La jura de la constitución de Leonor: una performance reaccionaria para lavarle la cara a la monarquía
La jura de la constitución de Leonor: una performance reaccionaria para lavarle la cara a la monarquía / Lucía Nistal 
 
El espectáculo de la Jura de la Constitución de la princesa Leonor en su dieciocho cumpleaños ha tenido notas medievales, franquistas y sobre todo una gran representación del régimen del 78 y su constitución contraria al derecho a decidir. Los reyes no se van, a los reyes hay que echarlos, y el acto vuelve a poner encima de la mesa la actualidad de la pelea por el derecho a decidir.
 
El espectáculo que nos han dado con la Jura de la Constitución de Leonor, la heredera, ha sido difícil de tragar. A poco que hagamos un ejercicio de distanciamiento, de mirar desde fuera las horas de protocolo interminables, con miles y miles de euros de dinero público en forma de caballos, uniformes, motos, banderas, sombreros con plumas, el baldaquino de gala de la fachada del congreso de 215 kg, más banderas, el Rolls-Royce y toda la pompa, resultan bastante anacrónicos, con un tufillo medieval. Una sensación que no aminora precisamente cuando le han puesto el “Collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III” a la heredera.
 

Pero había otro tufillo en el ambiente, muchas no hemos podido evitar hacer comparaciones (odiosas) mientras nos recorría la espalda un escalofrío al oír ese “viva el rey y viva España” en el hemiciclo. En la retransmisión de televisión española, especialmente lacayuna para la ocasión, insistían en que la jura sería exactamente igual que la que hizo su padre en el 86. Aunque bueno, la Constitución no es exactamente la misma, en el 2011 el PP y el PSOE modificaron el artículo 135 para subordinar los derechos sociales al pago de la deuda.

Pero esta comparación quería en realidad borrar otra, que algunas malintencionadas no queremos dejar de hacer: tenía lugar en el mismo escenario en que su abuelo juró las leyes franquistas, en concreto juró sobre la Biblia acatar los Principios del Movimiento Nacional con Franco al lado, ahí es nada. Y es que claro, esta comparación pone encima de la mesa que la corona es una institución rescatada e impuesta por un dictador genocida, y esto no encaja muy bien con los discursos que han dado hoy en el Congreso sobre democracia.

Porque sí, la Presidenta del Parlamento, Francina Armengol, ha subrayado la democracia consolidada y moderna, el presente libre y democrático que tenemos. Tiene tela hablar de democracia con toda una institución hereditaria haciendo una performance delante. Y luego podemos hablar también de la ley mordaza que fue definida como medieval en portadas de diarios internacionales y que ahí sigue, o de todos los represaliados que hay por luchar, a ver cuánta democracia nos queda, que lo mismo se trata solo de una “democracia” para ricos. O democracia borbónica, como la llama con acierto Alberto Lardiés.

Otra cosa que ha subrayado Armengol es que Leonor es “una mujer joven cercana al sentir mayoritario de su generación”, y cuesta no reírse, como poco, con este intento de hacer pasar a la princesa como alguien que tiene la más mínima idea o interés por los problemas y sentires de una juventud precaria, a la que no le quieren dejar decidir sobre su presente ni sobre su futuro. Tampoco pasaremos por alto el intento de hacer un guiño a las mujeres, incluso de darle una pátina feminista a una de las instituciones más patriarcales que se me ocurren.

Otro guiño ha sido el que ha hecho citando a un poeta valenciano en catalán, otro vasco en euskera y una poeta gallega en el correspondiente idioma. Un gesto que algo tiene que ver con la negociación para formar nuevo gobierno que pasa por los votos de Junts, pero que no puede en manera alguna disimular el españolismo rancio que ha recorrido la ceremonia.

Pedro Sánchez, por su parte, pletórico en el día de hoy, que le viene genial después de anunciar la amnistía (hiper limitada) que va a necesitar para formar gobierno, ha dicho algo bastante clave para entender toda esta operación. Le decía a Leonor: “Habéis renovado y dado más futuro a esa promesa sobre la cual se funda nuestra convivencia”. Es decir, más aire para la Constitución. 

Porque de eso iba también el día, de seguir legitimando y asegurando bajo siete llaves la continuidad de esta Constitución con artículos escritos por generales del franquismo a puerta cerrada, impuesta bajo chantaje, que las nuevas generaciones no hemos votado, que metió la corona por la ventana y que niega el derecho a decidir de los pueblos. Y el PSOE, una de las patas de este régimen, es un fiel guardián de este sacrosanto papel.

No vamos a dejar de mencionar tampoco la contribución que han hecho Ayuso y Almeida para este día, llenando Madrid de la cara de Leonor como se podía ver en las farolas del centro de la ciudad desde hace unos días, de banderas de España, con pantallas gigantes de 6x4 en la Puerta del Sol para poder ver los poros a la heredera en su jura, un gran dispositivo policial y 15.000 banderas y unos cuantos dulces rojigualdos para repartir… También decidió la presidenta de la capital darle a Leonor la medalla de la Comunidad, todo es poco por la causa.

La derecha y la extrema derecha madrileña le entregan una medalla de honor a Israel avalando el genocidio al pueblo palestino y una medalla de oro a Leonor, para que quede claro que están del lado del imperialismo y el españolismo más rancio.#NoEnMiNombre @CRTorg @iDiarioES pic.twitter.com/1kFzDB3Ema

— Lucía Nistal (@Lucia_Nistal) October 30, 2023

¿La causa? La ha resumido Ayuso perfectamente en su cuenta de twitter: “Madrid, con la Monarquía. Con la unidad, la libertad y España”. La unidad como sinónimo de negar el derecho a decidir de los pueblos, la libertad solo para los empresarios y corruptos y esa España suya, no esa España nuestra. Pero tranquila, Ayuso, que el gobierno progresista, ni el anterior ni la versión 2.0 que viene, tiene en los plantes nada parecido a cuestionar esos pilares.

De hecho, según ha trascendido a la prensa, el acuerdo con ERC y Junts ya estaría muy avanzando, y en pocos días se presentaría un proyecto de ley de amnistía -muy restringida- a la mesa del congreso, con lo que se habilitaría la votación de la nueva investidura en noviembre. Una investidura para un gobierno que, más allá del acuerdo de esta amnistía parcial para un sector del independentismo, mantiene su firme negativa a conceder lo más mínimo en el sentido del derecho a decidir y que reafirma su compromiso monárquico e imperialista, como ha quedado claro en el acuerdo de gobierno PSOE-Sumar.

¿Y los socios del PSOE qué han hecho durante la Jura de Leonor? Bueno, Yolanda Díaz no ha faltado a la cita, demostrando de nuevo su cierre de filas con las instituciones del régimen. Incluso ha tenido un simpático intercambio con el rey durante su saludo (esto es real, podéis buscarlo en redes). Mientras, la cuenta de twitter de Sumar sacaba un hilo bastante exiguo y nada convincente explicando que la formación en realidad es republicana. Republicana, pero del republicanismo monárquico, ya sabéis. De hecho, no es la única que ha ido, también estaban por allí su portavoz parlamentaria Marta Lois, Esther Gil y Gerardo Pisarello de la Mesa del Congreso y el Ministro de Universidades Subirats.

Por otra parte, han faltado a la ceremonia tres ministros. Alberto Garzón, de IU y ministro de Consumo, comentó hace días que no iría porque la ceremonia le parecía una exaltación de la monarquía, tenía que haber sido “estrictamente civil y mucho más adaptada al siglo XXI”. Otro republicano sui generis, que limita sus demandas a que continúe la corona, pero con ceremonias un poquito menos escandalosas, o algo así.

Las que más han dado que hablar, como viene sucediendo últimamente, son Ione Belarra e Irene Montero, que han hecho declaraciones afirmando que la monarquía es contraria al feminismo, la segunda, y hablando de la República por la que están trabajando, la primera. Y cuesta un poco ver cuál es ese trabajo, si hacemos un repaso a la posición que ha tenido Podemos con respecto a la Corona. Pero la real, no las palabras y gestos vacíos.

Y Podemos, desde luego, dejó pasar un momento en el que se abrió una grieta a la monarquía, tras la abdicación de Juan Carlos I, cuando el gesto más rebelde que tuvieron fue la escenita de Pablo Iglesias regalándole a Felipe VI unos DVDs de Juego de Tronos, por no hablar de las reverencias y besamanos a los que sí han acudido, que son la mayoría, o, por pasar de los gestos a los actos, la ausencia total de propuestas tangibles y efectivas para investigar su corrupción. Lo que es tragarse todos los sapos de la monarquía (o ranas de esas que se convierten en príncipe si les das un beso) para estar en el gobierno mano a mano con el partido monárquico del IBEX que es el PSOE.

Pero ya sabemos cómo es esto, a la monarquía solo se la echa luchando, la historia nos recuerda esta lección. Y hoy tenemos muchos motivos para tener en el punto de mira esta institución que le pone el broche de oro a un régimen para ricos que no quiere que decidamos sobre nuestras vidas. La pelea por el derecho a decidirlo todo, que tal vez empiece hoy por exigir una amnistía de verdad, para todos y todas las luchadoras, y no esta versión fake que nos van a colar, además del derecho de autodeterminación de los pueblos, sigue a la orden del día.


Fuente → izquierdadiario.es

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