De la Dictadura a la República (1923-1936)

De la Dictadura a la República (1923-1936)  

Las libertades humanas

En esos tiempos difíciles floreció una nueva literatura española. Solana ha conservado en el cuadro “La tertulia de Pombo” (reunión de escritores en un café, conducida por ramón Gómez de la Serna). Cuadro de Solana. Fuente: Pequeña Historia de Grandes Naciones. Foto Archivo.

La Dictadura de Miguel Primo de Rivera, como casi todas las dictaduras, consigue el orden público al precio de perder las libertades humanas


Con Primo de Rivera, España alcanza un gobierno militar, que más tarde daría paso a un gabinete civil; pero tampoco entonces se consiguieron los derechos civiles. Alfonso XIII siguió siendo jefe del estado. Fuente: Pequeña Historia de Grandes Naciones. Foto Archivo.

Con la ayuda de Francia se termina la guerra de Marruecos, se inicia un plan ambicioso de obras públicas y la calle deja de ser escenario de asesinatos diarios. A cambio de ello los españoles se encuentran con un régimen en que la censura de prensa y de palabra son normales. Mientras la marcha de los políticos desprestigiados por sus dudas y vacilaciones no apesadumbra demasiado, sí molestan las medidas severas con que se ataca cualquier intento de actuar en el país de forma heterodoxa. Desde el primer momento, Primo de Rivera se enfrenta a los intelectuales y en el destierro estará el más famoso de ellos, Miguel de Unamuno, así como el más popular de los escritores españoles, Blasco Ibáñez. Igualmente, el dictador se enfrenta desde el principio con los catalanistas, con sus decretos restrictivos del uso de lengua e insignias de la región.



La política con sus pintadas llegó hasta los cementerios. Fuente: Pequeña Historia de Grandes Naciones. Foto Archivo.

A pesar de ello podría haberse mantenido más tiempo en el poder si no hubiera sido por la depresión económica mundial de 1929 que alcanza también a España, negando el aforismo de que orden equivalga a estabilidad económica y por su gran error al enfrentarse por cuestiones nimias con el Arma de Artillería, cuarteando así el más sólido baluarte en que se apoyaba, es decir, el ejército. En 1930, Alfonso XIII cede a las presiones de los enemigos del dictador y lo despide. Se ha discutido mucho sobre si la Dictadura fue la compuerta que detuvo la República durante más de seis años o la precipitó con su existencia. Parece más seguro lo segundo, porque al final de los años veinte se habían pasado a la idea republicana muchos monárquicos (como Sánchez Guerra), que se sintieron desligados de la obediencia a un rey que no cumplía la constitución que había jurado. Tras unos intentos infructuosos de Berenguer de volver el país a los tiempos anteriores a 1923, la monarquía se encontró enfrente a los grupos más importantes del país. Los intelectuales más prestigiosos (Marañón, Ortega y Gasset, Pérez de Ayala) forman la Agrupación al servicio de la República, y les seguirán lo más granado de los escritores y profesores españoles, desde Bergamín a Américo Castro, desde Antonio Machado a García Lorca.


Federico García Lorca, el poeta más conocido de la generación del 27, fue asesinado en Granada en los primeros días de la guerra civil. Fuente: Pequeña Historia de Grandes Naciones. Foto Archivo.

Las agrupaciones, especialmente el Partido Socialista, presionan en la calle, y el ambiente llega a ser tal que bastarán unas elecciones municipales, es decir, unas elecciones en las que sólo se ventilaba la administración de unas ciudades y que la izquierda gane en las más importantes, para que el rey abandone España y se proclame la República. La segunda República española se encontró desde el principio básicamente con los mismos peligros que la primera. Por un lado la extrema derecha, aferrada a unos privilegios que se oponía a ceder sin darse cuenta de que su tiempo había pasado. Por el otro lado, una extrema izquierda que considera llegado el momento de la revolución social. Así, cuando se proclama la «Ley de Defensa de la República», se hace tanto contra una derecha nostálgica como contra un anarquismo militante que ha dicho, desde el primer momento, que el nuevo régimen lo había traicionado. Si el partido político se llama Federación Anarquista Ibérica (FAI), el sindical era la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que en 1936 llegó a tener más de medio millón de afiliados, superando a la Unión General de Trabajadores que era el órgano sindical del Partido Socialista.


En la época de la república, las diferencias políticas se dirimen en la calle, donde aparecen los primeros muertos. Fuente: Pequeña Historia de Grandes Naciones. Foto Archivo.

Este último hubiera podido ser el equilibrio de la joven república; con su organización, con hábiles políticos a su cabeza y la masa de trabajadores que le seguían, podría haber sido el pivote en que se apoyara una república de izquierdas sin extremismo. Pero la presión del Partido Comunista, mínimo numéricamente pero muy activo, consiguió que en lugar de , ala derecha del partido, y de Indalecio Prieto su centro, obtuviera la jefatura el ala izquierda representada por Largo Caballero. El establecimiento de una alianza con los comunistas hizo imposible que funcionara la que había que establecer con la burguesía republicana, llevando al fracaso al más importante de los políticos que alumbrara la República, Manuel Azaña.

«Azaña hizo tanto por consolidar la República como para destruirla, sin que sea paradoja».
Azaña impulsó una reforma militar que en principio era lógica y natural (había 623 generales para un ejército de cien mil hombres), pero la llevó a cabo de forma hiriente para los afectados. Consiguió la expulsión de los jesuitas utilizando, como Carlos III, como pretexto, el cuarto voto de obediencia a una potencia extranjera (el papa) y con ello se enemistó totalmente con la Iglesia.

Su frase «España ha dejado de ser católica», que repitieron todos sus enemigos sacándola del contexto, le procuró la animosidad de toda la derecha española... y la de los republicanos católicos como los que seguían a Miguel Maura (hijo de Antonio). La derecha, más inteligente, intentó un compromiso de la tradición católica española con las exigencias sociales del momento, fundando una democracia cristiana que se llamó CEDA; y fue dirigida por otro hombre de categoría política e intelectual alumbrado por la República llamado José María Gil-Robles. Su intento fracasó, como había fracasado el de Azaña. Si a éste le achacaban sus aliados de la izquierda que era demasiado lento en sus reformas, a Gil- Robles le insultaban los de la extrema derecha por sus tímidos planteamientos de las necesidades sociales. Las fuerzas de las dos Españas se perfilaban cada vez más como enemigos en potencia. Hubo un bienio de izquierda, 1931- 1933, en el que se intentó la reforma agraria, la reforma del ejército, la enseñanza laica; hubo otro bienio de derecha, 1933-1936, en el que se dio marcha atrás a todo lo intentado sin sentar seriamente nuevos fundamentos. La violencia se fue imponiendo en la calle de nuevo.


José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador, funda la Falange Española, en imitación del fascismo italiano y del nazismo alemán. Fuente: Pequeña Historia de Grandes Naciones. Foto Archivo.

Al estilo de los movimientos fascistas de Italia y Alemania, surge en España la Falange Española de las JONS, dirigida por José Antonio Primo de Rivera, hijo de Miguel Primo de Rivera, que intenta compaginar tradición y revolución en ideal nacional-sindicalista. La izquierda le declarará una guerra a muerte y la derecha lo dejará solo no permitiéndole siquiera conseguir un puesto de diputado en las elecciones de febrero de 1936, que dieron el triunfo al Frente Popular. Derrotado en las elecciones el único capaz de frenar la extrema derecha, Gil-Robles, y elegido presidente de la República, es decir abandonando el gobierno, Manuel Azaña, habían desaparecido de la escena política los dos posibles moderadores. En la calle se sucedían los atentados políticos. Caía un día un socialista y al día siguiente un falangista. Los sindicatos se peleaban entre ellos por llevarse el consentimiento de los trabajadores. La derecha se va agrupando al lado del ejército, que tras ponerse en relación con sus principales mandos, ha decidido tomar el poder. El 18 de julio de 1936 se declara el estado de guerra en varias poblaciones españolas. Ha empezado la guerra civil.

FUENTE: © FERNANDO DÍAZ PLAJA (1918-2012). Textos extraídos de "PEQUEÑA HISTORIA DE GRANDES NACIONES". Págs. 100 a 105. EL BLOG DE ACEBEDO.
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RESEÑA BIOGRÁFICA


© BIOGRAFÍAS Y VIDAS. La enciclopedia biográfica en línea (Internet).

Fernando Díaz-Plaja. (Barcelona, 1918 - Montevideo, 2012). Ensayista y narrador español, hermano de Guillermo Díaz-Plaja.


Son obras suyas, entre una extensísima gama de ensayos divulgativos, Teresa Cabarrús (1943), Historia Universal de la Cultura (1946) La vida española en el siglo XIX (1952), La vida norteamericana (1955), Guzmán el Malo (1963), El amor en las letras españolas (1963), Francófilos y germanófilos (1973), Viaje por la Europa roja (1981) y El abate Marchena: su vida, su tiempo, su obra (1986). El más popular de todos ellos fue El Español y los siete pecados capitales (1966), obra cuyo "tirón" aprovechó el autor en una serie de libros en los que se analizaba el comportamiento ante los mismos pecados de estadounidenses, (1968), franceses (1969), italianos (1970) y habitantes de los distintos países de la Europa del Este (1985). A comienzos de los ochenta publicó una serie de siete artículos sobre parecido tema con el título de "Los siete pecados capitales en el tren" en la revista Vía Libre y, pocos años después, adaptó la obra original a serie televisiva. (...). Seguir leyendo en.... Biografías y Vidas.

AUTORES. © Fernández, Tomás y © Tamaro, Elena. «Biografía de Fernando Díaz-Plaja». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en Biografías y Vidas. [fecha de acceso: 25 de enero de 2024].


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