Los crímenes de los rebeldes franquistas en Almadén de la Plata (Sevilla)
Los crímenes de los rebeldes franquistas en Almadén de la Plata (Sevilla). Parte 1 / Tulio Riomesta
La Represión Durante los años 30 en Almadén de la Plata se agudizaron las tensiones sociales características de los campos andaluces. A ello contribuyó notablemente el continuo incumplimiento por parte de la patronal agraria del Decreto de Laboreo Forzoso, dando lugar a un aumento sustancial del paro. Los gobiernos derechistas del bienio negro crisparon el ambiente debido a sus políticas involucionistas que contribuyeron de forma notable al deterioro de la situación socioeconómica de las clases trabajadoras. Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936, fueron destituidos todos los gobiernos municipales ilegalmente nombrados en 1934 por los gobiernos reaccionarios, y fueron restituidos en sus cargos y funciones los alcaldes y concejales democráticamente elegidos en los comicios de 1931.

Confirmada la noticia del golpe militar, la mañana del 19 de julio de 1936 las autoridades Municipales Republicanas, junto a las direcciones locales de los partidos correspondientes, y los sindicatos obreros crearon un Comité de Defensa de la República para dirigir la vida en la localidad. Ese mismo día se hizo un llamamiento a los trabajadores que se encontraban en los campos del término para que regresaran de inmediato al pueblo a ponerse a las órdenes del Comité. Acudieron primero los obreros que trabajaban en las obras de construcción del Canal del Viar, y después el resto de trabajadores del campo, ocupados en tareas de recolección y trilla de cereales propias de la temporada.

Las autoridades del Comité mantuvieron en todo momento el control de la situación, nombrando patrullas de vigilancia para evitar desmanes y saqueos, tanto de las viviendas particulares de los derechistas más significados, como de la iglesia, imágenes o enseres de su interior, que no sufrieron daño alguno. Comenzaron requisas de armas, y alimentos organizando un Economato para proveer de alimento a la población. Grupos de milicianos realizaron requisas de leche, carne y ganado, cereales, sobre todo trigo, y aceite, en cortijos y fincas del término.

Mientras tanto, la guardia civil se encerró en su cuartel, donde permanecieron sin ser hostigados, pero cuando aparecieron los golpistas salieron a unirse a ellos. Almadén de la Plata fue tomado por los militares rebeldes el 5 de agosto de 1936. Una columna de 60 guardias civiles y 30 falangistas comandada por el brigada de la Guardia Civil Juan Ruiz Calderón, ocuparon el pueblo sin encontrar resistencia, ya que un número considerable de habitantes, mayoritariamente hombres asociados al Frente Popular, abandonó la población buscando refugio en las sierras aledañas, o tratando de alcanzar territorio bajo control Republicano.

Una milicia de civiles fascistas armados controlaba la población. Las detenciones y asesinatos de vecinos señalados como “rojos” comenzaron de inmediato por el aparato represivo franquista. Se puso en marcha la persecución, encarcelamiento, y exterminio, no solo de quienes habían empuñado las armar para defender la República, también de sus familiares, y de personas sospechosas de simpatías por las instituciones Republicanas. Aunque numerosos derechistas declararon repetidamente que los Republicanos no cometieron actos de violencia de ninguna clase, contra personas ni cosas durante los 16 días de existencia del Comité de Defensa, los franquistas utilizaron los vesiánicos bandos de guerra dictados por el cabecilla de la rebelión en Andalucía, el golpista Gonzalo Queipo de Llano, utilizándolos hasta finales de 1937.

Los rebeldes fascistas dieron rienda suelta a sus peores instintos desde el primer momento de la ocupación, cebándose sobre todo en jornaleros, y en militantes frentepopulistas, sobre todo los que habían ocupado cargos públicos en la administración Republicana. Según las anotaciones de los registros, de los 14 concejales represaliados, 3 fueron asesinados, y otros 7 desaparecieron. Hubo 2 interventores electorales asesinados, y 6 constan como desaparecidos. En total los bandidos franquistas asesinaron al menos a 35 personas, 32 hombres y 3 mujeres. Fueron condenados a prisión 64 Republicanos, 59 hombres y 5 mujeres. Hay al menos 46 hombres desaparecidos. Pero además, según el testimonio de Emilio Blanco Díaz, último alcalde de la dictadura franquista, el número de víctimas ascendería a 64, el doble de las contabilizadas en los archivos de la guardia civil, ya que la mayoría de los Republicanos asesinados en Almadén bajo el eufemismo de “aplicación del bando de guerra” ni siquiera llegaron a ser inscritas en los Registros Civiles.

Las víctimas fueron asesinadas en la tapia del cementerio o en las cunetas de la carretera que une Almadén con El Real de la Jara, en un descansadero de la vía pecuaria Cordel del Monesterio. Las inhumaciones de los asesinados se hicieron en fosas preparadas fuera del recinto pero próximas a las tapias del cementerio donde se ejecutaron los fusilamientos, aunque se piensa que también existen fosas en el interior.

Continúa en Víctimas en 1936 y Después de 1936


La información es un resumen del Documento original, MAÑANA RECORDARÉ TU NOMBRE, La represión franquista en Almadén de la Plata (Sevilla) 1936-1949 de José Antonio Jiménez Cubero


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