En memoria de Julia Cifuentes Veledo, asesinada en Zamora por delincuentes franquistas el 20 de Noviembre de 1936
En memoria de Julia Cifuentes Veledo, asesinada en Zamora por delincuentes franquistas el 20 de Noviembre de 1936 / Tulio Riomesta

Viene de Ramona Ortiz, Fidela García Y Julia Cifuentes

Cuando yo era pequeña y alguna vez estaba enferma, mi madre me ponía en su cama, mientras ella hacia las faenas de la casa, para tenerme entretenida sacaba del armario una preciosa caja de madera llena de fotografías. Era una especie de ritual que se repetía cada vez que yo tenia alguna pequeña enfermedad infantil. La caja me tenia fascinada yo siempre se la pedía y ella me decía cuando te cases te la daré y cumplió su promesa, años después comprendí por que mi madre tenia tanto cariño a esa caja, perteneció a su hermana Julia.

Mi madre nació en Villalpando un pueblo de Zamora era la cuarta de cinco hermanas: Pilar, Julia, Estefanía, Anisia y Teresa, los padres poseían una pequeña tienda de esas que venden de todo hasta aperos de labranza. Con eso y las tierras que cultivaban vivían bien, mi madre siempre contó que no les faltó para comer y que lo hacían muy bien para la época, la abuela no era de misa diaria pero nadie que pasara por su puerta a pedir una limosna se iba con las manos vacías.

Mi madre fue poco a la escuela, trabajaba en el campo e iba a vender por los pueblos con mi abuelo Román y una burra, Julia despachaba en la tienda, de pequeña enfermó de poliomielitis estuvo siete años en una silla sin poderse mover, al final se quedo coja, pero eso no le impidió ser muy trabajadora en la tienda, en la huerta y saliendo a vender cuando hacia falta el tiempo libre lo dedicaba a hacerse el ajuar.

Y llego la República con sus aires de libertad y de cambios, se cierran la escuela de las monjas. Teresa con 12 años tiene que ir a la escuela de Villa fue un cambio duro para ella pues las monjas la querían. Estefanía se casa por lo civil en 1935 con su novio Quintín, mal lo recibieron las dos familias pero lo celebraron con una comida como era costumbre, mi abuela obsequia a los vecinos con unos dulces. Quintín era militante de la CNT, joven, guapo y orgulloso llevaba bien visible la insignia de su sindicato.

Mis abuelos no pertenecían a ninguna organización política pero asistían a las reuniones que los sindicatos de izquierdas hacían en la Casa del pueblo. Mi abuela con otras mujeres salió en manifestación en contra del alcalde que encabezaba una procesión del Corpus Cristi una de sus compañeras le tiro una piedra al alcalde pero las culpas cayeron sobre mi abuela Baldomera. Estefanía tuvo un niño que nació muerto, el cura dijo en el pulpito que era el castigo de Dios a unos padres que vivían amancebados.

El 19 de Julio del 36 tomaron el pueblo los fascistas sin ningún tipo de resistencia armada, había comenzado la guerra. La desgracia sobre mi familia no tardo en llegar.

El cura y el alcalde empezaron a denunciar a las personas que simpatizaban con otros partidos y organizaciones de izquierdas, también algunos vecinos denunciaban a otros por antiguos rencores, tierras, noviazgos, envidias, etc. Una noche unos hombres armados entraron en la casa de mi abuela se la llevaron a ella y a mi tía Julia a la cárcel de Zamora. A Julia la confundieron con Estefanía creyeron que era la que estaba casada con Quintín el de la CNT. También detuvieron a mi abuelo y a Martín el marido de mi tía Pilar, Martín pasó dos años en la cárcel y otros dos de destierro en Fuentesaúco, a eso lo llamaban prisión atenuada. A ellas les tuvieron que llevar un colchón para que no durmieran en el suelo, pasaron hambre frió humillaciones y mucho miedo.

Unos días antes del 20 de Noviembre del 36 habían fusilado a tres maestras nacionales y a Matea la que salió en manifestación con mi abuela en Villalpando. Según cuenta mi tía Teresa le cortaron los pechos y la remato de un tiro el alcalde de Villalpando.

Julia escribió una carta despidiéndose de sus hermanas y repartiendo sus cosas personales, pudieron esconder en una madeja de lana negra un anillo y unos pendientes. Parece que presentía su final, estaba agotada y poco antes de la media noche del 20 de Noviembre del 36 la arrancaron de los Brazos de su madre y la fusilaron en las tapias del cementerio de Zamora, tenia 29 años mi abuela se queda sin habla.

Cuando Pilar fue a llevarles la comida al día siguiente y pregunta por su hermana, un falangista le contesto, a esa ya se le enfrió el cielo de la boca. Pilar comprendió muy bien que habían matado a su hermana. Fueron compañeras de celda de Amparo Barayón la esposa de Ramón J Sender, hace años leí un reportaje de la revista Interviú en el que se investigaba el fusilamiento de Amparo Barayón, Una testigo relata como mi abuela se queda muda de espanto cuando le matan a su hija.

Mi abuela fue condenada a muerte la sacaron varias veces a juicio, estaba enferma de corazón, una vez pudieron meter a Teresa para que visitara a su madre. Cuando la celadora apodada la «hiena» por su crueldad le vio le dijo que si todavía quedaban ramas de ese árbol, cerró el portón tan de golpe que le rompió los labios a la pobre, se pasó la visita con un pañuelo en la boca para que mi abuela no se diera cuenta y no sufriera más. La soltaron en Julio del año 38, cuando llega al pueblo el cura que la denuncio quería visitarla, ella se negó rotundamente le amenazo con matarle si subía la escalera de su casa.

Cinco años después de que mataran a Julia, fueron a Zamora, mi abuela y Estefanía, desenterraron el cuerpo de Julia lo reconocieron por restos de ropa y por la deformidad que tenia en la pierna, compraron una caja para trasladar los restos a Villalpando. En el ayuntamiento de Zamora querían que la causa de la muerte constara como natural. Mi abuela dijo que había sido asesinada y no firmaría nada que dijera lo contrario no las dejaron trasladar los restos, tuvieron que enterrarla en Zamora.

Mi abuela murió en 1954 dieciocho años después que su hija acordándose de ella hasta su último aliento.


Yolanda Allende Cifuentes (Republicamalva), sobrina de Julia le dedicó un emocionado homenaje publicado el 27 de octubre de 2011. El enlace original ha caducado, y en este artículo se reproduce el texto original completo


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