Tras la “Operación Felipe VI” de estos últimos años, que principalmente ha consistido en vender que no tenía conocimiento alguno de las múltiples corruptelas de su padre (cosa menos creíble que el tarot) y en engordar sus supuestas virtudes que en todo caso pondrá al servicio de los monopolios, llega la “Operación Leonor”. Meticulosamente diseñada como toda maniobra del régimen cuando pasa ciertos apuros agravándose su crisis (sobre todo anticipándose al futuro sabiendo que se desarrollará más), no solo tiene como objetivo blanquear a la monarquía para así perpetuarla. Esta es un medio para prolongar este tipo de régimen en su conjunto la monarquía representa de forma explícita la ausencia de ruptura con el fascismo que la impuso y está estrechamente ligada -por intereses comunes evidentes- al Ejército, a la Iglesia y a la oligarquía que realmente ostenta el poder. Como lo está a los principales partidos del régimen que cierran filas en torno a su reinado, otra cuestión fundamental que une a PP, VOX y PSOE.
A través de la princesa Leonor quieren reforzar la institución y el Estado del que forma parte siendo uno de sus pilares. Maquillándose con una falaz versión más “cercana y amable”. Papel que también desempeña la reina Leticia con todo tipo de teatrillos y saraos para publicitarse como “una más del pueblo” y encubrir lo casposo y retrógrado que supone la mera existencia de la monarquía. Para ir de moderna e intentar conectar con la juventud a la que han dejado sin oportunidades dignas, Leticia recientemente recitó unos versos -propios de los sobres de azúcar- de uno de los raperos “progres” de moda. De esos que parecen Pedro Sánchez haciendo rimas. Eso sí, hacer raps -u otras denuncias- explicando las fechorías de la Casa Real sigue estando condenado con prisión. Algo que ni recordó el citado rapero cortesano, ni los medios que empleaban esta anécdota para popularizar a los feroces enemigos de los intereses populares. No hay día en el que presentadores y tertulianos babosos del Reino dejen de vomitar multitud de peloteos patéticos para levantar el apoyo a estos “simpáticos” multimillonarios, a costa de tantas políticas que precisamente son de todo menos amables.
La jura de la Constitución por parte de Leonor al cumplir la mayoría de edad e incumplir numerosos de sus puntos como la broma de mal gusto que asegura que “todos somos iguales ante la ley”, ha sido la excusa perfecta para intensificar la campaña constante pro monarquía. Sustentada únicamente por mentiras, pues como con este sistema en general, no hay verdad que pueda lograr que los trabajadores se lo trague. Las encuestas inventadas a las que dan bombo, quieren hacer creer que la mayoría de la población siente adoración por Felipe y Leonor. Es indudable que una parte considerable aún no se opone a este y a otro tipo de parasitismos, pero de ahí a colarnos que Leonor ha vuelto monárquicas a millones de personas, hay un abismo. Basta con escuchar las declaraciones del ex Presidente Suárez reconociendo que impidieron un referéndum sobre monarquía porque seguramente lo hubieran perdido, para que quede claro que a estas alturas con la monarquía mucho más desgastada y un serio deterioro del nivel de vida, ni toda su manipulación es suficiente para gozar de un apoyo popular mayoritario, cosa que no quita que sea tan preocupante como dañino el apoyo que aún mantienen y que haya que combatirlo difundiendo los argumentos que a diferencia de ellos, los republicanos antifascistas sí tenemos.
Mientras los monarcas y sus hijas se paseaban de celebración en un Rolls Royce regalado por Franco (estampa que lo resume todo), la “izquierda” domesticada del Congreso se limitaba a tímidas críticas. ¡Son tan serviles e inofensivos que ni en la época con mayor descrédito de la monarquía le han plantado cara de verdad! Es más, incluso han contribuido a su blanqueo como lo prueban las repugnantes declaraciones de Iglesias, Díaz y compañía sobre Felipe estos últimos años. Hasta el calificativo de republicanos les viene grande a esta panda de farsantes mercenarios. Como reconocía la defensora de la monarquía Pilar Eyre: “Si depende de estos partidos, habrá monarquía para rato”. Ni siquiera han derogado las “injurias” a la Corona como prometieron hasta la saciedad. Como cobardes que son, solo elevaron el tono contra Juan Carlos cuando sus escándalos ya no podían taparse. Para variar, sin impulsar movilizaciones serias. Sin señalar alto y claro que el problema de la familia real no se limita a un tipejo especialmente golfo, corrupto e impune, sino que toda esta no es tolerable porque carece de cualquier legitimidad democrática y para colmo nos cuesta una bárbara millonada mientras faltan servicios básicos y la pobreza se generaliza.
Ahí es donde es necesario poner el foco y no, como quieren la “izquierda” del capital y su Estado, exclusivamente en los escándalos del emérito. ¿Acaso el presupuesto de toda la Casa Real es menos escandaloso que los sobornos con dinero público a sus amantes? ¿Acaso que la institución sea hereditaria y encima puesta a dedo por Franco, es menos grave que el cobro de comisiones? No es cosa de una manzana podrida como repiten, todas lo están, incluyendo la cesta que las sustenta. Por ello no solo hay que poner fin de un maldita vez a la monarquía, también al tipo de régimen putrefacto que representa. Igual de antidemocrático y enemigo de la igualdad que esta. Porque la negación de vidas decentes tiene todo que ver con la acumulación de lujos por parte de la familia real y de los explotadores a quienes sirven. Porque la vulneración de todos los derechos y libertades va aparejada a la imposición por la fuerza de esta y otras lacras. Así que solo una República Popular con la que despojemos del poder a los grandes capitalistas, podrá evitar que la riqueza sea saqueada por una ínfima minoría como los Borbones y que por tanto, se invierta en el bienestar de la clase trabajadora. Algo que siempre hace falta recordar, pero ahora que nos machacan con la “Leonormanía” es una buena oportunidad.
Fuente → haizeagorriak.wordpress.com
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