Un homenaje republicano partiendo de la iconografía
Un homenaje republicano partiendo de la iconografía
Isabel Alonso Dávila


Una forma de hacer memoria de los dos períodos republicanos que ha tenido el Estado Español puede ser hacerla desde un acercamiento iconográfico. Es decir, hacer memoria de sus representaciones más icónicas. Y es que, girando la mirada hacia la iconografía, podremos reencontrarnos con gran parte del ideario republicano.

Recordemos pues, en primer lugar la imagen icónica de la I República: Una mujer joven, alada, coronada de laurel. Una auténtica Marianne en la española. No debemos olvidar que el himno que cantaron inicialmente los republicanos y las republicanas españolas fue La Marsellesa. Un tejido rojo cubre su cuerpo hasta los pies, dejando su pecho izquierdo desnudo (al estilo Delacroix, que en su obra de 1830 “La Libertad guiando al pueblo” había establecido una iconografía que se repite hasta nuestros días) . Un pecho nutricio, de mujer, capaz de alimentar. Una clara demostración de la actualidad que todavía conserva esta imagen es una canción reciente de Rigoberta Bandini (Paula Ribó), Ay, mamá , donde nos dice:

Mamá, mamá, mamá
Paremos la ciudad
Sacando un pecho fuera al puro estilo Delacroix
Mamá, mamá, mamá

Y, más adelante:

No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas
Sin ellas no habría humanidad ni habría belleza
Y lo sabes bien.

Y, la cantante y compositora tiene toda la razón. Después de esta digresión musical, si volvemos a la iconografía, nos encontraremos con que un sombrero frigio, símbolo de libertad, cubre la cabeza de la mujer. Calzada con unas sandalias, también de color rojo, descansa sobre un pedestal en el que podemos leer "11 de febrero de 1873", la fecha de proclamación de la I República, que ha hecho este año su 151 aniversario. En la mano derecha, unas tablas de la ley, donde se puede leer “Ley” y las siglas RF (República Federal) rodeadas por una corona de laurel, en este caso de color dorado. Las tablas de la ley descansan sobre una especie de altar al que se ha grabado un triángulo, clara referencia masónica. En cada uno de los lados del triángulo se pueden adivinar las palabras de la trilogía republicana: Libertad, Igualdad, Fraternidad, los tres preciosos pilares de la sociedad para los y las republicanas.

El brazo izquierdo de La República está elevado y con la mano sostiene una balanza absolutamente equilibrada, símbolo de la justicia, pero también de la igualdad. Junto a su pierna izquierda, una paleta de pintor, un libro, un busto, de mármol o escayola, que quieren recordarnos la importancia de la educación y la cultura. Detrás, un globo terrestre y el símbolo alado del dios Mercurio, porque pensamos en la importancia de las comunicaciones y el comercio. En el último plano de esta parte derecha, dos chimeneas, seguramente de un barco de vapor, humean reafirmando también el poder de las comunicaciones y el comercio. Un puerto, al fondo, al que fondea un gran barco de vela, cierra esa parte.

Al otro lado, junto a la pierna derecha de la imagen de la mujer, un gallo (llegado también éste de la simbología republicana francesa). A su lado, una vez de trigo con una hoz, símbolo del trabajo y la riqueza agrícola. Junto a esta vez, lo que podría ser una colmena, símbolo de la laboriosidad. Detrás de este primer plano, un sorprendente palo de la luz eléctrica, sorprendente por la cronología de la imagen, que sostiene a tres hijos conductores de esta novadora energía en aquellos tiempos. Detrás del palo, un hombre labra la tierra con la ayuda de un par de bueyes. Al fondo, un conjunto de chimeneas fabriles, símbolo de la industria del vapor. Un arco iris incompleto, con los colores de la bandera española, que no es tricolor todavía, da techo a toda la escena.

La imagen que representó la Segunda República guarda similitudes con la de la Primera, pero se ha simplificado. La República mantiene el sombrero frigio, pero su túnica ha cambiado el color, que ahora es blanco y cubre los dos senos, desapareciendo la referencia a Delacroix. Mantiene la balanza perfectamente equilibrada, pero el gallo francés que hacía referencia a los galos ha sido sustituido por un pacífico león, guardián de las instituciones, que acompaña con tranquilidad a la imagen de la mujer. El triángulo donde se podían leer las tres palabras republicanas por excelencia, ha sido sustituido por un escudo, al que volvemos a leer: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Y todo el último plano queda llenado con una gran bandera, en este caso ya tricolor: rojo, amarillo y morado. En la parte derecha de la imagen, algunos de los símbolos que acompañaban a la imagen de la I República se mantienen, el haz de trigo por ejemplo, metro que otros son nuevos y adaptados a las novedades que se habían aportado durante el medio siglo que separó a una república de la otra. Lo más evidente, el avión.

El recuerdo de la iconografía republicana es otra forma de rendir homenaje a las dos repúblicas, y recordar que, como quieren transmitir sus icónicas imágenes, fueron dos importantes intentos de modernización política y social del Estado español. Dos intentos, a los que, desgraciadamente, no se les permitió contar con el tiempo necesario para cuajar.


Fuente → realitat.cat

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