El règim del 23F: el dia de la marmota
El régimen del 23F: el día de la marmota
Joan Rovira

"El 23F es la sombra omnipresente de Franco y de sus herederos coronados. Es la clave que lo cuenta todo, el día de la marmota que nunca acaba"
 
En la cultura política española, desde 1982, febrero es el mes del 23F . Del 23 de febrero de 1981. Pueden parecer imágenes o historietas de la prehistoria, para muchísima gente de menos de cuarenta o cincuenta años… Un guardia civil con bigote y pistola, unos tanques yendo arriba y abajo por Valencia, un rey campechano en la tele para hacer ver que detenía el golpe que él mismo había puesto en marcha, un pueblo que salió a las calles para defender la democracia…

Todo ello, una inmensa tomadura de pelo. Una brillante estafa.

Hace décadas que nos intoxican con el cuento para bobos de la Constitución del 78, como si Yahvéh hubiera bajado del Sinaí hasta la Carrera de San Jerónimo : se apareció a Juan Carlos I cuando murió el abuelo Paquito, iluminar con la democracia, la gente la votó masivamente y boca, hasta el fin de los tiempos se tragará una democracia ejemplar, consolidada, madura, homologable, fruto de una transición milagrosa y todas estas cosas.

Ni caso. La actual democracia española nació la noche del 23 de febrero de 1981 y la caparon de madrugada y al día siguiente . Los días siguientes acabaron de culminar la castración y de redondear un relato absolutamente falso del que la casta castellana y madrileña ha vivido más que bien hasta octubre del 2017, cuando el pueblo de Catalunya resquebrajó para siempre aquél cuento relleno de mentiras. No ha habido otra revuelta democrática seria, ni el 15M, contra el orden neofranquista. De ahí la venganza, que no tendrá freno: porque saben que estuvieron a dos milímetros del abismo, por culpa de los catalanes.

Pero, como la verdad siempre acaba saliendo, desde los años 80, cada mes de febrero aparece alguna cosita más de la gran operación de estado que encadenó y prostituyó a la democracia.

Hace unos días, el inefable Anson , cocinero de todas las sopas tóxicas del poder castellano, se soltaba, a los noventa años, con un vídeo en el que decía que explicaba por fin toda la verdad. Podría ser, si olvidemos todas las veces que ha contado toda la verdad… Ahora nos cuenta un nuevo cuento, el de los dos golpes de estado, y profundiza un poco más, no demasiado, en la implicación de Felipe González y del campechano/emérito , siempre por el bien de la patria, por supuesto. Pocas novedades, más allá de la pahorra, de la naturalidad de quien se cree dueño y señor de la península y de lo que tan bien describe esta palabra en castellano: desfachatez.

En paralelo, a medida que se acerca la fecha fundacional del Nuevo Estado , comienzan a salir nuevos estudiosos, nuevos apuntes, como los del periodista Carlos Fonseca, poco amante de teorías y suposiciones imaginativas, muy enganchado a los hechos ya los papeles, que titula sabiamente de la forma más gráfica y contundente posible: la farsa del 23F . Hay honestos, como éste, o deshonestos e intoxicadores, como los de la escuela de Javier Cercas, por ejemplo. Pero todo va saliendo a la luz…

El 23F es el día de la marmota . Desde entonces, en España es siempre 23 de febrero.

El 23F debería ser el día de la fiesta nacional española . Es el día fundacional, la primera piedra. Y tendría más éxito, mucho más, que el 12 de octubre o el día de la Constitución, que no le importa a nadie.

¿Todo esto son batallitas de hace más de cuarenta años, para boomeros y jubilados nostálgicos?

En absoluto. Son los cimientos desnudos crudamente de la democracia española, del régimen del 23F que nunca ha sido del 78.

Si entendemos que vivimos en el régimen del 23F entenderemos los abusos de jueces y fiscales , las maniobras orquestales con las amnistías y los indultos, la cobardía fantasiosa de los líderes políticos catalanes, el autonomismo de vía estrecha, los follón de todas las historias cruzadas de corrupción, la debilidad de la monarquía, obsesionada en esconder su poder real y el pecado original, el miedo a la represión, el poder brutal de los represores… y el colpismo que forma parte del ADN del régimen del 81. Sin el 23F , sin su triunfo indiscutible, sin el “tranquilo, Jordi tranquilo” no se entiende como el generalísimo Aznar puede llamar abiertamente a un golpe de estado con ese pronunciamiento tan descarado: “Lo que pueda hablar, que hable, lo que pueda hacer, que haga, lo que pueda aportar, que aporte, lo que se pueda mover, que se mueva” . Si esto no es una llamada al golpe de estado y al movimiento

El 23F no es pasado sino presente. Los militares franquistas se han convertido en jueces de raíces franquistas o cuerpos paramilitares, siempre dispuestos a salvar a la patria al precio que sea y perseguir a traidores, sediciosos, rebeldes y presuntos terroristas. El rey es todavía la cabeza oculta de las fuerzas vivas del estado. La prensa española dominante no es más que una versión actualizada del estercolero de mentiras publicadas del franquismo. Las élites económicas siguen chupando la sangre y el dinero de todos…

Y la sociedad española sigue siendo, con algo de margen para las libertades individuales (sexo, cañas de cerveza y fiesta, ya que el catolicismo neofranquista se encuentra en franca decadencia), una sociedad intoxicada , a la que censuran descaradamente los medios de comunicación, una sociedad que teme, amenazada por una ley mordaza que es profundamente franquista.

El día de la marmota es siempre el mismo y explica los exilios, el uno de octubre, la deriva neofascista del PPVOX e incluso todas nuestras debilidades, rendiciones y miserias . El 23F es la sombra omnipresente de Franco y de sus herederos coronados. Es la clave que lo explica todo, el día de la marmota que nunca acaba. No nos dejemos engañar, éste no es el régimen del 78: todo empezó el 23F. Y aquí estamos, todavía.


Fuente → elmon.cat

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