La exposición “Tras las huellas de la memoria Burgos 1936-2016”
En Burgos, España, cerca de 700 personas rindieron homenaje a las víctimas de la represión franquista y de las Brigadas Internacionales. Nancy Wallach del ALBA estuvo allí.
El premio ALBA/Puffin 2015, concedido al activista español Emilio Silva, puso de relieve una de las cuestiones centrales de derechos humanos en la España actual. Su importancia quedó patente en mi visita a Burgos el pasado mes de abril, donde participé en el programa “Tras las huellas de la memoria” celebrado en el Teatro de Burgos. Cerca de 700 personas llenaron el teatro en solidaridad con las víctimas de la represión. Era el mismo teatro que sólo dos años antes había acogido la presentación del libro de la hija de un fascista local. La Asociación de Familiares de Desaparecidos y Asesinados de Burgos me había invitado a añadir al suyo mi testimonio sobre la experiencia de mi padre en San Pedro de Cardeña, el campo de concentración de la Brigada Internacional. Su invitación demostró el papel que las Brigadas Internacionales siguen desempeñando en los esfuerzos antifascistas de hoy en España.
El programa se llevó a cabo junto con una exposición de un mes de duración en el Centro Cultural de Burgos, que documentó las vidas de aquellos recientemente exhumados de las innumerables fosas comunes de Burgos, una zona que fue duramente golpeada por los años de la dictadura de Franco, debido a las numerosas prisiones de la región, incluido el antiguo monasterio que albergó el campo de concentración de las Brigadas Internacionales.
El 16 de abril tuvo lugar una conmovedora ceremonia durante una exhumación en la que los cuerpos recuperados fueron devueltos a sus familias. Una exposición en el Centro Cultural dio seguimiento a esta recuperación de la memoria histórica, mientras figuras que antes habían sido cuerpos anónimos en fosas comunes recuperaron sus identidades, restauradas a través de artefactos, documentos y biografías basadas en las investigaciones de los historiadores y autores Luis Castro. , Ian Gibson y el organizador del Comité Antifascista de Burgos, Nacho García. Uno de los aspectos impactantes de la exposición fueron las reproducciones de documentos de las autoridades fascistas que liberaban oficialmente a los prisioneros, quienes, adormecidos por una falsa sensación de seguridad, fueron llevados a lugares donde fueron torturados y ejecutados. El trabajo de los antropólogos forenses locales ha ayudado a establecer sus identidades y las circunstancias de sus muertes. Fue conmovedor ver a los familiares asimilar esta información. Vi a una nieta jugando con un montón de piedras que contenían los nombres de los recuperados de las fosas comunes, mientras su madre intentaba explicarle su significado.
La exposición, al igual que el programa de teatro que siguió al día siguiente, cumplió un doble propósito: no sólo descubrir los crímenes de los fascistas, sino también restaurar la dignidad y la humanidad de los prisioneros individuales. Por ejemplo, un compositor local, Antonio José, que al igual que Lorca había utilizado la música folclórica de España como inspiración para sus propias composiciones y que también, como Lorca, había sido asesinado por un pelotón de fusilamiento fascista, hizo interpretar su obra por Compañía de Flamenco actual en el Teatro de Burgos. Maurice Ravel vaticinó que este amigo de Lorca se convertiría en “ el compositor español de nuestro siglo”. Ian Gibson, biógrafo de Lorca, inició el fin de semana con una conferencia sobre la represión franquista y sus consecuencias para la cultura española.
Escuchando los testimonios de antropólogos forenses, ex presos y familiares, no pude evitar pensar que el título “Un Homenaje a las Víctimas” no era del todo exacto, ya que el término “víctima” no acreditaba la perseverancia, la fortaleza y el coraje que necesitaron las familias para proseguir su búsqueda de honrar y recuperar la memoria de estos héroes de España. Un relato particularmente conmovedor de los obstáculos que aún enfrentan fue el de Natividad Rodrigo, quien relató cómo cuando tenía cinco años había presenciado el asesinato de su padre y su madre embarazada por los fascistas como represalia contra su abuelo activista sindical. Cuando la derecha española le pregunta por qué persiste en sacar a relucir los acontecimientos de hace 80 años en lugar de “superarlo y seguir adelante”, ella responde que “hace ya 2.000 años que Jesucristo fue asesinado” y pregunta por qué su Los propios protagonistas no han 'seguido adelante'”.
Cuando llegó mi turno de hablar, traté de enfatizar el mismo espíritu de resistencia entre los prisioneros de la Brigada Internacional en San Pedro, relatando no sólo su sufrimiento, sino también sus esfuerzos por conservar su humanidad y dignidad a través de su periódico clandestino, su “Universidad de San Pedro”, y su solidaridad para proteger las identidades de sus oficiales y camaradas que habían huido de países fascistas. Mi padre y sus compañeros brigadistas se habrían sentido orgullosos.
Nancy Wallach, hija del veterinario de Lincoln, Hy Wallace, es miembro de la junta de ALBA
Fuente → albavolunteer.org
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