Isabel Ginés
La evolución de la narrativa, la poesía y el teatro durante estas décadas ofrece un testimonio del impacto duradero de la Guerra Civil y de la resistencia creativa en tiempos de represión.
La novela española de posguerra (1939-1975) refleja un momento de crisis social y política tras la Guerra Civil propiciada por el genocida Francisca Franco y la consolidación de la dictadura franquista. La producción literaria de este periodo se caracteriza por la represión, el exilio de numerosos escritores/escritoras y la imposición de la censura, lo que influye en los temas y formas literarias.
El Realismo Existencial, surgido en la década de 1940, explora el aislamiento del individuo y la devastación moral tras la guerra. El Tremendismo exagerando la crudeza de la realidad.
A partir de los años 50, la novela social toma protagonismo con una literatura centrada en la denuncia de las injusticias sociales y la vida de los marginados. Autores como Ignacio Aldecoa y Carmen Martín Gaite comienzan a describir las duras condiciones de vida de los vencidos de la guerra y las desigualdades de la España franquista. Estos escritores promovían una visión crítica de la realidad social y presentaban personajes colectivos que simbolizaban a la clase trabajadora.
En los años 60 y 70, la
influencia de la narrativa hispanoamericana, especialmente el “boom”,
revitalizó la novela española. Los autores comenzaron a experimentar con
la estructura narrativa, el uso del monólogo interior, y la
fragmentación temporal, marcó un cambio significativo hacia una mayor
riqueza formal en la narrativa de posguerra.
La poesía experimentó
también un fuerte impacto por el conflicto. En un primer momento,
surgieron dos corrientes principales: la poesía arraigada, que mantenía
una visión idealista y esperanzadora de la realidad, y la poesía
desarraigada, que reflejaba la angustia y el desconcierto ante la
devastación.
En los años 70, la generación de los “Novísimos” introduce una renovación del lenguaje poético, abriendo el panorama a nuevas influencias culturales y estéticas. Poetas como Pere Gimferrer o Ana María Moix exploraron temáticas más personales como el amor y el erotismo, junto con una crítica de la sociedad de consumo.
La literatura de posguerra española abarca un amplio compendio de géneros y estilos que van desde la exaltación del régimen hasta la experimentación formal y la denuncia social. Aunque el contexto político limitó su desarrollo, tanto hombres como mujeres escritores contribuyeron a formar un panorama literario que reflejaba la complejidad de una España dividida y en reconstrucción. La evolución de la narrativa, la poesía y el teatro durante estas décadas ofrece un testimonio del impacto duradero de la Guerra Civil y de la resistencia creativa en tiempos de represión.
Obras que recomiendo:
1. Barrio de maravillas de Rosa Chacel
2. Cinco horas con Mario de Miguel Delibes
3. El balneario de Carmen Martín Gaite
4. El camino de Miguel Delibes
5. El hombre y lo divino de María Zambrano
6. El laberinto mágico de Max Aub
7. Entre visillos de Carmen Martín Gaite
8. Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo
9. La forja de un rebelde de Arturo Barea
10. Las Memorias de Leticia Valle de Rosa Chacel
11. Las nubes de Luis Cernuda
12. Los Abel de Ana María Matute
13. Muertes de perro de Francisco Ayala
14. Nada de Carmen Laforet
15. Pequeño teatro de Ana María Matute
16. Réquiem por un campesino español de Ramón J. Sender
17. Tiempo de silencio de Luis Martín Santos
Fuente → nuevarevolucion.es
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