Los colores de la bandera republicana
Los colores de la bandera republicana
@ellibelaresc
 
Soy profundamente republicano. Me gusta reflexionar o tratar asuntos de la República, y en esta ocasión quiero resolver la siguiente pregunta: ¿Por qué la bandera republicana es roja, amarilla y morada? Veamos.
 

Tras el fracaso de la dictadura de Primo de Rivera, la monarquía española se encontraba en una situación crítica. En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, los republicanos ganaron en las grandes ciudades provocando una situación caótica que finalizó con la proclamación de la Segunda República española el 14 de abril de 1931. Este cambio de forma de gobierno fue una muestra más de que los colores de una bandera son elementos fundamentales para identificar el lugar que representan. En ellos se encuentra simbología de todo tipo y en función de ello se escogen unos colores u otros. En el caso de la bandera republicana de la Segunda República esta elección cromática surgió a partir de un error.

Los republicanos decidieron emplear esta bandera tricolor como alternativa a la bandera rojigualda para simbolizar con ella el cambio de sistema de gobierno. Partieron de la bandera que se adoptó como la nacional a mediados de siglo XIX y le añadieron la franja morada. Este tercer color buscaba, según el decreto que regulaba su uso en 1931, reconocer al pueblo de Castilla como parte fundamental del nuevo estado.

José Manuel Erbez, secretario de la Sociedad Española de Vexilología, explica que la elección de los colores rojo, amarillo y morado no fue arbitraria. Representaban el anhelo de un cambio profundo, asociando el morado con Castilla, aunque históricamente este vínculo se basaba en una interpretación errónea. Se creía que el color morado era característico de Castilla, remontándose a los estandartes de la revuelta de los comuneros contra Carlos V, una creencia sin respaldo documental, ya que, en realidad, los comuneros se identificaban con cruces rojas.

El equívoco sobre el color morado parece originarse en el siglo XIX, específicamente con el levantamiento de Rafael de Riego en 1821 contra Fernando VII. Los Comuneros, una sociedad secreta de la época, usaban una bandera morada que acabó por asociarse erróneamente con la causa revolucionaria y con Castilla. Esta confusión se vio reforzada tanto en el ámbito político, buscando una representación equitativa de todos los territorios de España, como en el militar, donde se utilizaba el malva en diversos regimientos.

Además, la mezcla entre el término púrpura, que en castellano se refiere a un rojo intenso, y su homónimo heráldico, interpretado como morado, contribuyó a estas interpretaciones erróneas. Este tipo de confusiones también se observan en el escudo de España, donde el león, descrito de una forma, acabó teñido de otra.

La adopción de la bandera tricolor no solo representó un cambio político, sino que también encerró en sus colores una compleja historia de equívocos, reinterpretaciones y el deseo de representar a una nación unida en su diversidad. Gràffica.


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