Memoria
Memoria
 

Autores: Antonio Sachs (guion) y Kepa de Orbe (dibujo). Publicado en junio 2023 por Cascaborra Ediciones; 72 páginas, color, y que incluye dos escritos finales de ambos autores, en los que nos explican las razones personales por las que abordaron este trabajo, así como una página con 20 bocetos de las protagonistas.

Antonio Sachs (Murcia 1975): cursó estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Murcia. Escritor y guionista de cómics. Tiene una amplia experiencia y es autor de los guiones de los cómics La chica del cementerio, The Secrets, Tomb, Wicca Las hijas del bosque, Blue Jeans, así como de la novela Vlad Draculea.

Kepa Orbe (Barakaldo 1964). Licenciado en Ciencias de la Información. Ilustrador especializado en materiales didácticos, animación y publicidad. Es autor del dibujo de los cómics 1415 Ceuta la llave de África, Bailén 1808 y la biografía de Valle-Inclán, todos ellos para Cascaborra Ediciones, además del cómic colectivo La crisis carnívora 1 publicado por Norma Editorial.

Con respecto a la Editorial Cascaborra, en enero de 2022 ya publicamos el cómic de esta editorial, 49ª Brigada Mixta Crónica de un soldado, un cómic que nos cuenta la biografía de Manuel Pitarch contada por sus propios nietos. Ya explicamos que es una editorial especializada en la historia de España, con obras muy ligadas a una visión nacionalista de la historia y que hacen referencia a las grandes batallas, gestas y personajes de la historia de  España.

No obstante su catálogo ha ido introduciendo nuevas temáticas, como por ejemplo las biografías, reediciones de cómics y ha ido poniendo el foco en historias acontecidas durante la Guerra Civil Española, el franquismo y el postfranquismo. Aparte del cómic mencionado, anteriormente ha publicado: 1941: Volkhov,  ha reeditado División Azul, ambos sobre la propia División Azul que combatió contra el comunismo en la URSS, como forma de colaboración con la Alemania nazi por parte del franquismo; reeditado también el magnífico trabajo de Tito, la sexalogía Soledad, una invitación a la reflexión sobre lo que supuso la Guerra Civil, nuestra propia memoria histórica y la España vaciada; La primera escuadrilla azul, sobre la participación de aviadores españoles con la Luftwaffe alemana; y España. La vida, sobre la participación en las Brigadas Internacionales de Jean-Léonard, el protagonista de la historia. Ha publicado biografías de personajes, entre los que se incluyen Clara Campoamor, Miguel Hernández o Maruja Mallo. Cascaborra tiene previsto publicar los cómics A sangre y fuego 1 y 2, adaptación de relatos de Manuel Chaves Nogales; El Ángel Rojo, biografía del anarquista Melchor Rodríguez García; Teruel de sitiador sitiado(sobre la batalla homónima) y Tiros en la barriga. La matanza de Casas Viejas. Una editorial que no para de crecer, que se ha rodeado de un numeroso equipo de colaboradores que continuamente están publicando trabajos y sobre la que habrá que estar muy pendientes.

Memoria es, hasta el momento, el único trabajo de colaboración entre Antonio Sachs y Kepa Orbe. Se trata de un cómic ambientado durante la guerra civil en el que las protagonistas son las mujeres de la retaguardia, las mujeres anónimas, incluso niñas,  que a pesar de su inocencia fueron víctimas de la guerra, asesinadas injustamente o torturadas.

La comparación con Cuerda de presas es lo primero que me viene a la cabeza. Comparte con éste magnífico cómic sus protagonistas, las mujeres, sólo que en este son presas encarceladas y duramente reprimidas y torturadas por defender la democracia y sus propias ideas. La mención la considero necesaria, aunque a mi juicio Cuerda de presas está muy por encima de Memoria y por ello se ha convertido en todo un referente en el cómic memorialista.

El argumento de Memoria está dividido en una Introducción que nos sirve para ponernos en contexto y en el que vemos la ocupación de un pueblo, en este caso por las tropas fascistas, la represión posterior, los fusilamientos que se producen, y una mujer que desde la ventana de su casa contempla con horror lo que está pasando y con preocupación su futuro y su vida.

A partir de ahí, el cómic se estructura en quince historias de mujeres, ocho represaliadas por el bando nacional y siete por el bando republicano. Nueve de las historias son individuales y seis hacen referencia a historias de asesinatos colectivos, con dos mujeres o más como víctimas, incluido un acercamiento a la prisión de mujeres de Saturrarán, además de dos niñas asesinadas en un bombardeo de los fascistas y una niña republicana torturada por los fascistas por el mero hecho de que su padre es de ideología republicana. Las historias se nos muestran  ordenadas cronológicamente, salvo las historias números 4 y 5 (17 y 14 de agosto 36 respectivamente), las 9 y el 10 y 11 (14 marzo 37, 4 sept 36 y 30 enero 1937  respectivamente), más el que hace referencia a la cárcel de Saturrarán, que no tiene fecha.

El dibujo es correcto y en el podemos ver viñetas muy completas y detallistas, junto con otras más austeras y con un nivel de acabado y de detalle mucho menor. A cambio, es muy expresivo y eficaz a la hora de plasmar el dramatismo de las diferentes situaciones y es capaz de atrapar rápidamente al lector. La portada resume muy bien lo que se nos quiere contar, violencia y represión hacia la mujer. Violencia ejercida en la mayoría de los casos que nos cuenta, de forma pública, presenciada por muchas personas, que se muestran completamente indiferentes ante lo que está pasando ante sus ojos; incluso en algunas de las historias, la gente participa activamente en la represión hacía esas mujeres.

El cómic se cierra con dos artículos de los autores, que son una exposición de los motivos que les llevaron a hacer este cómic. El dibujante nos habla de cómo las mujeres han sido consideradas ciudadanas de segunda y como son las víctimas propicias de todas las guerras. Se despide diciendo que a través de estas historias no inventadas se consiga llamar la atención y aprendamos que no vale con no ser uno de ellos, sino que debemos dejar de mirar para otro lado.

Más controvertido y polémico son los comentarios del guionista, que empieza diciendo que la guerra se convirtió en una guerra contra la mujer, como queda demostrado en la multitud de crímenes perpetrados y diseñados ex profeso. Todas las mujeres eran inocentes. Ninguna había empuñado un arma o se había visto implicada en delito alguno. Asegura que el cómic no va de bandos, que va de personas. Nos describe el proceso de documentación cómo no partidista. Habla de información veraz, objetiva, histórica, y que para la elaboración de este cómic ha tenido de contrastar  siempre lo contrastado y de nuevo volver a repetir la operación.

Según sus propias palabras “Lo que más me ha impactado del mismo ha sido la dificultad (cuando no imposibilidad) para rescatar datos objetivos e información no partidista sobre este tema, lo que demuestra la alta sensibilidad y, a su vez, desinformación existentes. Cuando la información objetiva e histórica y los hechos contrastados debieran ser quienes hablasen por sí mismos, siempre hay quienes intentan interpretar, modificar y relativizar la verdad para llevársela a su terreno.  La información debe ser contrastada para ser considerada información veraz, pero en este caso, durante el proceso de documentación de Memoria, he llegado a tener que contrastar siempre lo contrastado, y de nuevo volver a repetir dicha operación”.

A pesar de lo que expresa el guionista, y que incluso apostilla con sendas notas a píe de página en los capítulos 13 y 15, tratando así de reforzar sus propios comentarios, no puedo más que mostrar mi disconformidad en dos aspectos que considero claves en el fondo de estos guiones.

Primero decir que no hubiese estado de más que Antonio Sachs nos hubiese detallado cuáles han sido sus fuentes de información, aunque sin embargo no aporta ningún dato para que le haga ser tan rotundo en sus afirmaciones. Hubiese sido más que deseable contar con una amplia bibliografía bien definida que explicite estas historias, como ocurre con los ensayos históricos y también en el mundo del cómic histórico.

Segunda objeción es para mí la equidistancia a la que el guionista recurre. Conviene recordar que la represión no fue igual, ni siquiera comparable en los dos bandos. De las 200.000 personas que se estima que fueron asesinadas producto de la represión, 50.000 lo hicieron en el bando republicano, y 150.000 en el fascista; además, terminada la guerra, se calcula que fueron asesinadas, después de ser sometidas a los juicios farsa fascistas, unas 50.000 personas, además de 40 Diputados a Cortes. De todas estas cosas hemos hablado largo y tendido en este foro. Luego equidistancia como tal no está justificada.

Además, la represión no tuvo la misma naturaleza en los dos bandos. Mientras que en el bando republicano, la represión es mayoritariamente producto de la desaparición del poder político del estado  como consecuencia del propio golpe militar franquista, con dirigentes republicanos cómo Manuel Azaña, Indalecio Prieto o Julián Zugazagoitia (fusilado por los franquistas), por citar sólo a algunos, que se opusieron públicamente a las ejecuciones sumarísimas y llamaron continuamente a poner fin a las mismas.

Por el contrario, en el bando “nacional”, militares ilustres y destacados líderes del golpe fascista, como el General Mola, que decía: “Es necesario propagar una atmósfera de terror. Tenemos que crear una impresión de dominación (…) cualquiera que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado”. O dirigentes golpistas tan destacados como Queipo de Llano (famoso por su crueldad y sus arengas radiofónicas), Onésimo Redondo (y sus famosas patrullas del amanecer), o el General Yagüe (el carnicero de Badajoz), entre otros, porque la lista es inmensa, destacaron por sus  actitudes criminales  y sus discursos, que incitaban al odio y a la brutal represión.

Lo refleja muy bien el historiador Julio Aróstegui cuando afirma “que las ejecuciones y asesinatos cometidos en la zona rebelde obedecieron a decisiones tomadas por mandos militares o por sus aliados civiles – carlistas, monárquicos, tradicionalistas, católicos, fascistas – que consideraban la muerte de sus enemigos un fin en sí mismo. Los asesinatos y las ejecuciones en la zona leal fueron, por el contrario, resultado de la desaparición del Estado, del hundimiento de sus normas”.

Por lo tanto hablar de que la represión fue igual en los dos bandos no parece lo más justo, sino que más bien parece una broma de mal gusto.

Aparte de este no menor matiz, este cómic merece nuestra atención y un hueco en este blog.

Un saludo. Casimiro Castaño.


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