En el 90 aniversario de la pronunciación de uno de los discursos feministas de mayor calado en el seno del Partido Galeguista, recuperamos la memoria de una mujer que acabaría por inspirar la participación política de miles de mujeres en Galicia.
Sin contar con su figura, su historia del feminismo gallego de preguerra quedaría totalmente incompleta. Mercedes Docampo de la Fuente fue la secretaria del inédito Grupo Feminino del Partido Galeguista de Ourense que se formó en 1933 convirtiéndose en un referente para que otras mujeres gallegas se sumasen en la defensa de la lengua y de la cultura gallega. Estamos ante una mujer, una maestra, que tuvo una intensa proyección pública y una participación salientable en los eventos y Asambleas del Partido Galeguista donde llegó a pronunciar unos discursos intensos y de hondas convicciones sobre el devenir de su tierra que suscitaron emocionados aplausos y grandes aclamaciones por parte de la organización.
Siguiendo sus pasos y su ejemplo caminaba su hermana Rosa que participó asimismo en este inédito agrupamiento galleguista de mujeres ourensanas para luego dar un paso valiente emprendiendo y dirigiendo el Grupo Feminino das Xuventudes Galeguistas de Ourense. Es interesante destacar el propósito de estas ourensanas, y concretamente el de Mercedes, para congregarse y «“luchar por Galicia”, mas esta ilusión no tuvo el tiempo suficiente para consolidar la presencia de las mujeres en el galleguismo por la brevedad de vida del grupo, tan sólo de tres años, ya que, como es sabido, el aliento opresor del régimen franquista prohibió el Partido Galeguista y comenzó a perseguir a sus integrantes viéndose también Mercedes sumida en aquella represión.
Mercedes nació el 7 de abril de 1906 en Ourense en el seno de una familia modesta. Era hija de Manuel do Campo López nacido en 1860 en Bergondo, Betanzos, y de Corona de la Fuente Iglesias, nacida en 1874 y natural de Pazos de Arenteiro en el ayuntamiento de O Carballiño. Manuel trabajaba de pintor mientras que Corona atendía las labores del hogar. El matrimonio llegó a tener diecisiete hijos de los cuales sobrevivieron ocho que fueron Antonio, Aser, Daniel, José (Pepe), Ángel, Mercedes, Fernando y Rosa. El matrimonio pasaría ciertas estrecheces para sacar adelante a todos los hijos ya que sólo contaba con los ingresos de Manuel pues Corona se dedicaba de pleno a las faenas domésticas y atender la crianza de todos los niños.
La familia recibió duros golpes de vida que minaron poco a poco la salud de Corona pues en 1918 Antonio, el primogénito, marchó para Cuba para no volver, pero fue loable la labor de exaltación de la cultura gallega que allí llevaría a cabo. Aser, el pequeño, el hijo inquieto, soñador muy vinculado a Basilio Álvarez, fue detenido en 1920 debido a su militancia agrarista y en 1923, de camino a un mitin, falleció de un ataque al corazón. Además de esto, en 1937, Corona, que sentía un fuerte apego por sus hijas, sufriría lo indecible cuando Mercedes se vio envuelta en el proceso de la comisión depuradora que la sancionó con el destierro al pueblo remoto de Manzaneda. Una separación que iba a ser vivida por la madre y por la hija con un gran pesar.
Mercedes se matriculó en 1922 en la Escola Normal de Ourense, tenía 16 años. Compaginaba los estudios en la Normal con su colaboración en la Escuela Obrera de la Inmaculada Concepción de la capital ourensana que estaba dirigida por Blanca Calvo. Ya entonces mostraba dotes de locuacidad de cara al público en los eventos organizados por esta institución. La Escuela Obrera tuvo un influencia decisiva en el carácter de Mercedes pues le transmitió unos valores que siempre perdurarían en ella. Esos principios eran la religión, la tradición, la ayuda a los más necesitados, la educación de las mujeres, amor por la cultura e, incluso, la germinación del sentimiento por la cultura y tradiciones gallegas, dado que los actos organizados por la Escuela Obrera se aderezaban de folclorismo. En 1926 remató los estudios de magisterio de manera brillante con un total de veinte sobresalientes y la concesión de matrícula de honra. El título fue expedido por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y firmado por el rey don Afonso XIII el 13 de junio de 1927 en el que figura la brillante calificación de sobresaliente y Premio extraordinario.
Con veinte años y el título de maestra comenzó a ejercer en 1927 en el colegio Concepción Arenal de Ourense. Tuvo la fortuna de tener de compañeros a relevantes docentes vinculados con el galleguismo de los que poder aprender como eran Ángel Martínez Doval que era el presidente de la Irmandade Galeguista de Ourense y que en 1932 ocupó el cargo de vicepresidente del Partido Galeguista ourensano. También Eleuterio González Salgado, militante del Partido Nacionalista Republicano, concejal y diputado provincial, un hombre de carácter fogoso y proverbial que en los mítines propagaba la defensa de una Galicia libre y autónoma y afirmaba que la mujer gallega tenía una gran influencia para el destino de la “nueva Galicia”.
Después de ejercer durante
unos cinco años en el colegio Concepción Arenal, Mercedes solicitó en
1933 entrar en las listas de interina y le dieron la plaza en el
colegio de Cerdeira en San Xoán do Río. Un año más tarde, el 16 de
marzo de 1934, sería destinada a la escuela de Cusanca en O Irixo y en
noviembre desde incluso año le dieron traslado para escuela de
Soutopenedo, en San Cibrao.
En estos años cuando comienza su implicación con el galleguismo y será una de las primeras fundadoras del Grupo Femenino del Partido Galeguista. No cabe duda que en su trayectoria galleguista, en Mercedes tendría mucho que ver el ejemplo de sus hermanos mayores, Antonio y Aser, ya que ambos giraron su vida entorno al compromiso cultural y reivindicativo de la tierra y de Galicia. Junto a este influjo habría que sumar aquel profesorado con el que ella fue coincidiendo tanto como alumna como compañera ya que, como se dijo, eran militantes o simpatizantes del Partido Galeguista. Y, cómo no, Otero Pedrayo y Vicente Risco, dos referentes intelectuales de toda Galicia, autores literarios fundadores del Grupo Nós y de reconocido prestigio en la Auriense de la época y que Mercedes tuvo ocasión de conocer y escuchar.
Así pues Mercedes, junto con medio centenar de mujeres, con el apoyo y los ánimos del partido galeguista local, constituyeron en el mes de septiembre de 1933 el Grupo Feminino doPartido Galeguista de Ourense que comenzó a celebrar sus propias juntas en el local sito en la calle Luis Espada número 21 de Ourense. Mercedes fue la secretaria de agrupación, pero, sin duda, fue el alma y motor del grupo ya que la eres era a que ponía la voz y el espíritu de las mujeres galleguistas. La agrupación comenzó a tener sola en la ciudad ya que realizaban actos sociales y participaban en los eventos festivos del 25 de julio, día de la Patria.
Las representantes ourensanas comenzaron a asistir a las Asambleas del Partido y, por supuesto, no podían faltar a la III Asamblea ya que se celebraba por primera vez en Ourense. Fue, sin duda, una reunión de gran concurrencia y llena de fraternidad. En ella, cuando todo el auditorio saludó y alabó la presencia del grupo de mujeres ourensanas, Mercedes Docampo tomó la palabra y agradeció en nombre de todo el Grupo la exaltación que acababan de recibir. Improvisó un discurso en el que dijo que las mujeres ourensanas, no por partidismo, sino por galleguidad debían sentirse con el deber sagrado para Galicia. En esta corta pero intensa y contundente intervención hizo una apología del galleguismo como un movimiento redentor de la Tierra. Pronunció con valentía y afán militante un discurso para que las mujeres gallegas fomentaran en los hijos y hijas la galleguidad y lograran que se impregnaran del sentimiento y la inquietud por su Patria. Mercedes parecía entenderlo como una hazaña épica para lograr que Galicia llegara a ser dueña de su porvenir y se rigiera por sí misma. Es la defensa de un nacionalismo gallego, una nación con atributos de madre, de mujer, Galicia es la matria.
Mercedes acudiría a la IV Asamblea celebrada en abril de 1935 y tomando la palabra destacó la necesidad de seguir propugnando la creación de grupos femeninos en toda Galicia con el fin de hacer una mayor obra de patriotismo y “vincular” a las mujeres y a los niños al movimiento galleguista.
Mercedes demostró su compromiso con Galicia. Alentó a la formación del Grupo Feminino das Xuventudes Galeguistas en Ourense del que su hermana, Rosa, sería una de las directivas. Al analizar los discursos por ella pronunciados se vislumbra que su locuacidad fue evolucionando desde unos inicios más ligados al sentimiento maternal cara otros de mayor compromiso social y político no alejándose en solicitar el voto de las mujeres hacia izquierda.
Lamentablemente, con la llegada de la dictadura todo decayó. El Partido Galeguista es disuelto y el Grupo Feminino, que llevaba tres años organizado también desaparece. El nuevo régimen no da sosiego y comienza a perseguir con saña a los docentes. Mercedes estaba ejerciendo en la escuela de Soutopenedo en San Cibrao, un pueblo de Ourense, y fue denunciada por el párroco de ser socialista y de apoyar al Frente Popular. Después de un proceso que duró varios años a Comisión Superior Ditaminadora del Ministerio de Educación Nacional la sancionó de empleo y sueldo y al destierro dentro de la provincia por un año, luego ampliado a dos. El castigo también incluyó la prohibición de solicitar cargos vacantes durante dos años y la inhabilitación para el ejercicio de cargos directivos y de confianza en instituciones culturales y de enseñanza.
En julio de 1940, solicitó a la Superioridad a revisión de su expediente de depuración pero como contestación tuvo la ratificación y confirmación de la sanción.
Este traslado obligado fue incomprensible para la familia y muy doloroso para Mercedes pues no consideraba haber cometido ninguna falta de conducta. Mas estaba claro que su antecedente de encabezar el Grupo Feminino del Partido Galeguista de Ourense hirió a la susceptibilidad de las autoridades. Para ella supuso un duro golpe pues se vio separada de sus padres a los que estaba muy unida y que ya iban mayores. Hubo una posibilidad para liberarse de esta opresión cuando su hermano Antonio le envió una carta animándola a salir del país e irse a Cuba para dar clases en el plantel del colegio Concepción Arenal del que era director, mas ella rechazó la propuesta y asumió el destino que le impusieron.
Cuenta la familia que Mercedes llegó a Manzaneda, para la época un pueblo de montaña y muy remoto de la provincia, y allí vivió en una pequeña habitación. Se sintió muy sola y sólo estableció cierta relación con el maestro de la escuela de niños. La pequeña escuela consistía en un salón en unas condiciones muy deficientes y precarias situado por encima del cortijo del ganado.
A pesar de todo, Mercedes se entregó de lleno a su trabajo y con el máximo empeño de que las niñas asistieran siempre la clases, ya que era consciente de los problemas del absentismo, por lo que no tenía reparo en reprender a los padres cuando no enviaban a las hijas a la escuela. Mercedes aplicó su sabiduría para enseñar a las niñas del pueblo para que habían podido defenderse en la búsqueda de un futuro más próspero. Muchas mujeres que fueron alumnas de Mercedes aún la recuerdan y manifiestan “gracias a ella pude hacer lo que hice y llegué aquí”, pues Mercedes siempre las animó a alcanzar a sus metas.
Relata la familia que Mercedes era una mujer tradicional, de ideas muy firmes y carácter reservado debido al peso de la opresión. Poseía una amplia cultura y era ávida lectora y una grande admiradora de Vicente Risco. No casó y se entregó de pleno a la docencia hasta que jubiló en el año 1965. Después se trasladó a Vigo y vivió en la casa de su hermana Rosa y con sus sobrinos que la recuerdan con cariño. Falleció esta gran mujer el 23 de mayo de 1978, a los 72 años. Sus restos reposan en Tui.
Fuente → elsaltodiario.com
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