Los Barredo, dos antifascistas de la clase media rural

Los Barredo, dos antifascistas de la clase media rural 

 
Hijos de indianos, Carlos Barredo y su hermano Óscar, jugarían un papel clave en el Grau de los años 30. 
 
Hijos de indianos, por sus orígenes sociales los hermanos Barredo podrían haber optado por ser unos señoritos de Grao de vida tranquila, café, copa, puro y tertulia en los cafés de la villa moscona, capital de una concejo agrícola y ganadero que en los años 30 abastecía de alimentos a la Asturias central gracias a la prosperidad de su huerta. 
 

La posición desahogada de su familia, propietaria de un próspero comercio, permitió a Carlos cursar estudios de Derecho, y a Óscar de Medicina. Podrían haber sido pues simplemente comerciantes y profesionales de éxito. Ambos sin embargo, decidieron complicarse la vida en la contradictoria, dramática y apasionante España y Europa de los años 30. Esta semana han sido finalmente identificados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi los restos de Carlos, fusilado por los franquistas en el verano de 1936. Los huesos, paradójicamente, se encontraban en el panteón familiar del cementerio moscón, junto a otros, que bien podrían ser los de su hermano Óscar, asesinado en 1938. Estos últimos restos están aún pendientes de análisis genético. 

Un concejo rojo y campesino

Carlos Vicente León, presidente de la Asociación Memorialista Alcalde Carlos Barredo, explica que el mayor de los hermanos Barredo llegó a regidor en 1933 tras la dimisión de su predecesor y con una dilatada trayectoria a sus espaldas en el mundo asociativo: “Participó en la vida cultural de Grado, al menos, desde los años veinte. En 1928 aparece como secretario en la primera junta directiva del Ateneo Popular y en 1930 será su presidente”.

El Ateneo se convertiría entre finales de la Dictadura de Primo de Rivera y principios de los años 30 en uno de los focos de la cultura, el libre pensamiento y el republicanismo, en un concejo a la vez campesino y muy escorado a la izquierda. Prueba de la vitalidad y el dinamismo del movimiento campesino y socialista, es que Grau llegara a contar en los años 30 con dos casas del pueblo, una en la villa, y otra en la localidad de Peñaflor. Esta última, propiedad del sindicato agrario, tenía 326 metros cuadrados distribuidos en dos plantas.

Celebración del 14 de abril en Grau durante la Segunda República.
 

La lucha por la supresión de los foros, los alquileres que los campesinos todavía pagaban por la tierra a la pequeña burguesía rural, sería uno de los banderines de enganche de una parte del campesinado moscón con las izquierdas. “Había un sentimiento muy fuerte de pertenencia de la tierra que se trabajaba desde muchas generaciones atrás, y en esta lucha por el acceso a la propiedad el sindicalismo agrario lograría implantarse en todas las parroquias el concejo”, explica el historiador Cristian Rangel Valdés, autor del libro ‘El Concejo de Grado durante la II República, la Guerra Civil y la Posguerra, 1931-1948’, que destaca la importancia en este sentido del sindicato agrícola Luz y Guía, vinculado a la UGT.

El 12 de abril de 1931 Grau votaba por las listas republicano-socialistas. Dos días más tarde una multitud se echaba a la calle para celebrar en la villa la revolución democrática, la caída de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República española.

Carlos Barredo en la única foto que se conserva de él. 
 

Como edil republicano Carlos destacaría en la depuración de elementos ligados a la dictadura, así como en el impulso a medidas laicistas y simbólicas. A su iniciativa se debe que el nuevo Ayuntamiento dedique sendas calles a Pablo Iglesias, fundador del PSOE y la UGT, y Pi i Margall, uno de los cuatro presidentes de la Primera República. Afiliado al Partido Republicano Radical Socialista, de corta vida, en 1934 se pasaría juntos a otros muchos de sus compañeros a la nueva Izquierda Republicana fundada por Manuel Azaña para reagrupar y unificar a las diferentes tribus del centro-izquierda republicano. Destituido tras la fallida Revolución de Octubre de 1934, en 1936, con la victoria del Frente Popular recuperaría su cargo de alcalde.

Óscar, el odontólogo comunista

De la vida personal del alcalde sabemos poco. Había nacido en 1890, estaba soltero, le interesaba la cultura, mantenía buenas relaciones con destacados derechistas del concejo, y su salud atravesó varias crisis durante la Segunda República. De su hermano Óscar sabemos que era algo más joven, que se había casado con María Luisa Álvarez Noriega con quien tuvo un hijo llamado Dionisio Barredo Álvarez, y que ejercía de odontólogo.

Situado más a la izquierda que su hermano, Óscar era un dirigente local del partido comunista, con cierta implantación en el concejo, e incluso un concejal en el Ayuntamiento.

Parque de San Antonio en los años 30.
 
Cartel del PCE pidiendo el voto para el Frente Popular.
 

El PCE era un partido muy minoritario el 14 de abril de 1931, pero había ido creciendo a lo largo de la Segunda República a partir de jóvenes trabajadores e intelectuales fascinados por el magnetismo revolucionario y antifascista la URSS, y desencantados con la moderación de republicanos y socialistas, que entre 1931 y 1933 habían gobernado el país con un saldo muy agridulce para los sectores que esperaban más avances de la Segunda República. Óscar ya jugaría un papel destacado en Octubre del 34 en Grau, cuando la villa quedó en manos de los revolucionarios, y volvería a estar en cabeza de los antifascistas tras el golpe de Estado de 1936.

En julio de 1936 ambos hermanos se pondrían al frente de la resistencia al golpe de Estado. Rangel destaca de Carlos su “carácter muy legalista, demócrata y pacifista”. En agosto de 1936 su intento de mediar con los militares golpistas acabaría con su captura y la de Santiago Sánchez Marinas, chófer y empleado municipal, en las inmediaciones de Luarca. Carlos Vicente León ha recogido el relato de Alfonso Camín sobre la ingenua misión diplomática del alcalde en el Occidente asturiano:

En julio de 1936 ambos hermanos se pondrían al frente de la resistencia al golpe de Estado

“Era un joven de noble trato, muy afable y huérfano de rencores. Se le hizo alcalde de Grado, justamente para poner bozal a las pasiones, que andaban ya sueltas. No podía ser un hombre muy intransigente en ideas políticas, puesto que mantenía una estrecha amistad con Indalecio Corujedo, rico terrateniente del término, melquiadista fogoso y ex senador del Reino. El Alcalde, que no creía tener enemigos, se enteró de que estaban luchando las tropas en Ribadeo. Llamó al único gendarme que había en Grado y con el gendarme de chófer sin otras armas ni pretensiones, tomó el camino que pudo y siguió buscando la costa. Quería saber qué pasaba y pensó en poner paz en los espíritus”

Exhumación de Los Barredo.
 

La cosa acabaría con alcalde y chófer detenidos y fusilados en las inmediaciones de Luarca.

Óscar sobreviviría algún tiempo más. Combatiente republicano, en octubre de 1937, tras la caída del frente, tendría que echarse al monte para sobrevivir. Refugiado en el molino de La Naviella, Santa María de Villandás, junto a un capitán del Ejército republicano, un chivatazo acabaría con la vida de ambos hombres. Rodeados por un grupo de falangistas y guardias civiles, los dos antifascistas tratarían de liberarse del cerco, pero en inferioridad numérica y de armamento, ambos caerían muerto bajo las balas y las granadas de sus perseguidores. Enterrados en una fosa común por los vecinos del pueblo, a principios de los sesenta, Luis Martínez Flórez, Luis “Gonía”, recogió los restos de Óscar para depositarlos en el panteón de la familia en el cementerio de Grado.

Santa María de Villandás.
 

Carlos en su declinación reformista y Óscar en su versión revolucionaria, fueron representativos de ese importante sector de las capas medias y la pequeña burguesía, en este caso rurales, que ante las grandes encrucijadas de la España de los 30 desafiaron a las oligarquías haciendo causa común con las clases trabajadoras en el Frente Popular. Una alianza heterogénea e interclasista que las clases dominantes tardarían tres años y una Guerra Civil en destruir.


Fuente → nortes.me

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