Oriol Solé Sugranyes nació en Barcelona en 1948. Pertenecía a una familia de clase media catalana, era hijo del eminente geógrafo y geólogo Lluís Solé i Sabarís, catedrático de la Universidad de Barcelona, cuyo hermano Felip fue Senador por el Partit dels Socialistes de Catalunya. Desde joven, Oriol mantuvo un compromiso por la libertad, un combate encarnizado contra de todo tipo de explotación y opresión, en un contexto social dominado por la imposición del capitalismo apoyado por la dictadura franquista. Revolucionario, anticapitalista y libertario, contó siempre con la estimación de sus compañeros y amigos.
Originalmente militó en el PSUC y en el PCE, evolucionando ideológicamente hacia posiciones cercanas a la autonomía obrera, el anarquismo. A principios de los años 70 contactó con grupos más combativos del movimiento obrero de a través de las Plataformas de Comisiones Obreras. Posteriormente vivió en Toulouse desde donde participó en la constitución del MIL (Moviment Ibèric d’Alliberament). El 25 de marzo de 1971 fue detenido por la policía francesa al tratar de entrar en España junto a Rouillan en un coche robado. Fue encarcelado en Francia hasta principios del verano de 1972. En septiembre de 1973 volvió a ser detenido junto a Josep Lluís Pons Llovet tras atracar una sucursal de la entidad financiera La Caixa en el municipio de Bellver de Cerdaña (Lérida), y ya no saldría de prisión hasta abril de 1976, cuando participó en la espectacular evasión de la cárcel de Segovia junto a un grupo de presos de ETA.
En abril de 1976, Arias Navarro era el presidente del gobierno español, y Fraga Iribarne ministro del Interior. Muchas voces reclamaban la amnistía de los presos políticos, pero la posición del régimen era inflexible. Franco había muerto hacía 5 meses, pero el franquismo le sobrevivía. El 5 de abril de 1976, 29 presos se fugaron de la cárcel de Segovia utilizando un túnel que habían excavado durante 4 meses. Veinticuatro eran militantes de ETA y los otros 5 eran catalanes, militantes del Front d’Alliberament Català (FAC) y del MIL. Uno de ellos era Oriol Solé. La medianoche del 5 de abril, los fugados llegaron a un punto del Pirineo navarro donde debían encontrarse con un grupo de mugalaris (guías fronterizos) que ayudaban a cruzar la frontera entre España y Francia.
Una desconexión con los mugalaris obligó a los evadidos a intentar ganar la frontera por sus medios, sin alimentos, con frío, lluvia y niebla, mientras eran perseguidor por la guardia civil, que había desplegado un amplio dispositivo. Ya de noche, a las afueras de Burguete en territorio navarro de Euskal Herria, cerca de la frontera francesa, el grupo se dispersó a consecuencia de un encontronazo con la guardia civil. Sólo 4 evadidos y una chica llegaron a Francia días después, entre ellos, Carles Garcia Soler, militante del FAC. El grupo en el que se encontraba Solé fue rodeado por la guardia civil, quienes arrestaron a la mayoría, eran las 11 de la mañana del 6 de abril. A uno de los agentes se le «escapó» una ráfaga de su fusil, hiriendo gravemente a Oriol Solé Sugranyes, quien murió poco después. Tenía 28 años. Está enterrado en el cementerio de Bor (Lérida).
“Es memoria histórica, y la historia de una vida trágica”, explica el músico Jaume Ayats en “La balada de Solé Sugranyes”, la ópera de bolsillo estrenada en febrero del 2023: “Solé Sugranyes tomó decisiones que fueron consideradas discutibles y sin efectividad política o social, pero se jugó la piel luchando contra la dictadura y mantuvo una coherencia hasta el final”. Solé Sugranyes reivindica la posibilidad de “la revuelta”, en el sentido en el que la describía el escritor Albert Camus: “La revuelta, la voluntad secular de no someterse, seguir manteniéndose de pie en el movimiento informe y furioso de la historia”.
Oriol Solé Sugranyes fue asesinado al inicio de la llamada “transición ejemplar”, resultado de un pacto entre élites políticas y económicas, bajo la vigilancia de los militares franquistas, que fue sobre todo un fraude histórico y social que perpetuó y mantuvo intacta la estructura de dominación existente. Oriol se ha mantenido vivo en el recuerdo de sus familiares, amigos y compañeros. Su presencia se mantendrá viva ahora y siempre a cada lucha que se comience que vaya encaminada a una emancipación personal y colectiva contra todo tipo de dominación.
Documentos: VilaWeb (Xavier Montanyà). Sapiens.cat. Descontrol. Imagen de Wikipedia
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