Desde la Ley de Memoria Histórica, después Memoria Democrática trabajan, entre otros aspectos, de la exhumación de los restos mortales de los miles de fusilados durante la dictadura franquista.
Los familiares están luchando y poniendo querellas contra quienes se oponen a dichas exhumaciones, como alcaldes y alcaldesas del PP y VOXpara hacer propaganda de cara a las elecciones.
Es inhumano y antidemocrático que por política se opongan a dichas exhumaciones.
Pero ya sabemos lo que es el PP y los ultraderechistas ante la Ley de Memoria Histórica, los descendientes de los «vencedores» fascista y ultraderechistas, no aceptan ninguna reparación a quienes siguen siendo, según ellos, sus enemigos. Y si gobiernan algún día derogarán las leyes progresistas del actual Gobierno de Coalición, entre ellas la Ley de Memoria Histórica.
Por dignidad y humanidad debe hacerse una reparación no solo con los que fueron inhabilitados, sino también, algunos insignes fascistas les decían a sus padres, "que mientras viviera Franco no serían funcionarios de carrera sus hijos", y estaban fichados por la guardia civil; mientras los hijos de los «vencedores», aún sin tener estudios o muy básicos «aprobaban» y les hacían sin oposición «funcionarios de carrera».
Los vencedores estuvieron apoyados por los nazis alemanes y los fascistas italianos, por el contrario las llamadas democracias europeas no apoyaron por el Pacto de No Intervención a la II República.
Los hijos de los rojos sufrieron los avatares de la inhabilitación de sus padres, y por ello, ni olvidan ni perdonan a quienes les hicieron vivir en las penurias y en el apartheid franquista.
Esos niños de hijos de inhabilitados, o no, desde pequeños, los padres les inculcaron no hablar del franquismo y recuerdan que todas las noches escuchaban Radio España Independiente, La Pirenaica(Una radio clandestina que dio voz a los sin voz y fue capaz de encontrar el equilibrio entre información veraz y propaganda política, haciéndose eco de los principales conflictos habidos en aquellos años), en voz baja, para que nadie les oyera(las paredes oyen, les decían) por las represalias que pudieran tener sus padres, escuchaban a Dolores Ibarruri o a Santiago Carrillo arengando a la oposición interior contra la dictadura franquista.
La sociedad en su conjunto, las personas y sus familiares que sufrieron graves violaciones de derechos humanos durante la Guerra Civil y el franquismo llevan más de 50 años esperando el reconocimiento de su derecho a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Todas ellas deben figurar en un capítulo especial de la Memoria Histórica o Memoria Democrática.
Muchos de los republicanos que sufrieron cárceles o inhabilitaciones(maestros, médicos, abogados, profesores universitarios) se marcharon exiliados y los que quedaron en España, después de sufrir cárceles, tuvieron que buscar trabajos que no habían hecho nunca, como maestros que se ofrecían como trabajadores del campo agrario; algunos fueron acogidos por terratenientes, pero al verles les pusieron a trabajar como escribientes en sus haciendas dándoles unas pesetas para que pudieran dar de comer a sus hijos; otros vencidos a través de algún vencedor fueron a trabajar por cuatro perras a las fábricas vascas; las mujeres de otros iban por las casas de los pueblos pidiendo comida, que en ocasiones la conseguían y la mayoría de las veces no.
Muchos maestros inhabilitados se ganaban la vida dando clases particulares a los hijos de los ricachones; los médicos inhabilitados para ejercer la profesión médica tuvieron que ir de pueblo en pueblo como interinos y a los pocos meses irse a otro pueblo pues llegaban los titulares, y gracias a algún Jefe de Sanidad trabajaban en los pueblos más ínfimos o marcharse como médico libre a Canarias o a las Baleares o al extranjero.
Estos son unos pocos ejemplos que exponemos en estas líneas, pero hubo muchos casos de inhabilitaciones que fueron habilitados para la función pública a los 30 años, desde 1939 que entraron en la cárcel franquista «sin haberse manchado las manos de sangre», frase que pregonaron los fascistas para hacer creer que no les iba a pasar nada, engaño para llevarlos a las cárceles y someterlos a juicios sumarísimos con miles de sentencias de muerte por fusilamiento en las tapias de los cementerios o en las paredes exteriores de las cárceles.
Hay que reparar a los familiares de quienes fueron hechos presos por defender un Gobierno legítimo, la II República, tanto a los fusilados como a quienes sufrieron cárceles con chinches, piojos, y amontonados en celdas de 6 presos 20 o 30 prisioneros durante años y a quienes, les aplicaron juicios sumarísimos, con penas de cárcel de 16, 20 y más años, y miles fueron a los 300 campos de concentración que creó el dictador en condiciones infrahumanas del estilo nazi; y a quienes después de cumplir la condena les inhabilitaron para el ejercicio de la profesión pública durante 30 años o por toda la vida. Y además, después de salir de la cárcel tenían que presentarse en el Cuartel de la Guardia Civil todas las semanas para que les dieran el visto bueno, y así toda la vida hasta que los habilitaron.
¿Cómo vivieron los inhabilitados y sus familias y los excarcelados tras haber cumplido la condena ?
Esta es una pregunta a quienes sufrieron la represión durante la Guerra Civil y hasta la muerte agónica del dictador el 20 de noviembre de 1975.
Fuente → diario16plus.com
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