Cine y memoria democrática, antídoto contra el olvido y el fascismo

Cine y memoria democrática, antídoto contra el olvido y el fascismo

“Luchamos para que no se olvide nuestra historia. La destrucción del pasado es uno de los peores crímenes porque ese pasado forma parte de nuestro patrimonio. Por eso es fundamental que la memoria histórica se introduzca en el currículo educativo como elemento de garantía y de no repetición”. Así presentó Amparo Climent, presidenta de la Asociación Arte y Memoria, la VII edición del Festival de Cine Internacional por la Memoria Democrática (Fescimed) en la Academia de Cine en Madrid. Recuperar y mantener la memoria desde la creación y el cine, ese es el objetivo de este festival. Lo volverán a hacer del 12 de al 17 de diciembre en Madrid.

Son los jóvenes los que han abierto la puerta de la esperanza preguntando a los abuelos que ahora están empezando a hablar

Este año son más de 1.900 cortometrajes, de 31 países, los que se han presentado a la convocatoria. Cada pueblo tiene diferentes maneras de afrontar la memoria, contó el director de Fescimed y actor Carlos Olalla. Estos cortos nos traen esperanza, dijo. “Son los jóvenes los que han abierto la puerta de esa esperanza preguntando a los abuelos que ahora están empezando a hablar”. Una cuarta parte de los trabajos presentados están realizados por menores de 30 años.  Hay relevo.

Y una de las personas jóvenes que recoge ese testigo es la cantautora y compositora Rozalen. Ella es la galardonada este año con el premio Lola González Ruiz, Compromiso y memoria que otorga la Asociación Arte y Memoria. “Lo que siento que tengo que hacer es hablar y contar lo que mi abuela tuvo que callar tantos años”. Su abuela tuvo un hermano silenciado en una fotografía de un joven de 18 años del que nunca se hablaba pero siempre estaba ahí. Como su abuela le recuerda alegre y cantarín, le dice a Rozalen que de ahí le viene a ella lo del cantar. En los pueblos pequeños no se hablaba de lo que había pasado para no abrir heridas, recordó la cantautora. Hasta que se empezó a hablar. Aquel joven era Justo, fue reclutado en la quinta del biberón y murió en la guerra. Recuperaron su cuerpo y su memoria hace poco. A él le dedicó Rozalen una canción en el que se reflejaban todos los Justos que defendieron la República y la libertad.

La artista también recordó cómo llegó a ese compromiso con la memoria. Lo hizo viajando por Alemania y América Latina, y en concreto en Chile cuando visitó el Museo por los Derechos Humanos. Una frase se le quedó grabada: “Esto está hecho para que se sepa lo que pasó y no se vuelva a repetir”. Era una frase muy sencilla que lo decía todo. Lo comparó con España y vio que aquí no había nada parecido. La memoria se reducía a ámbitos más familiares, como aquellas películas a través de las que su padre le contaba lo que había pasado en este país.

Con voz de mujer

En este festival tienen mucho peso las mujeres. Lola González Ruiz, quien da nombre al premio, y cuya voz y testimonio revivió en un vídeo que mostraba la resistencia del franquismo contra el pueblo que se organizaba y luchaba por la democracia en las calles, un audiovisual que recuerda quién se dejó la piel y la vida, quiénes fueron realmente las madres y los padres de la democracia y cómo asesinaba el régimen. Cristina Almeida, que compartió despacho con Lola y fue una de las primeras persona en recibir este reconocimiento, fue quien le entregó la estatuilla a Rozalen con estas palabras: “La vida no acaba con las pistolas sino cuando dejamos de pensar solidariamente en los demás. (…) Si Lola es un símbolo de la memoria, Rozalen es un canto a la libertad”.

Mujeres son también cinco de los seis miembros del jurado de este Festival de cine y memoria. Y mujeres son también las asesinadas. La sesión comenzó con un minuto de silencio en pie por el doble asesinato machista del día anterior en Madrid: Tatiana Beatriz A. T., de 25 años, y su hija de apenas cinco. Y ya son 53 en lo que va de año. También se habló de la masacre en Palestina. Y en la Academia del Cine se volvió a oír “No a la guerra”.

Pero sobre todo se habló de Memoria Democrática y lo que significa tener esa ley. Lo hizo especialmente el recién nombrado ministro de Memoria Democrática Ángel Víctor Torres Pérez. Habló del recuerdo de su abuelo represaliado. También  de “los pozos del olvidó”. En 2003 siendo alcalde de la ciudad canaria de Arucas, una vecina acudió a pedir ayuda para abrir aquellas fosas. Entonces había pocos instrumentos jurídicos para responder. Hoy tenemos una Ley de Memoria Democrática y recursos para trabajar la memoria y ayudar “a las familias rotas por defender la libertad” expresó. En la jornada se repitió la advertencia de que los derechos conquistados pueden perderse si no se defienden, y así lo subrayó también el ministro: “Es fundamental defender la libertad y la democracia para que nunca se vuelva a perder”.

El fantasma del resurgir del fascismo asomó en varias ocasiones. Muestra su rostro en la calle pero sobre todo en el anonimato de las redes, como contó Rozalen. Aquí no pudo entrar. Al fascismo se le para con cultura y memoria. También con educación, por eso, como dijo Climent al comienzo de la ceremonia, la memoria tiene que entrar en el currículo escolar. También en el cine, y hacerlo desde y con las y los jóvenes.

Enlace: fescimed.com

Una semana de cine y compromiso para que lo peor de la historia no se repita
 

Del 12 al 15 de diciembre se proyectarán los cortometrajes de la sección oficial en la Cineteca del Matadero, en Madrid. Para superar distancias y compatibilizar los horarios de conciliación, cada jornada —y hasta las 18 horas del día siguiente—, el Festival ofrece la posibilidad de ver los cortometrajes en su página fescimed.com.

Viernes 15. Coloquio Memoria y Educación con la proyección del documental Misiones Pedagógicas dirigido por Gonzalo Tapia.

Sábado 16. Coloquio El exilio español en Francia con la proyección del documental Toulouse la rouge, de Marcelo Peres y Nicola Taglabue.

Domingo 17. Gala de entrega de los cortometrajes premiados. En esta edición el premio Albert Camus se entregará a Federico Mayor Zaragoza, en el apartado Memoria viva; a la Asociación Aferem, por Memoria y educación; y al ayuntamiento de Argelès sur-Mer y al memorial del campo Argelès sur-Mer en el apartado de Memoria y exilio.


Fuente → mundoobrero.es

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