
Se cumplen ahora 87 años del final de conflicto bélico en la ciudad
La plaza de toros de El Bibio sirvió de improvisada prisión en las semanas siguientes al final de la Guerra Civil en Gijón. El 21 de octubre de 1937 (ahora hoy 87 años) acabó la guerra en la ciudad. En un edificio afectado en parte por los bombardeos fueron internados aproximadamente mil hombres. Algunos nacidos en Gijón, otros no, algunos militantes republicanos, otros no. Eso antes de ser llevados unos días más tarde a la cercana prisión de El Coto en espera de unos juicios que resolvían su libertad, su condena a años de cárcel o su sentencia de muerte. Estamos hablando desde el otoño de 1937 hasta los primeros meses del año 1938.
Otros lugares que sirvieron de cárcel en esos años, además de la prisión de El Coto y la plaza de toros de El Bibio, fueron la fábrica de La Harinera en La Calzada, que situaríamos en la calle de Las Industrias, en la parte trasera de los actuales cines de la zona, y la fábrica de La Algodonera, que ocupaba la zona de las actuales calles dedicadas a María Zambrano, Margarita Xirgu y sus alrededores. Nada raro. Pasó en otras localidades el que fábricas, iglesias y plazas de toros (edificios habitualmente exentos, rodeados de muros, con pocas entradas y salidas en el caso de las fábricas e iglesias) sirvieran de prisiones provisionales.
Los presos estaban en el interior y en el exterior del edificio
durante la mañana, y por la tarde y noche se agrupaban en el interior.
Recordemos que El Bibio tuvo en su derredor hasta el año 1998, hasta su
110.º aniversario, un murete con una verja encima, como vemos en una de
las imágenes. Además de por las actividades taurinas la plaza de toros
de El Bibio es un «lugar de memoria». De memoria histórica y de memoria
social de Gijón.
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«Estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero.
Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides.»
Max Aub, ‘Campo de los Almendros’ (1968)
Fuente → asturiaslaica.com
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