A nadie se le ocurre resignificar Auschwitz, esto es darle un aspecto más confortable, para reducir el impacto de los visitantes, sino que por el contrario se mantiene como era para que la humanidad puede ver los horrores que allí se cometieron. En cambio, hay quienes pretenden resignificar los monumentos construidos para ensalzar la victoria de los fascistas, como si un nuevo discurso hiciera desaparecer el verdadero fin de semejantes edificios. En España, conservar, aun resignificados, monumentos o símbolos construidos para ensalzar la gloria del fascismo acrecienta el dolor y la humillación de las víctimas y muestra la debilidad de una democracia, incapaz de demoler los monumentos que exaltan la dictadura franquista, cuyo mantenimiento además incumple la Ley de Memoria Democrática de 2022.
Según he leído, la Real Academia de San Fernando insta a conservar el Monumento a los Caídos de Pamplona, pues considera que merece ser contemplada como Bien de Interés Cultural. Sin embargo, la Institución Príncipe de Viana denegó en enero de 2021 la declaración del Monumento a los Caídos como Bien de Interés Cultural. Ante esta discrepancia, la pregunta es si debe prevalecer el supuesto valor arquitectónico o el histórico. La Ley de Memoria Democrática refiere que las edificaciones y símbolos que exalten la sublevación militar y la dictadura deben ser eliminados o demolidos. Y en este mismo sentido, las asociaciones memorialistas de Navarra, además de numerosos artistas e intelectuales exigen la demolición del Monumento a los Caídos de Pamplona, pues consideran que, pese a su resignificación, seguirá representando la exaltación material y simbólica del fascismo.
Hay, sin embargo, partidos políticos favorables al derribo y otros que se inclinan por la resignifcación, como hay también historiadores que están en contra del derribo, por lo que la decisión es muy complicada. Cuesta creer que pueda ser resignificado un monumento construido para glorificar el franquismo, donde además estuvo enterrado el general Mola, conocido como el asesino del Norte. Entiendo, no obstante, que la solución que se dé finalmente a este edificio debe contar con el máximo consenso institucional, social y político.
Fuente → nabarralde.eus
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