Hay noticias, decenas, centenares, que pasan desapercibidas para situarse en el departamento del olvido. Hay olvidos que se normalizan y nos alejan de la realidad. Pero a veces la realidad nos aplasta por no haber prestado atención en el momento preciso
El pasado 13 de septiembre, la Asociación Covite se dirigía al Ayuntamiento de Bilbao protestando por un homenaje a Jon Urzelai Imaz (1), asesinado por la guardia civil en plena dictadura franquista, y pidiendo la retirada de un monolito erigido en su recuerdo en el barrio de Zorroza.
El alcalde Bilbao, Juan Mari Aburto, ha retirado raudo y veloz el monolito (2), basando su actuación en la Ley 4/2008 de 19 de junio (3). Decisión y criterio que son fruto de su interpretación exclusivamente personal.
Tras denuncia de Covite, el Gobierno municipal de Juan Mari Aburto retira monolito que recordaba al miembro de ETA Jon Urzelai Imaz, tiroteado por la Guardia Civil el 11 de septiembre de 1974, en pleno franquismo, en una emboscada en el barrio bilbaino de Zorrotza. pic.twitter.com/QvpJC5K0lb
— agustin goikoetxea (@goikodeustu) October 3, 2023
A Jon Urzelai Imaz le asesinó la guardia civil en una emboscada en un piso, era el 11 de septiembre de 1974. No me importa qué siglas llevase Jon, en el año 1974 Jon pertenecía a las decenas de jóvenes que se enfrentaban a la dictadura franquista, a las personas que luchaban, cada una con los medios de que disponían, contra el régimen genocida e ilegal de Franco, que practicó el terrorismo de Estado de principio a fin, con unas fuerzas de “orden” público que disparaban a matar sin necesidad de hacer preguntas, con la Brigada Político Social y la Guardia Civil torturando en las comisarías y cuartelillos de todo el Estado a su libre albedrío, sin olvidar que el año 1974 es recordado por la ejecución de Salvador Puig Antich a garrote vil. Durante el último trimestre del 74 fueron detenidas 1.309 personas: 478 en octubre; 197 en noviembre y 634 en diciembre. El Tribunal de Orden Público (TOP) incoó durante ese año 2.382 causas, 217 más que en 1973.
Jon Urzelai Imaz formaba parte de una juventud que, desde los años sesenta, recogió el testigo de la lucha por la libertad, y se enfrentó cara a cara al franquismo.
El 11 de septiembre de 1974 el franquismo asesinaba, el régimen criminal y terrorista seguía sembrando cadáveres como parte de su política de férreo control. No había democracia, ni nada que se le pareciese, había tortura sistemática, presos políticos y gatillo policial fácil: podía ser en un control o repartiendo un panfleto, podía ser en una huelga o en una movilización universitaria.
En 1974 el terrorista era el Estado franquista, no quienes luchaban contra él. Pretender hacernos creer ahora lo contrario es mentir y manipular la historia, y precisamente ese relato es el que adopta el alcalde de Bilbao, siguiendo las instrucciones de Covite. El relato que sirve para blanquear los últimos años del franquismo (¿o el franquismo en general?), y que se usa también para blanquear la transición, unos años en los que el Estado siguió asesinando y no de forma casual, reprimiendo todo lo que fuera disidencia.
Blanquear ese pasado sigue trayéndonos lodos a la memoria histórica, permitiendo que los fascistas “pop” de hoy practiquen sus discursos y acciones con total impunidad y contribuyendo a desvirtuar la resistencia antifranquista. De seguir ese camino, dentro de poco se volvería a prohibir a Lorca o a Miguel Hernández (4) , al tiempo que se acusaría de terroristas a la columna Durruti, que defendió la Ciudad Universitaria, o se condenaría a todo el Ejercito Popular Republicano.
Luchar contra una dictadura es un deber ético, y quienes lo hicieron contribuyeron a la democracia actual, que será mejor o peor, pero es la que tenemos. Ellos y ellas se enfrentaron contra un régimen que era una gran banda armada que asaltó el poder y lo retuvo aplicando sus leyes, dando sus bendiciones, beneficiando a su gente y reprimiendo a cualquiera que dudase lo más mínimo.
Y algo más sobre las vecinas y vecinos del barrio de Zorrotza: a finales de la década de los setenta, vecinos de Zorrotza habilitaron un parque recuperando un erial. De manera comunal se le dio forma y se acordó bautizarlo con el nombre de Jon Urzelai, recordándolo en el barrio como víctima del franquismo. “Era un sentir del barrio. Lo mataron en plena dictadura franquista, por lo que en el barrio nunca ha habido ningún problema”, recuerdan desde la asociación vecinal. El monolito llegaría más tarde, hace ahora 18 años. Durante este tiempo no había habido ningún impedimento por parte del Ayuntamiento. Si bien la placa ha desaparecido en más de una ocasión, los vecinos se han encargado de reponer y guardar la memoria.
No vale todo, no puede valer que tras las manoseadas siglas de ETA se quiera meter todo sin orden ni tiempos, sin rigor histórico, descontextualizando la historia para repetir machaconamente el relato que hizo el franquismo.
Notas:
1.- Jon Urzelai Imaz (1948-1974)
2.- Aburto obedece a Covite y quita el monolito de Jon Urzelai, muerto en 1974 por la Guardia Civil
3.- Ley 4/2008, de 19 de junio, de Reconocimiento y Reparación a las Víctimas del Terrorismo
4.- Como
acaba de ocurrir en Torrelodones (Madrid) donde el Ayuntamiento de
PP-Vox ha suspendido un homenaje a Miguel Hernández alegando que los
jardines donde se iba a celebrar no estaban en condiciones
Fuente → loquesomos.org
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