Febrero 1936: últimas elecciones democráticas (1976)
Febrero 1936: últimas elecciones democráticas (1976)
J. A. Gonzàlez Casanova i M. Rosa Virós i Galtier

Del análisis que M. Rosa Virós i Galtier (Barcelona, ​​1935-2010) y JA González Casanova (Barcelona, ​​1935-2021), maestros en politicología, publicaron en Serra d'Or (III-1976) cuando cumplía años de las elecciones generales del 16 de febrero de 1936. Se confrontaron dos bloques: Frente de Orden (Liga, populares, radicales, carlistas y monárquicos) y Frente de Izquierdas (ERC, Acció Catalana, nacionalistas de izquierda, rabassaires, socialistas , POUM y comunistas).

Las elecciones generales de febrero de 1936 representan la culminación crítica de un bienio en el que se intentó destruir o reducir el impacto reformador del bienio constituyente de la República. En 1934 puso de relieve hasta qué punto la autonomía de Cataluña iba ligada a la causa de la reforma agraria en el campo catalán y también cómo las fuerzas derechistas de España, a medida que volvían a imponerse, necesitaban reducir la autonomía e impedir la reforma. Desde la represión provocada por el 6 de octubre de 1934 Cataluña había vivido prácticamente en estado de guerra y con el Estatut suspendido, el gobierno de la Generalitat encarcelado y los ayuntamientos populares disueltos. La lucha de clases en el campo había dado un vuelco espectacular con el desahucio forzoso de muchos campesinos, y los propietarios debían volver a imponer su poder con la ayuda política de los gobernantes españoles de la coalición cedo-radical. Se comprende que las palabras de orden de las fuerzas democráticas autonomistas ante las elecciones fueran el restablecimiento del Estatut y de las libertades públicas, la amnistía, la reconstitución de los ayuntamientos populares y la aplicación de la Ley de Contratos de Cultivo. Denunciado por el Frente de Orden como portavoz de la revolución social y del extremismo antirreligioso y antifamiliar, el Frente de Izquierdas reducía su programa -que hoy calificaríamos de centro-izquierda- a defender la República del 14 de abril

-inseparable de las libertades autonómicas-, el mantenimiento de la Constitución de 1931 y una moderada reforma agraria pensada para crear en Cataluña una pequeña burguesía campesina. La campaña electoral de los dos bloques enfrentados presenta unos rasgos diferentes en Barcelona-ciudad y en el resto del Principado. En el primero

caso, ante una población más heterogénea, e ideologizada, las palabras de orden de la derecha esconden un poco, detrás de las grandes palabras, los problemas sociales concretos. En cambio, la prensa comarcal de la izquierda refleja quizás mejor qué se jugaba en serio en las elecciones generales. […] Contra una interpretación apocalíptica que tradicionalmente nos ha ido dando la derecha más conservadora y autoritaria, la victoria izquierdista en las elecciones de febrero de 1936 no fue tan frente populista como republicana, autonomista y reformista. Sin embargo, el conservadurismo social del Frente de Orden alcanzó un éxito electoral relativo, sobre todo en el campo, pues impresionó a sectores de la pequeña burguesía con sus profecías sobre los males terribles que se producirían si las izquierdas ganaban las elecciones. Estos males eran simplemente, como hemos visto, la amnistía, la autonomía y la aplicación de la Ley de Contratos de Cultivo. Es decir, un moderado programa de centro-izquierda que movilizó a anchas capas populares de Cataluña, como lo había hecho cinco años antes la proclamación de la República. Este mínimo sentido republicano, autonomista y de modernización social, que se impuso por sufragio de forma legal y democrática, sería combatido unos meses después por las armas. Las elecciones de 1936 fueron las últimas elecciones democráticas en cuarenta años.


Fuente → ara.cat

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