Republicanos de Villarta de los Montes (Badajoz), asesinados por criminales franquistas
Republicanos de Villarta de los Montes (Badajoz), asesinados por criminales franquistas / Tulio Riomesta
 
Tras las elecciones generales de febrero de 1936, la corporación municipal pasó a ser dirigida por el Frente Popular. Durante la Guerra Civil, Villarta de los Montes permaneció leal al Gobierno Republicano. Los derechistas fueron detenidos y despojados de sus armas para evitar que alguno fuese asesinado. Cuando llegaron al pueblo milicianos izquierdistas de otros pueblos, el alcalde, Julián Molina Acedo, les plantó cara y les dijo que no permitiría que se cometiesen asesinatos, salvando de la muerte a los derechistas. Al final los propios vigilantes de la prisión dejaron escapar a los detenidos. Incluso al cura del pueblo se le hizo secretario del Ayuntamiento y le dieron el carné de la UGT.

Terminada la guerra y llegado el momento de la verdad, esta persona no dijo una palabra a favor de los presos de izquierdas, muchos de cuales fueron fusilados. El alcalde franquista, Carlos de Rivas, se asomó a un balcón y lanzó una estremecedora arenga, donde entre otras lindas frases, dijo: “Hemos tenido cojones para ganar la guerra, ahora debemos tenerlos para hacer una limpia”. La venganza fascista no tardaría en llegar, pues las personas vinculadas al Frente Popular fueron detenidas y encerradas en una nave conocida como La Cochera, a la espera de ser llevadas a juicio a Herrera del Duque. Los paseos fueron la tipología que más víctimas originó, 26 Republicanos asesinados en 1939. Por condenas a muerte tras farsa judicial hubo un caso, Abelardo Rivas Lucas, afiliado al Partido Comunista y presidente del Comité Revolucionario, que fue asesinado en Mérida el 9 de octubre de 1940. El 6 de Mayo de 1939 los franquistas “pasearon” y asesinaron a Eusebio Acedo Gómez, labrador de 39 años, casado con 3 hijos, y a su hermano Cristino.

La noche del 16 de mayo de 1939 fueron montados en un camión 23 Republicanos para ser trasladados a Herrera. Pero se trataba de un engaño, ya que a 3 kilómetros de Villarta, en el sitio conocido como “Hoya de Fernando”, fueron bajados del camión y asesinados. Ellos eran: El alcalde Julián Molina Acedo, a quien antes de fusilarle, le cortaron los testículos y se los colgaron al cuello en presencia del resto de sus infortunados compañeros. Igualmente asesinados sus 2 hermanos Lisardo y Aurelio Molina Acedo, de 48 años, casado. Crisóstomo Acedo; El herrero Eufrasio Morrado Sánchez, casado, 4 hijos; El labrador Mauricio Cervantes Triguero, de 50 años casado con 3 hijos; Cándido Díaz Díaz, 30 años, casado.

El resto eran Florentino Fernández Triguero; José Fernández Reche, 49 años, casado; Julián Gil Risco, 54 años, casado; Ubaldo Gil; El labrador de 47 años Macario Aurelio Lucas Sánchez, 47 años, casado con un hijo; Escolástico Gutiérrez; El labrador de 41 años Nicolás Martín Acedo, casado con 4 hijos; Sebastián Gutiérrez; Graciano Lucas Sánchez; Telesforo Eduardo Molina Muñoz de Lucas, 53 años, casado; Isidoro Muñoz Gómez, 35 años, casado; Manuel Pérez Romero, 30 años; Aigulfo Sánchez Sánchez; José Acedo Sánchez, 45 años, casado, albañil afiliado a UGT; Eufrasio Acedo. Y Paulino Fernández, que tenía 21 años, hacía poco que se había casado con una mujer que sobresalía por su belleza; éste fue el verdadero motivo de su muerte, pues uno de los caciques del pueblo pensó que si moría el marido, podría mantener relaciones con su viuda.

Estas personas fueron apresados en sus casas y asesinadas por el mero hecho de ser de ideología izquierdista. Los cadáveres de los 23 fusilados permanecieron tirados en el monte, sirviendo de comida a las alimañas, hasta que un día llegó a la plaza del pueblo un perro comiéndose una pierna humana. Un militar ordenó que se abriera una fosa común y que los restos fueran allí arrojados. En los restos de los cadáveres se podía apreciar como tenían las manos atadas con cables de la luz. En aquel lugar permanecieron durante décadas hasta que el 8 de marzo de 1981 los familiares pudieron recuperar los restos y enterrarlos en el cementerio municipal.

Hubo 11 vecinos de Villarta de los Montes que fallecieron en prisión mientras cumplían condena entre 1939 y 1942: Felipe Triguero Acedo, 36 años, murió en 1939 en el campo de concentración de Castuera. Macario Fernández Tamurejo, 58 años, casado, murió en 1940 en la prisión de Trujillo; Las víctimas en 1941 fueron: Julián Martín López, campesino de 43 años, casado, murió en la Prisión de Almendralejo; Máximo Sánchez Ruiz, ganadero, 36 años, casado con 2 hijos, murió en Badajoz; Isaías Acedo Godoy, jornalero de 54 años, murió en la prisión de Castuera. Ese año murieron en la prisión de Mérida: Blas Ramos Gutiérrez, ganadero de 79 años, viudo con 6 hijos; Alfonso Millán Díaz, cabrero, 34 años, casado con 2 hijos; Julián Blasco Dorado, labrador de 58 años, casado, 3 hijos. En Agosto de 1942 murió en el Penal del Puerto de Santa María Miguel Fernández Talán, chófer de 38 años, casado, 3 hijos. Hubo 2 mujeres que fallecieron en la prisión de mujeres de Mérida: Marciana Merino Gómez, 51 años, esposa del alcalde socialista Julián Molina, murió en 1940. Y Magdalena Romero Villegas, ama de casa de 62 años, casada con 5 hijos, murió en 1941.


banner distribuidora