La Iglesia Católica Española, arraigada en la historia y cultura del país, ha sido durante mucho tiempo un pilar fundamental en la formación moral y educativa de millones. Sin embargo, detrás de sus puertas sagradas, se escondía un oscuro secreto. La pederastia, un acto aberrante, se practicaba con impunidad bajo el manto de la religión.
El Concordato Franquista: El Paraguas Protector
Hagamos un viaje en el tiempo. Durante el régimen franquista, se firmó un concordato con la Santa Sede. Esto proporcionó a la Iglesia un tipo especial de inmunidad y poder. Pregunto: ¿Podría este concordato haber sido una llave dorada que les permitiera actuar sin ser cuestionados? No lo sabemos con certeza, pero lo que es claro es que hoy en día, ese concordato sigue vigente.
El Alto Costo del Silencio
12,000 millones de euros anuales. Esa es la cifra que los españoles invierten en la Iglesia, a través de fondos públicos. ¿Nos hemos parado a pensar dónde va ese dinero? Es doloroso imaginar que parte de ese dinero podría haber ido a encubrir crímenes tan atroces.
Educación Religiosa: ¿Un Lugar Seguro?
Uno pensaría que enviar a sus hijos a una escuela religiosa les garantizaría una educación moral y segura. Sin embargo, muchos de estos actos han ocurrido precisamente en estos recintos educativos. En lugares donde la fe debería ser el núcleo, se encontró la traición más grande.
Y en lugares como la Comunidad Autónoma Vasca, donde estas instituciones tienen garantizada su financiación, surge la pregunta: ¿Hasta cuándo permitiremos que nuestros impuestos financien a instituciones que han ocultado y protegido a los culpables?
Un Camino Hacia la Justicia y la Reparación
El primer paso hacia la reparación es admitir el problema. El secretismo, como bien dice el refrán, al principio puede ser una protección, pero con el tiempo se convierte en una cárcel. Es momento de limpiar, de podar lo podrido.
Reflexiones Finales
Ante un escenario tan desolador, nos encontramos en una encrucijada moral y ética. ¿Continuaremos siendo cómplices con nuestro silencio y nuestra financiación? La historia nos juzgará, y es nuestro deber tomar cartas en el asunto, buscar la verdad y asegurarnos de que se haga justicia.
Que este triste episodio nos sirva de lección. Para mirar con lupa a las instituciones que veneramos y recordar que, al final del día, están hechas de seres humanos con fallos. Y en casos como estos, con crímenes que deben ser castigados.
Fuente → bilbaohiria.com
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