El exterminio criminal de los maestros republicanos cántabros por canallas franquistas. Asesinatos extrajudiciales
El exterminio criminal de los maestros republicanos cántabros por canallas franquistas. Asesinatos extrajudiciales / Tulio Riomesta 
 
Los mecanismos franquistas para aniquilar al magisterio Republicano Cántabro se aplicaron un año después de comenzada la guerra, cuando los rebeldes tomaron la Región, por lo que bastantes maestros fueron sometidos a farsas judiciales, especialmente gracias a denuncias de particulares. Al margen de las prácticas sediciosas “jurídicas”, los fascistas llevaron a cabo asesinatos, “paseos”, desapariciones, sobre todo en los primeros meses y en las zonas más apartadas de la región. El proceso depurativo aplicó sobre los maestros sucesivos instrumentos de castigo administrativo y judicial. Y además, al menos 35 maestros fueron asesinados.


Los franquistas asesinaron extrajudicialmente, normalmente mediante “paseos” los 11 maestros:

Saturnino Díez Alonso, maestro de Escobedo de Camargo y presidente del Subcomité del Frente Popular del pueblo. Le atraparon falangistas de Escobedo que le conocían, le asesinaron y apareció muerto y enterrado en una fosa una mies cercana a La Tajona. Era capitán del Ejército Republicano, su padre era mando de la guardia civil y vino a enterarse, pero no hizo nada. 

Emiliano Gómez Pérez, maestro de Espinilla (Hermandad de Campoo de Suso) de 59 años, miembro de las Casas Campesinas de la UGT. Fue “paseado” en La Frontal (Puerto de Palombera), hacia Septiembre de 1937. 

Antonio Villarroel Pellón, maestro de Tezanos (Villacarriedo), miembro de Izquierda Republicana (IR) y alcalde de Villacarriedo en 1936. Estuvo 7 meses escondido en Tezanos, pero el 21 de marzo de 1938 fue descubierto oculto en un pajar y asesinado a sangre fría unos minutos después en el paraje del Recuesto, cuando era conducido a la cárcel local de Villacarriedo: “El maestro de Tezanos, Antonio Villarroel, fue maestro mío, no ha habido mejor maestro. Era de La Vega, él no iba a misa, pero nunca nos quitó de ir a misa ni nada, era del Partido Socialista, pero era una bella persona”. A pesar de todo fue sometido posteriormente a farsa judicial acusándole de marxismo, y de que al tratar de huir la guardia civil que le conducía, hizo fuego sobre él, y habiéndole alcanzado 3 disparos falleció de muerte instantánea. 

Pablo Hernando Pastor, de 56 años, que había sido maestro de Escalante desde 1908 a 1934, en que pasó a serlo de Marrón (Ampuero), fue detenido en la calle Gibaja de Santander el 30 de octubre de 1937 y fue víctima de “paseo”, pero ya no se supo más de él, no se llegó a saber con certeza dónde le mataron. Cuando su mujer fue a solicitar 2 años más tarde la pensión de viudedad, le dijeron que estaba cesado en esta escuela por fallecimiento.

Otros maestros murieron en las cárceles franquistas debido a las terribles condiciones de insalubridad fruto del hacinamiento y la falta de higiene, o directamente asesinados:

José Safont Canales, maestro de Astillero, murió el 14 de abril de 1938. 

Martín Río Acebo, maestro de Cartes, de 57 años, falleció encarcelado en una de las prisiones de Torrelavega el 3 de junio de 1938. 

Indalecia Sánchez Martínez, maestra de Cudón (Miengo), de unos 60 años, murió encarcelada en Santander el 21 de junio de 1938,
Dolores Albarrán López, maestra de Llano (San Felices de Buelna), de 60 años, falleció en la prisión provincial de Santander el 20 de mayo de 1939. 

Esteban Pérez Pérez, maestro de Omoño (Ribamontán al Monte), de 62 años, murió el 22 de noviembre de 1941 al poco tiempo de haber sido excarcelado.
Domingo Martínez-Conde González, maestro natural de Resconorio (Luena), de 45 años, falleció en el Penal del Dueso el 5 de noviembre de 1942.
José Carrasco Zapatero, maestro de Llano (San Felices de Buelna), de 36 años, murió en la cárcel de Alaejos (Valladolid) el 14 de noviembre de 1942.  

Pedro Estébanez González, maestro de La Cueva (Castañeda), murió en la cárcel alcanzado por disparos de los centinelas: “Pedro Estébanez fue maestro mío, murió en la cárcel. Se puso a explicar cosas a los presos que estaban con él, como si estuviera en la escuela, le mataron los vigilantes, pensarían que estaba preparando algo para escaparse.” No falleció en el acto; después de ser alcanzado por los disparos se le trasladó a Valdecilla y allí murió el 23 de agosto de 1938, con 60 años.

Más información en Maestros Cántabros Asesinados mediante farsas judiciales


La depuración franquista del Profesorado cántabro durante la guerra civil (Enrique Gudín de la Lama, Jesús Gutiérrez Flores, Fernando Obregón Goyarrola, Enrique Menéndez Criado). Maestros cántabros en la Guerra Civil: la represión en cascada (Enrique Gudin)


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