Las más de siete mil víctimas del fascismo en el Alt Empordà

Las más de siete mil víctimas del fascismo en el Alt Empordà
Cristina Vilà

Manel Alaió y Manubens presenta el 1 de diciembre en Figueres el libro 'La represión franquista' (Edicions Gorbs) que saca a la luz la identidad de personas afectadas en la comarca 

El historiador y periodista ha tenido acceso, entre otros, a los archivos militares a los que ha podido analizar los consejos de guerra

Entre 1985 y 1990, los historiadores Josep Maria Solé i Sabaté y Joan Vilarroya publicaron tres volúmenes esenciales para entender la guerra civil y la dictadura en Cataluña pueblo a pueblo, incluyendo los nombres de los represaliados de izquierdas y los asesinatos en la retaguardia . Cuando el periodista e historiador Manel Alaió y Manubens (Barcelona, ​​1954) profundizó, pensó que habría que ir a la concreción. El día a día dejó el proyecto en el cajón hasta que al jubilarse lo reanudó y ahora, todo este trabajo, que ha hecho emerger más de siete mil nombres de víctimas de aquel conflicto bélico en el Alt Empordà , ve la luz en el voluminoso libro La represión franquista. Represaliados y víctimas de la guerra civil en el Alt Empordà (Edicions Gorbs) que se presenta el 1 de diciembre, a las seis y media de la tarde, en el Cercle Sport Figuerenc.

«Me interesa poner las cosas en su sitio porque no podemos permitirnos perder la memoria de un capítulo tan importante para este país, es un periodo fundamental y aquello, hoy, todavía lo estamos viviendo», justifica Manel Alaió. Ha sido una labor lenta tomando el trabajo de Solé y Vilarroya como punto de partida. «La de ellos fue un trabajo ingente y tiene un mérito tremendo porque solo podían consultar los registros de los cementerios o civiles de cada pueblo», dice Alaió. Él, en cambio, ha podido sumergirse en numerosos archivos, de los que ha exhumado los datos, y sobre todo en los militares accediendo al número de encausados ​​en la causa general, inculpados o sometidos, a consejos de guerra y en los expedientes de la ley de responsabilidades políticas oa la depuración del cuerpo de funcionarios. Los más de siete mil nombres aflorados, recogidos en el libro, tanto hombres como mujeres, son represaliados de izquierdas; soldados muertos, tanto franquistas como republicanos; asesinados en la retaguardia; deportados a los campos de la muerte y los exiliados conocidos. «Todos, del primero al último, son víctimas de la insurrección militar fascista y la violencia engendrada para que sin ésta nadie hubiera muerto», asegura Alaió. Lo corrobora un informe de la comandancia de la Guardia Civil de Girona de 1939 que señalaba que del 16 de febrero de 1936, al ganar el Frente Catalán de izquierdas y el Frente Popular en España, el 19 de julio de ese año, no hubo ninguna muerte ni violencia. La de Figueres también lo ratifica.

Caravana de vehicles a la carretera de Portbou al Coll dels Belitres, camí de l’exili.

Caravana de vehículos en la carretera de Portbou en el Coll dels Belitres, camino del exilio. ARCHIVO COMARCAL DEL ALT EMPORDÀ (POR CORTESÍA DE EDICIONES GORBS)

En este libro, Manel Alaió rehuye teorías y conclusiones, «sólo expongo hechos» . Así, en la primera parte presenta todas las leyes del franquismo que avalaron la represión. Destaca un capítulo dedicado a la que se infringió contra las mujeres, de las que una cincuentena pasaron por un consejo de guerra. En la segunda parte, incluye el largo listado de víctimas en la comarca. En el caso de los consejos de guerra: el nombre completo, fecha de nacimiento, oficio, la afiliación sindicado, si tenía cargo en el ayuntamiento, si fue en prisión, donde fueron fusilados, donde se exilió, la causa , la sentencia, fecha de muerte o libertad y la conmutación, si se daba. Como detalle, de los 1.420 consejos de guerra expedidos, 115 fueron penas de muerte, 26 de muerte conmutadas por prisión perpetua y 235 de prisión perpetua (treinta años). El grosor principal de edades iban de 29 a 38 años y le seguían de cerca, las personas de 19 a 28 años. En el caso de la ley de responsabilidades políticas, ésta "buscaba la destrucción social y económica del individuo y la familia". Las penas podían ser la pérdida de los bienes, la inhabilitación de cargo público e incluso el destierro, a menudo de doscientos kilómetros. «Muchos fueron al País Valenciano, un lugar desconocido donde todo el mundo sabía que eran rojos desterrados, cómo vivir marcado», se pregunta Alaió.

«Aún quedan muchas lagunas»

«Muchas personas desconocen hoy cuál fue el destino de sus abuelos», dice el autor quien añade que la mayoría «no hablaban de la guerra porque, como podían hacerlo con las tremendas humillaciones que sufrieron». El historiador confirma que «aún quedan muchas lagunas», nombres que desconocen. Lo sabe porque han localizado a personas de la comarca en edad del servicio militar fusiladas en el campo de concentración de León, lo que abre nuevos interrogantes. También entre los exiliados: «Al ser una comarca fronteriza, nunca llegaremos a despejarlo». Así, comparando los censos de diciembre de 1936 y julio de 1940, Manel Alaió constata una variación drástica de población en algunos pueblos. En Portbou, por ejemplo, desaparecen novecientos vecinos: «Dónde están», se pregunta. La respuesta quizá se encuentre al otro lado de la frontera. Sin embargo, seguir la huella es muy complejo. Figueres, por el contrario, gana mil novecientos. Éste es un hilo, dice, para seguir estirando aunque es consciente de que con la frontera al lado «nunca sabremos cuánta gente se marchó».


Fuente → diaridegirona.cat

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