El valor de la memoria
Mercedes Núñez Targa, el valor de la memoria 

Éste es un artículo publicado originalmente en la Realidat, por Vitor M. Cabral .

Con este texto pretendemos reflexionar sobre la relevancia como personaje histórico de Mercè Núñez Targa y sobre la importancia de su trabajo sobre la recuperación de la memoria. Y, de forma relacionada, interrogarnos sobre por qué debemos recuperar el pasado. ¿Cuál es su trascendencia? En definitiva, para dar respuesta a cuál podría ser su valor en el contexto de presente.

Mercè decidió, siendo muy joven, participar de forma activa en la defensa del régimen democrático republicano. Durante la guerra, ejerce labores burocráticas en la sede del Comité Central del PSUC. Tras la caída de Catalunya continúa su lucha en la clandestinidad en el PCE hasta su detención. Este compromiso le supuso el encarcelamiento en las cárceles de Betanzos, de A Coruña y, sobre todo, en la madrileña Cárcel de Ventas. Allí vive una cruel y dura experiencia rodeada de sufrimiento y muerte a causa de la represión franquista.

Sin embargo, un error administrativo lo deja en libertad provisional y decide huir a Francia. Una vez atraviesa la frontera es de nuevo detenida y llevada a la cárcel de Perpiñán y al salir pasa un corto período de tiempo en el campo de acogida de Argelès. A finales de 1942 contacta con los compañeros de la V Agrupación de Guerrilleros españoles en Carcassonne que forman parte de la resistencia francesa, donde cumple tareas de enlace, suministra información y su casa sirve de refugio para los guerrilleros.

Mercè vuelve de nuevo a ser detenida, esta vez por la Gestapo, en Carcassone. Allí fue interrogada y torturada y después enviada a la deportación. Fue conducida, primero, a Sarrebruck para ser definitivamente trasladada al campo de concentración y de exterminio nazi de Ravensbrück, donde sufre las penalidades a las que eran sometidas las prisioneras . Pronto será enviada al Kommando HASAG, cerca de Leipzig. Muy poco antes de su liberación es trasladada a la enfermería donde le espera su destino: la cámara de gas. Destino que no llegará a hacerse efectivo por la proximidad de las tropas aliadas.

Tras un período de incertidumbre, es destinada a Francia donde permanecerá en el exilio hasta que las circunstancias políticas hicieron posible su regreso a España. En 1945 atestigua a Carcassone en el juicio a su torturador Renè Bach . Durante ese tiempo mantiene su activismo político para hacer posible el fin de la dictadura franquista y el restablecimiento del régimen democrático republicano. Es parte activa en la creación del Partido Comunista de Galicia en 1968.

Mercè vuelve a España en 1975 y vive entre Barcelona y Galicia. Su compromiso público gira al volante de la memoria y al Partido Comunista de Galicia.

El valor de la memoria

Dejemos para el final otro de los aspectos relevantes de la vida de Mercè, su vocación, y en correspondencia su activismo, para rescatar del olvido todo lo que vio y vivió. Mercè dedicó buena parte de su vida a preservar la memoria ya acercar por escrito y de viva ve su testimonio a las nuevas generaciones. También destinó muchos tiempos a la reconstrucción de la historia de las personas deportadas y formó parte activa de la Asociación Amical de Mauthausen y otros campos.

Explica por primera vez, y en primera persona, la experiencia vivida en la madrileña Cárcel de Ventas en 1950. Una serie de textos que no firma fueron publicados en distintos números de la revista Mujeres antifascistas españolas editada en Francia. Lo que la convierte en una de las pioneras en la recuperación de la memoria histórica. Estos textos formarían parte posteriormente de algunos de los capítulos de su primer libro, Cárcel de Ventas (1967) . Mercedes cumple, así, con la petición que una de sus compañeras de cárcel le pide cuando es liberada en 1940: “Cuéntale a la gente todo lo que has visto aquí […] Que los de la calle lo sepan.”. Años después publicaría su segundo libro La carretilla de los perros. Una catalana en Ravensbrück (1980), donde narra su cruel y dramática experiencia en este campo de exterminio nazi.

Ahora sí, para reflexionar sobre cuál puede ser la aportación de la memoria debemos entender, como punto de partida, que nos encontramos ante un fenómeno complejo, dinámico y con múltiples dimensiones . Para nosotros, cada una de estas dimensiones se corresponde con una aproximación concreta al pasado y responde a unos objetivos concretos, que encuentran, únicamente, su sentido último en un determinado contexto de presente. Y, por ese mismo motivo, atiende e interpela a actores distintos, moviliza recursos de distinta índole y difiere en sus resultados. Así, podemos afirmar que existen tantas memorias como aproximaciones posibles, pero también que todas están interrelacionadas y se complementan unas a otras. La suma del conjunto de las propuestas es la que conforma el corpus de la memoria que en un determinado contexto histórico distintos actores reivindican o recuperan.

¿Cuál es entonces el valor de la memoria? ¿Cuáles son para nosotros hoy estas diferentes dimensiones? La primera sería la humana . Aquella que centra su atención en los colectivos de supervivientes y en las personas que fueron asesinadas. La localización y exhumaciones de los restos de las represaliadas y represaliados y la investigación histórica para conocer la realidad de cada una de las víctimas de la guerra y la represión. La recuperación del pasado como herramienta imprescindible para romper silencio y despertar la amnesia del olvido, y así poder avanzar en el reconocimiento social e institucional y la aplicación de la justicia reparadora tanto en el ámbito moral como material.

Mercedes es una de las víctimas. En un momento determinado y ante la realidad que le tocó vivir, decide tomar partido a favor de la República. La consagración de su vida a la lucha contra los regímenes reaccionarios y fascistas de Franco y de Hitler, le comportó el encarcelamiento en varias prisiones, el confinamiento en los campos de concentración nazis y, finalmente, la condena en el exilio.

Nos adentramos así en la segunda de las dimensiones, la democrática . La implicación de Mercè en la defensa de las libertades civiles en España y en Francia la convierten en un ejemplo para las generaciones actuales y futuras. Especialmente, porque por diversas razones que ahora no vamos a abordar aquí, estamos inmersos en un proceso creciente de despolitización de la sociedad. La reconstrucción, el reconocimiento público y, especialmente, la reivindicación de la vida y la trayectoria de Mercè, así como la de otras muchas personas comprometidas, podría ser una herramienta útil para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de adoptar un papel más proactivo en cuyo sistema político son una parte imprescindible. Un incentivo por fomentar una mayor participación, por ejemplo, en la preservación y ampliación de los derechos civiles y políticos. La memoria histórica se convierte, de este modo, en un recurso más por el fortalecimiento de la democracia.

La Ley de Amnistía aprobada en 1977 resulta, todavía hoy, uno de los obstáculos para juzgar los crímenes del fascismo español, la anulación de los juicios de los tribunales franquistas y la aplicación de la justicia reparadora a las víctimas. Otro, es la falta de voluntad de los jueces y juezas por aplicar la legislación vigente. De hecho, España es el único país en el que no se ha impulsado ningún proceso judicial ni ninguna iniciativa política para acabar con la impunidad del régimen de Franco y poder avanzar en su deslegitimación.

Esta ley fue promovida dentro de los consensos y acuerdos políticos que hicieron posible la transición a la democracia iniciada en 1975. Las generaciones actuales, que no tuvimos ningún papel en este proceso democratizador, deberíamos poder impulsar, a la luz de los cambios que se han producido en la sociedad española en los últimos años, su revisión y reimaginar un nuevo contrato social. Esto abriría, también, la posibilidad de reconsiderar la amnistía y concienciar a la judicatura sobre la necesidad de acabar con la impunidad del fascismo español.

De nuevo la recuperación de la memoria, donde debemos incluir el resultado del importante trabajo realizado por Mercè, puede jugar un papel crucial en este proceso. Así, resulta imprescindible promover una investigación histórica que profundice en las causas del conflicto, para poder movilizar la versión más fidedigna posible sobre lo que ocurrió. La primera de las tareas sería la plena incorporación a ese corpus de conocimientos de la infrarrepresentada realidad de los perdedores de la guerra, los republicanos. Sólo sobre esta base sería posible la aplicación de una auténtica justicia reparadora a las víctimas de la guerra, la dictadura y la transición y la condena de los crímenes del fascismo en España.

De este modo, la memoria cumple un papel relevante en la revisión del período de la transición y en la lucha contra la impunidad y la reclamación moral y material de justicia, la tercera de sus dimensiones.

Existe un último valor de la memoria histórica, la dimensión ideológica . Todas las miradas que pretenden acercarse al pasado, sean del signo que sean, lo hacen en función de unas necesidades y objetivos que sólo se corresponden con el contexto de presente de donde provienen. El conocimiento generado, filtrado en función de estos intereses, contribuye a nutrir al conjunto de ideas que configuran una determinada visión de la realidad, es decir, una ideología concreta.

Por otra parte, demasiadas veces, como apunta José María Predreño, se intenta presentar en la memoria como algo que nada tiene que ver con la actualidad. Al contrario, el presente es siempre consecuencia de procesos históricos que le preceden y en ellos se encuentran las causas que permiten entenderlo y explicarlo.

En España como muy bien apunta Santiago Alba Rico “Los descendientes ideológicos de los vencedores -una minoría con bridas firmes en el Estado- no ha olvidado y no está dispuesta a olvidar su victoria militar y, ochenta años más tarde, quiere seguir gobernando en base a los 'derechos' que esta victoria le otorga”. Para algunos, como en los últimos años se puede constatar de forma cada vez más explícita, el recurso a un determinado pasado comporta réditos electorales y sirve para legitimar discursos y proyectos políticos de carácter reaccionario.

Así, la recuperación de la memoria histórica se convierte, también, en una herramienta para incidir en la actualidad y contribuir a transformarla, y jugar un papel relevante en la confrontación y derrota ideológica del franquismo sociológico que se encuentra subyacente en nuestra sociedad. Pero también, como argumenta José María Pedreño "hablamos de fortalecer los valores democráticos de libertad, de justicia social, de articulación y vertebración de la sociedad civil en torno a estas actividades".

Mercedes se mantuvo leal a su decisión de posicionarse a favor de la República. Y como su legado nos pone de manifiesto, fue una de las defensoras de aquel régimen democrático de libertades y derechos que el alzamiento militar y la guerra rompieron. Su trabajo hacia la recuperación de la memoria pretendió siempre contribuir a la derrota del fascismo, incluso después de la caída de la dictadura franquista, en España y en todas partes y hacer posible el restablecimiento del sistema democrático republicano. Además, desde el silencio en su condición de olvidada de los olvidados -expresión que muchas veces utilizaba Neus Català- procuró que su voz llegara a las generaciones presentes y futuras.

Las políticas de la memoria deberíamos atender y promover de forma integral cada uno de los valores del pasado, como uno de los recursos imprescindibles para construir una sociedad mejor. La dimensión humana por humanizar las heridas. La democrática por decirnos: entre todas y todos, todo. La justicia juzgando a la impunidad para poder tutelar para siempre la consigna “nunca más, en ninguna parte y contra nadie”. La ideológica para convertir la memoria histórica en una idea lógica con la que comprender y transformar la realidad.


Fuente → neuscatala.cat

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