Sobre la guerrilla antifranquista en Córdoba. Norberto Castillejo Jiménez, “veneno”
Sobre la guerrilla antifranquista en Córdoba. Norberto Castillejo Jiménez, “veneno” / Antonio Téllez
 
Anarquista de Santa Eufemia (Córdoba), Norberto Castillejo Jiménez (“Veneno”), de 26 años, se lanzó a la sierra en el mes de mayo de 1940. La sublevación militar del 19 de julio de 1936 fracasó en Santa Eufemia. Los insurrectos fueron sofocados por la acción decidida de los trabajadores de la localidad, con la ayuda de miembros de Almadén (Ciudad Real), y milicianos de Conquista —pueblo cordobés donde no hubo levantamiento— sin apenas violencia y sin derramamiento de sangre. Santa Eufemia fue zona republicana hasta los últimos días de la guerra civil, pues solo cayó en manos de los franquistas en su última ofensiva del 26 de marzo de 1939, donde hicieron más de 5.000 prisioneros. Inmediatamente, la represión, convertida en principal función preconizada por el Estado, bendecida por la Iglesia con el beneplácito del Vaticano, personalizado en Pío XII, prosiguió impunemente su terrible ensañamiento contra el vencido que ya se había iniciado el primer día del golpe de Estado. En abril de 1939 más de medio millón de españoles se encontraban hacinados entre rejas, en recintos alambrados, o esclavizados en Batallones de Trabajo, y de ellos, decenas de miles iban a encontrar rápidamente “la liberación” con su asesinato, después de habérseles aplicado sistemáticamente refinadas torturas.
 
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Norberto Castillejo
 

Finalizada la contienda, Norberto Castillejo fue denunciado y detenido dos veces, y en ambas fue dejado en libertad, pero cuando iban a detenerlo por tercera vez buscó su salvación en la sierra. En la persecución de los guerrilleros, a partir de 1939, participaron en Córdoba, como en otras provincias, fuerzas del Ejército, de Regulares, y de la Guardia Civil, secundadas con frecuencia por falangistas y somatenistas armados. Esta heterogeneidad en la fuerza represiva todavía se agudizó en 1940 con la incorporación de la Legión en la parte septentrional de Córdoba, en localidades más intensamente guerrilleras, como Villanueva de Córdoba, Pozoblanco, Belalcázar, Santa Eufemia, cometiéndose innumerables crímenes totalmente gratuitos, sin la menor justificación. La familia de Norberto Castillejo fue cruelmente represaliada por los legionarios, pues una sección actuaba en Santa Eufemia. Todos sus componentes sufrieron palizas y torturas, y al padre del guerrillero, para que declarara donde estaba su hijo, le echaron aceite hirviendo en los oídos.

Ya en la sierra, Norberto se unió primero a la partida de Eugenio Collado Rodríguez (“Corruco”),[1] comunista de Santa Olalla (Toledo), en la que se encontraban otros anarquistas, como Fernando Maraña (“El Joven”)[2] y Eusebio Liborio Lombardía (“Lavija”),[3] ambos naturales de Guareña (Badajoz) —que ocuparon cargos de responsabilidad en la futura 2ª Agrupación de Guerrilleros de Ciudad Real— y luego en la partida de Francisco Corchado Silveira (“Lazarete”),[4] de El Viso (Córdoba), evadido de la cárcel de Hinojosa en septiembre de 1940. Pero Norberto no tardó en independizarse y constituyó su propia partida junto con otro anarquista, Manuel Fernández Fernández (“Secretario”),[5] que había sido responsable en Santa Eufemia de una colectividad de la CNT.

La zona de Santa Eufemia, en el extremo septentrional de Córdoba, tenía un gran valor estratégico para la guerrilla, pues se hallaba en el límite de tres provincias, más especialmente de las dos últimas.

 

Fernando Maraña Falcón ( “El Joven”)
Fernando Maraña
 

La 2ª Agrupación de Guerrilleros se organizó en la provincia de Ciudad Real a comienzos de 1945, por iniciativa del comunista Ramón Guerreiro Gómez (“Julio”)[6] enviado por el PCE de Madrid con este objetivo. Pero su labor no fue muy positiva, pues tropezó con la reticencia de socialistas y anarquistas que no deseaban caer bajo la férula comunista, aplicada ya durante la guerra civil, que más que la unión buscaba el sometimiento de todos los demás a su mandato a pesar de las ya conocidas fatales consecuencias de semejante política en la lucha antifranquista.

Así, pues, Ramón Guerreiro se autodeterminó Jefe de Estado Mayor, pero prácticamente con muy pocas fuerzas a su mando, pues todas las partidas del Valle de Alcudia (socialistas y anarquistas) no estaban dispuestas a admitir la hegemonía que pretendía imponer el PCE. En una amplia reunión de guerrilleros se decidió dar la adhesión a la Alianza Nacional de Fuerzas

Democráticas (ANFD),[7] y fue rechazado el proyecto de la Unión Nacional que los comunistas habían creado en 1943 con una Junta Suprema. También destituyeron a Ramón Guerreiro Gómez (“Julio”) y nombraron como jefes de la Agrupación a los anarquistas Eusebio Liborio Lombardía (“Lavija”) y Norberto Castillejo Jiménez (“Veneno”), aunque el primero por breve tiempo. Pero como es fácil imaginar, también fueron nombramientos más bien teóricos dada la mala inteligencia que reinaba en el conjunto de las partidas, y porque Ramón Guerreiro se mantuvo en sus trece, se quedó en la zona, y no cesó en su mandato de conseguir la absorción ideológica. A partir del otoño de 1945 los comunistas hacían banda aparte bajo la supuesta autoridad de “Julio”.

 

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José Caballero
 

Lo cierto es que estas discordias solo beneficiaban al enemigo común, pues muchos guerrilleros, descorazonados, fueron abandonando la lucha, ya que no deseaban participar en una guerrilla con dos frentes, y ello se produjo ya a finales del verano de 1946, con el alejamiento de combatientes aguerridos, como el socialista José Caballero Domínguez (“Yamba”)[8] o los anarquistas Fernando Maraña Falcón (“Juan” o “Rubio”) y Eusebio Lombardía (“Lavija”). Fue entonces cuando se fortaleció la presencia comunista con el refuerzo de guerrilleros comunistas de Andujar (Jaén), al mando de Víctor Padilla Aína (“Aragonés”)[9] y Francisco Expósito Prieto (“Gafas”).[10]

El 21 de abril de 1947 le llegó la hora a Norberto Castillejo Jiménez (“Veneno”), que a pesar de todas las coacciones había sabido conservar su independencia sin integrarse jamás a las denominadas pomposamente “divisiones” comunistas.

El final de Norberto Castillejo y de sus tres acompañantes fue debido a un asalto de suministro que efectuaron el 20 de abril de 1947 en la finca “Los Matutes”, de Caracollera, cerca del puente de Almadenojos, de donde se llevaron tres cerdos. Un grupo de diez guerrilleros deambulaban por aquella zona y cuatro de ellos se destacaron para buscar comida y luego reunirse con los demás en un lugar convenido.

 

Eugenio Collado (“Corruco”),
Eugenio Collado
 

La muerte de Norberto Castillejo ha sido narrada por el profesor e historiador cordobés Francisco Moreno Gómez. Los encargados de conseguir víveres eran, además de “Veneno”, Manuel Martínez de la Mata (“El Mera”), Adelardo Tena Gómez (“Timochenko”) y Manuel García Peco (“Templao”). Después del asalto ya citado, se produjo la denuncia correspondiente, y fuerzas de Almadén se lanzaron sin pérdida de tiempo a la búsqueda de los autores.

A primera hora de la madrugada del día 21 de abril una tropa de guardias y soldados de Regulares se situó en el cruce de la carretera de Gragantiel con la de Almadén, cortando la retirada hacia el monte de la Rivera, y se rastreó toda la zona, hasta entrar en contacto con los cuatro guerrilleros en el lugar denominado Montegícar (Granada). Se entabló un intenso tiroteo y el primero que cayó fue Martínez de la Mata (“El Mera”), de 36 años, natural de Cabeza de Buey (Badajoz), y luego Norberto Castillejo Jiménez (“Veneno”), de 33 años, mientras Adelardo Tena Gómez (“Timochenko”), de 31 años, un pastor también de Cabeza de Buey, se entregaba. El cuarto, que era Manuel García Peco (“Templao”), de 40 años, y natural de Belalcázar, había sido herido y se había escondido, pero “Timochenko” debutó aquel día su carrera de traidor, pues indicó a la fuerza donde se encontraba y lo capturaron.

Un consejo de guerra que juzgó a los dos prisioneros junto con un buen número de enlaces y colaboradores denunciados por “Timochenko” se celebró en Ciudad Real, capital, el 6 de julio de 1949, y el 24 de agosto de 1949 fue fusilado “Templao” en el cementerio de la ciudad. “Timochenko” fue condenado a 20 años de reclusión, pero su labor de guía y de confidente le sirvió para que le redujeran la pena y en junio de 1952 salió de El Dueso en libertad condicional.

 Bibliografía

MORENO GÓMEZ, Francisco: La resistencia armada contra Franco. Ed. Crítica. Barcelona, 2001.

BUENA, Francisco (Editor): Córdoba en la posguerra. Córdoba, 1987.

AGUADO SÁNCHEZ, Francisco: El Maquis en España. Editorial San Martín. Madrid, 1975.

MOLINA, Juan Manuel: El Movimiento clandestino en España (1939-1949). Ed. Mexicanos Unidos. México, 1976.

SERRANO, Secundino: Maquis. Historia de la guerrilla antifranquista. Ed. Temas de Hoy. Madrid, 2001.

SÁNCHEZ TOSTADO, Luis Miguel: La guerra no acabó en el 39. Ed. Ayuntamiento de Jaén, 2001.

 Notas

[1] Eugenio Collado (“Corruco”), murió el 11 de mayo de 1942 en combate con la Guardia Civil.

[2] Fernando Maraña Falcón ( “El Joven”) fue muerto en 1947 en un tiroteo en Madrid.

[3] Eusebio Liborio Lombardía (“Lavija”) murió el 5 de noviembre de 1946 en un tiroteo en Tetuán de la Victorias (Madrid).

[4] Francisco Corchado Silveira (“Lazarete”), murió el 5 de marzo de 1948 en un combate en Sierra del Mochuelo (Ciudad Real).

[5] Manuel Fernández Fernández (“Secretario”), murió el 28 de octubre de 1948, junto con otro guerrillero, Juan Calero Murillo (“Gorrión”), en una emboscada que les tendieron en el casco urbano de Pozoblanco (Córdoba).

[6] Ramón Guerreiro Gómez (“Julio”), natural de Vivero (Lugo), murió el 8 de mayo de 1948, en un asalto a su refugio de Piedrabuena (Ciudad Real).

[7] La ANFD se constituyó oficialmente en Madrid, por iniciativa de la CNT, en octubre de 1944, con la participación de republicanos, socialistas, UGT, CNT, pero sin los comunistas que todavía entonces andaban enfrascados en su particular Unión Nacional Española, creada en 1943, con una rimbombante y supuesta Junta Suprema.

[8] José Caballero Domínguez (“Yamba”), se refugió en Francia en 1949.

[9] Víctor Padilla Aína (“Aragonés”) murió el 28 de septiembre de 1948 en un combate cerca de Molina de Las Hoces, término de Visio del Marqués (Ciudad Real).

[10] Francisco Expósito Prieto (“Gafas”), se refugió en Francia el 22 de septiembre de 1948, y murió en Clermont-Ferrand (Puy-de Dôme) el 9 de abril de 1998.

Publicado en Polémica, número 78, diciembre 2002


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