del lehendakari Agirre. La simulación sonora reproduce grabaciones originales del periodo: música ligera, canciones republicanas, himnos proletarios y patrióticos, música popular vasca y hasta anuncios publicitarios de la época.
Esta historia fotográfica de las mujeres durante la II República y la Guerra Civil ha sido concebida por sus creadores con vocación itinerante y, por tanto, está a disposición de todos los colectivos feministas, grupos memorialistas, asociaciones culturales, centros docentes o ayuntamientos que la soliciten. Tras su paso por Larrabetzu, Emakumeak, 1931-1939 recalará del 5 al 15 de noviembre en la sala de exposiciones del Centro Cívico Alondegia de Orduña.
El autor: Iñaki Berazategi (Bilbao, 1951)
Periodista de larga trayectoria vinculada a la radio y a la prensa escrita. Trabajó en Herri Irratia y como corresponsal en Euskadi de diferentes publicaciones de la oposición antifranquista. Fue director de Informativos del equipo fundacional de Radio Euskadi.
Fuente → deia.eus
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