Gregorio Marichalar, víctima de la represión en la Semana Pro Amnistía de 1977
Gregorio Marichalar, víctima de la represión en la Semana Pro Amnistía de 1977 / Angelo Nero 
 
El 12 de mayo la policía mata a Rafael Gómez Jáuregui, en Rentería, sería el primero de las siete víctimas mortales de esa semana trágica Al día siguiente, en Vera de Bidasoa, José Luis Cano es asesinado también por la policía armada. Ese mismo día, también en Rentería, es herido de gravedad Gregorio Marichalar Ayestarán. 
 
La situación en Euskadi se deteriora por la falta de amnistía total”, era el título de un artículo del diario madrileño El País, el 14 de mayo de 1977, en una columna fechada en San Sebastián por la periodista Genoveva Gastaminza -que había comenzado su carrera en 1969, en la Voz de España, perteneciente a la cadena de prensa del Movimiento-, un titular que hoy, cambiando Euskadi por Catalunya, sería impensable, aunque más insólito sería leer un texto como el que venía a continuación, redactado en el apogeo de la Semana Pro-Amnistía de mayo de 1977, cuyas movilizaciones fueron duramente reprimidas por las fuerzas de orden público:
 

“A últimas horas de la noche de ayer, los comisionados de las fuerzas políticas vascas que el martes pasado se entrevistaron con el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, para tratar el problema de la amnistía total, dieron a conocer un comunicado en el que exponen al pueblo vasco el escaso éxito obtenido tras las dos horas de diálogo con el señor Suárez.

El texto del comunicado es el siguiente: «Reunidos todos los partidos políticos abertzales, representantes del grupo de alcaldes y de grupos armados, consideramos una obligación exponer a nuestro pueblo la gravísima situación política en Euskadi, que hemos hecho llegar directamente al presidente del Gobierno español, en audiencia informativa el martes, día 10 de mayo.

En este momento, el Rey, a través de su presidente, debe conocer la situación de profundo deterioro (boicot de partidos ante las elecciones, dimisión de alcaldes, reanudación de ofensivas armadas, falta de credibilidad democrática ante la consulta electoral, etcétera) al que podría verse abocado el pueblo vasco ante la negativa del Gobierno de Madrid a liberar a todos los presos y posibilitar el retorno de los exiliados vascos en la fecha proclamada, 24 de mayo.

El hecho de no haber atendido al pueblo vasco en este derecho necesario e indispensable, no sólo para dar credibilidad a la política seguida por el Gobierno con respecto al pueblo vasco, nos obliga, con honda preocupación, a informar que interpretamos esta negativa como un intento premeditado de dividir las fuerzas políticas vascas, intento que denunciamos ante la opinión vasca e internacional.

Finalmente, manifestamos nuestro propósito de proseguir estas conversaciones entre las fuerzas firmantes para ofrecer a Euskadi la firme voluntad de una acción común.

El pueblo vasco espera que en estas horas tan graves para él no ha de faltarle el apoyo de las fuerzas de oposición democráticas de todos los pueblos del Estado español».

Firman el comunicado, el Partido Nacionalista Vasco, Acción Nacionalista Vasca, Partido Carlista de Euskadi, EHAS, Partido Socialista Vasco (ESB), Eusko Sozialistak, Partido Revolucionario de los Trabajadores Vascos (LAIA), Partido para la Revolución Vasca (EIA), Convergencia Socialista Vasca, ETA-militar y grupo de alcaldes guipuzcoanos.”

Esto venía precedido de la convocatoria en los cuatro herrialdes de Hegoalde de una semana de lucha por la Amnistía, en la que, en los primeros momentos participaron las fuerzas más moderadas, PNV, ANV y PSE (Partido Socialista de Euskadi, la federación del PSOE en el País Vasco y Navarra) y un amplio abanico de organizaciones sindicales, pero ante el incremento de la represión policial, que pasó de emplear botes de humo y pelotas de goma a disparar con fuego real, el protagonismo fue del incipiente movimiento abertzale.

El 12 de mayo la policía mata a Rafael Gómez Jáuregui, en Rentería, sería el primero de las siete víctimas mortales de esa semana trágica Al día siguiente, en Vera de Bidasoa, José Luis Cano es asesinado también por la policía armada. Ese mismo día, también en Rentería, es herido de gravedad Gregorio Marichalar Ayestarán. La noticia de su muerte aparecería en el diario El País, en un artículo también firmado por Genoveva Gastaminza con el titular: “Fallece uno de los heridos en Euskadi durante la semana pro amnistía”, que también reproducimos a continuación.

“El pasado lunes, día 23 falleció en la Residencia Sanitaria de la Segundad Social de Nuestra Señora de Aranzazu, Gregorio Marichalar Ayestarán, de 63 años, uno de los heridos en Renteria en el transcurso de la semana trágica pro amnistía, que arrojó entonces un saldo de cinco muertos, a los que hay que añadir uno más.

Gregorio Marichalar, de 63 años, vivía en el barrio renteriano de Beraun, y el viernes día 13 fue alcanzado por una bala que le atravesó el pecho cuando se encontraba en el balcón de su domicilio, situado en un tercer piso, en el transcurso de uno de los graves enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden que tuvieron lugar en esta localidad guipuzcoana. A las nueve y media de aquel día, se intentó celebrar una asamblea popular en el barrio de Beraun que fue disuelta por las fuerzas del orden.

Gregorio Marichalar ingresó entonces gravísimo en la residencia sanitaria donostiarra, y desde entonces se debatía entre la vida y la muerte. La noticia de su fallecimiento ha sido dada a conocer a través de las esquelas publicadas en el día de ayer por los periódicos locales, donde se indica que los funerales se celebrarían ayer, a las ocho de la noche, en una parroquia renteriana.

Ninguna manifestación pública se ha hecho en torno a esta muerte sólo unas cuantas ikurriñas con crespón negro, colocadas en los balcones de Renteria, era la expresión de luto de un pueblo que ha perdido tres hijos en el transcurso de la pasada semana trágica.”

Por la trayectoria de la bala que segó la vida de Gregorio Marichalar, los forenses afirmaron que el disparo no procedía desde la calle, sino que la trayectoria era descendente, por se sospechó de que fuera un francotirador quien realizó los disparos. No hubo ningún encausado por su muerte y, como al resto de las víctimas de la Semana Pro Amnistía -a excepción de José Luís Cano- cuarenta años después, el estado sigue sin reconocer su condición de víctima de la violencia policial.


Fuente → nuevarevolucion.es

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