Estuvo casado con Elisa Pardo Ruiz y tuvo 3 hijos. En el plano político, Pérez Martín comulgaba con un Republicanismo moderado, cuando no conservador. Militó en el Partido Reformista de Melquiades Álvarez y en Julio de 1931 resultó elegido presidente del Partido Republicano Liberal Demócrata. Ajeno a cualquier tipo de radicalismo, su talante conservador explica que el gobernador civil, Alonso Velarde Blanco, lo eligiera para formar parte de la Corporación Municipal que en 1934 reemplazó a la presidida por el Socialista Antonio García-Quintana Núñez, cesada precisamente por supuestamente haber apoyado el movimiento revolucionario de Octubre.
Pese a ello los fascistas se cebaron con Pérez Martín. Todo parece indicar que su militancia Republicana y ciertas inquinas de colegas universitarios con influencias entre los golpistas provocaron su persecución, a pesar de que tenía fama de “hombre buenísimo, muy bonachón”. En un informe secreto del gobierno civil franquista de 5 de octubre de 1936, consta que todo su «delito» era ser considerado «masón y afiliado a Izquierda Republicana», aunque otras fuentes lo niegan.
Al igual que Federico Landrove López, diputado socialista y auxiliar de Derecho Procesal, fusilado por los fascistas en 1936, el catedrático Pérez Martín había desestimado una moción denunciando las autonomías catalana y universitaria barcelonesa, que en 1932 un grupo de profesores conservadores presentó al Claustro. La moción fue desechada, pero los votantes en contra pasaron a formar parte de una lista negra que sirvió para su depuración 4 años después.
En el año 1932, un grupo de violentos, entre los que se encontraba el falangista Jose Antonio Girón de Velasco, asaltó la Universidad. Los asaltantes hirieron e insultaron a varias personas, una de ellas el rector Andrés Torre Ruiz, y causaron graves destrozos materiales. Cuando fueron detenidos, se les abrió un expediente disciplinario. Arturo Pérez votó a favor de su expulsión de la UVa. Girón fue luego ministro de Trabajo con Franco y destacado ultraderechista.
A raíz del golpe fascista del 18 de Julio, unos compañeros o amigos de la familia le dijeron a su esposa que tuvieran cuidado, los falangistas estaban matando a maestros y a profesores. Arturo Pérez Martín se quedó en su domicilio sin salir, esperando que pasase aquella violencia, hasta que fue “sacado” por un grupo de falangistas, entre los que se encontraban alumnos suyos. «Lo hicieron subir a un coche, le dijeron que lo llevaban a declarar, y ya no lo volvieron a ver más», según el testimonio recogido por Orosia Castán. Era el 29 o 30 de septiembre de 1936, le pegaron 2 tiros en la sien, y apareció muerto y abandonado en una cuneta cercana al pueblo de Santovenia. Su cadáver ingresó el 30 de septiembre en el depósito judicial de Valladolid. La causa oficial de su muerte fue “lesión cerebral”, era el eufemismo que los golpistas utilizaban para denominar a un asesinato.
Arturo Pérez Martín ha sido uno de los decanos más sobresalientes de la facultad de Ciencias, su biografía y las circunstancias de su triste final han permanecido ocultas para la Universidad y la Facultad, donde hoy es un perfecto desconocido, resultado de las políticas franquistas de abandono de las personalidades Republicanas. Sigue siendo una de tantas celebridades relegadas al olvido.
Documentos: El Norte de Castilla (Enrique Berzal). Izquierda Castellana. Represión franquista en Valladolid (Orosia Castán)_
No hay comentarios
Publicar un comentario