La jornada inaugural registró el saludo de diversas entidades administrativas locales y autonómicas así como el brindado por Fundaciones vinculadas a diversas organizaciones de clase que, en su día, participaron en el proceso revolucionario (la Fundación José Barreiro, vinculada al PSOE, la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM), del PCE y la cenetista Fundación Anselmo Lorenzo). Se trataba así de lanzar un mensaje de unidad desde las organizaciones de clase en lo que respecta a la reivindicación histórica del acontecimiento.
A lo largo de los días se sucedieron diferentes actividades que combinaron los debates de carácter político con las presentaciones de libros, la inauguración de una calle en La Felguera, que llevará el nombre de Aquilino Moral, dirigente histórico de CNT y del POUM, la visita al Memorial a los mineros de Hunosa muertos en accidentes laborales y al eco-museo de la minería de Samuño. Una amplia oferta de actividades que combinaba diferentes aspectos.
En lo referente a los debates políticos, se contó con dos mesas. Una centrada en el análisis de la gestación política de las Alianzas Obreras, organismo político sin el cual nunca habría llegado a producirse la insurrección. Participaron en la misma Andy Durgan, Irene Vigil y Tino Brugos. La otra estuvo dedicada al análisis de la presencia de la mujer en el proceso revolucionario de 1934 y contó con la presencia de Carmen Suárez y Amalia Caunedo. Aunque la densidad del programa de actividades no facilitó la apertura de debates en profundidad, ambas permitieron que afloraran aspectos referidos al desigual conocimiento de la participación de la mujer en los hechos revolucionarios y sobre la idoneidad/ legitimidad de la vía insurreccional.
La visita al Memorial de las víctimas de accidentes laborales en el histórico pozo Sotón permitió visibilizar la dureza y el sufrimiento del colectivo minero. 540 placas recuerdan con nombre y apellido a quienes murieron en accidentes laborales ocurridos dentro de las instalaciones de la empresa, con lo que no están registradas aquellas personas muertas en los hospitales días después de los accidentes, del mismo modo que no se recogen a quienes murieron en accidentes similares en instalaciones de otras empresas mineras. Estos elementos mantienen abierto el debate sobre la siniestralidad laboral, ayer y hoy, en Asturies.
Con respecto a la presentación de libros fueron tres las obras presentadas: Asturias, 1934. Del octubre rojo al octubre negro, de la Fundación Andreu Nin, Las hogueras de El Pertús, de Alberto Vázquez y Cumbres en pie de guerra. La batalla de El Mazucu, de Guillermo Menéndez Quirós. Estos dos últimos, referidos a aspectos que entroncan con el conflicto posterior a los acontecimientos de 1934 pero estrechamente vinculados a los debates actuales sobre las políticas de memoria. En ambos casos se trata de trabajos en formato cómic, dirigidos a un público amplio pero con la vista puesta en el sector más joven.
Las actividades acabaron con la realización de un itinerario urbano por diferentes lugares del Mieres vinculado a la revolución de 1934 a cargo del historiador Ernesto Burgos y la tradicional ofrenda floral que cada año se realiza junto al busto dedicado a Manuel Grossi, quien fuera vicepresidente de la Alianza Obrera asturiana que contó nuevamente con la presencia de diferentes autoridades municipales y autonómicas.
Fuente → vientosur.info
No hay comentarios
Publicar un comentario