Los caminos de los prisioneros
Los caminos de los prisioneros
Juan León Moriche

Mapa elaborado por el ejército a principios de los años 40 del siglo pasado en el que se pueden ver las carreteras y carriles que estaban hechos o se estaban haciendo con el trabajo esclavo de los prisioneros.

Mapa elaborado por el ejército a principios de los años 40 del siglo pasado en el que se pueden ver las carreteras y carriles que estaban hechos o se estaban haciendo con el trabajo esclavo de los prisioneros.

Dos meses después de acabada la guerra civil, en el mes de mayo de 1939, el general Franco ordena la construcción en las dos orillas del Estrecho de Gibraltar de cientos de kilómetros de carreteras y carriles, búnkeres, nidos de ametralladoras, fortificaciones, apeaderos en los ferrocarriles, muelles, polvorines, hospitales, instalaciones militares de todo tipo y el emplazamiento de piezas de artillería y cañones en lugares estratégicos. Su objetivo: Entrar en la Segunda Guerra Mundial del lado alemán, conquistar Gibraltar y el Marruecos francés y cerrar el estrecho a la navegación de los aliados, especialmente de los británicos. El general golpista, que había recibido la ayuda material y humana del dictador alemán para derrotar a la España democrática, buscó entonces la ayuda del líder nazi y fueron técnicos alemanes los que también asesoraron en el diseño y construcción de los búnkeres y fortificaciones de esta comarca. Pero en 1943, cuando las obras estaban acabando, y viendo más cercana la derrota de Hitler, Franco empieza entonces un acercamiento a los aliados y a decir que las obras del Estrecho eran sólo con fines defensivos.

Todas aquellas obras las hicieron unas 30.000 presos republicanos que estaban cumpliendo condena en los batallones disciplinarios de trabajadores, y que en su mayoría procedían de otras regiones de España. Muchas de las carreteras y pistas que durante los fines de semana utilizan hoy los campogibraltareños para ir a las playas o al campo las construyeron en aquellos años los presos republicanos: Las que van desde la carretera Nacional 340 a Punta Paloma o Bolonia, las que van desde Castellar a Sotogrande, desde Los Barrios a Facinas, de La Estación de San Roque a Los Barrios, la de San Pablo a Ronda y la de Ronda a San Pedro de Alcántara. O la que va desde Algeciras hasta el faro de Punta Carnero, pasando por la playa de Getares, entre muchas otras.

Todas ellas están hechas a pico y pala con el esfuerzo de miles de personas cuyo único delito había sido defender al Gobierno de la República democráticamente elegido por la mayoría de los españoles. Muchas perdieron la vida en aquellas obras, debido al hambre, los malos tratos y las pésimas condiciones que soportaban en los campos de concentración en que vivían.

El Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar solicitó en 2016 a la Junta de Andalucía que declare Lugar de Memoria Histórica todas las obras, edificaciones, carreteras y carriles del Campo de Gibraltar que se realizaron con el trabajo esclavo de estos presos. Y que instale en los lugares más concurridos y emblemáticos paneles y señalización que recuerden el sacrificio de aquellos hombres y honren su memoria. Es lo mínimo que les debemos por todo lo que hicieron por nosotros. La petición aún está en trámite, cinco años después.

Un grupo de prisioneros tira de grandes sogas a mano para mover por railes de tren un gran cañón traído hasta el puerto de Tarifa en barco y que había que llevar a unas de las baterías de artillería de costa de este municipio.

Un grupo de prisioneros tira de grandes sogas a mano para mover por railes de tren un gran cañón traído hasta el puerto de Tarifa en barco y que había que llevar a unas de las baterías de artillería de costa de este municipio.

Decenas de prisioneros intentan mover un gran cañón llegado al puerto de Tarifa.

Decenas de prisioneros intentan mover un gran cañón llegado al puerto de Tarifa.

Trabajadores de los batallones de presos, algún mando militar y algún civil posan junto a un cañón de gran calibre sobre el recién construido puente del río Jara, en Tarifa.

Trabajadores de los batallones de presos, algún mando militar y algún civil posan junto a un cañón de gran calibre sobre el recién construido puente del río Jara, en Tarifa.

Hitler y Franco, en Hendaya, en la reunión que celebraron en octubre de 1940. Los presos habían empezado trabajar en las obras del Estrecho más de año y medio antes, cuando la Segunda Guerra Mundial aún no había comenzado.

Hitler y Franco, en Hendaya, en la reunión que celebraron en octubre de 1940. Los presos habían empezado trabajar en las obras del Estrecho más de año y medio antes, cuando la Segunda Guerra Mundial aún no había comenzado.


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