A PP y VOX les escuece la memoria
Verónica C. Montero
La Plataforma Memoria y Democracia de Cantabria coordina los esfuerzos de la sociedad civil
PP y Vox han derogado la Ley de Memoria en Cantabria, retrocediendo décadas en la recuperación de la memoria histórica y democrática de una sociedad civil que sigue trabajando por recuperar un centenar de fosas localizadas y sin abrir, como explica en este artículo Verónica C. Montero, la representante de memoria, república y laicismo de Izquierda Unida Cantabria.
Llevamos un año de gobierno autonómico cántabro liderado por los cachorros del franquismo (PP), en coalición y connivencia con la ultraderecha más rancia (VOX). Las presiones hacen que el primero se haya decidido a darle una estocada de muerte a la Ley 08/2021 o, lo que es lo mismo, la ley autonómica de memoria histórica y democrática. Ya está publicada, desde el 9 de septiembre, la proposición de derogación en el Boletín Oficial del Parlamento de Cantabria. La ley ha muerto. Viva la ley.
No piensan así los adversarios. La definen como una ley “parcial, que adoctrina y exalta a las víctimas de un bando”. Estas son las pobres razones que esgrimen para borrar de un plumazo los mínimos que asegura esta normativa para aquellos que siguen trabajando para localizar y dignificar a los suyos.
Mientras miles de cántabros exigen medidas para solventar problemas tan trascendentales como los presionados servicios sanitarios, el mínimo transporte público, y los precios crecientes de la vivienda o de la cesta de la compra, a Buruaga y sus secuaces les incordia sobremanera (auspiciados por VOX, claro, en estas lides) una ley que dota de recursos y derechos a personas que han estado privados de los mismos durante más de 80 años.
Este es otro caso que pone en evidencia lo poco que le importa a cierto espectro de la clase política lo que reclama la sociedad civil y las asociaciones memorialistas. La memoria es, en 2024, un consenso de Estado.
A principios de octubre del año pasado nació la Plataforma Memoria y Democracia de Cantabria, que integra a más de 1.600 personas a título individual y a cerca de un centenar de organizaciones, partidos políticos y sindicatos. Desde entonces nos hemos movilizado, organizado concentraciones, rutas pedagógicas, performances y todo tipo de actos poniendo en valor la importancia de conocer todos los prismas de la guerra y todas las historias sepultadas bajo décadas de represión, dictadura y propaganda.
Si seguimos consintiendo que la furibunda ponzoña ideológica de las derechas nos arrastre una vez más hacia la ignorancia seguiremos normalizando los nombres de calles y colegios en honor a genocidas o los yugos y flechas en las fachadas de nuestras casas. Seguiremos normalizando las 100 fosas sin abrir localizadas en Cantabria, que seguirán siendo osarios anónimos. Serán normales los muertos por la libertad y la democracia olvidados por la sociedad a la que salvaron y desapareciendo poco a poco hasta del recuerdo de sus descendientes.
Higiene democrática y cerrar heridas, ese es el verdadero significado de esta ley. Derogarla, simplemente, es volver sobre los consensos sociales que tanto costó lograr y mantener la llaga supurando. Hay quienes de las heridas sin curar de una sociedad quieren sacar beneficio. Vergüenza.
(*) Verónica C. Montero. Representante de memoria, república y laicismo de Izquierda Unida Cantabria.
Fuente → mundoobrero.es
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