Recordando los últimos ejecutados de Franco
Recordando los últimos ejecutados de Franco
Enric Pierna

Hace 48 años, el 27 de septiembre de 1975, la dictadura del general Franco daba sus últimos golpes de horror ejecutando a 5 antifranquistas. Intentaba demostrar la firmeza de un régimen que estaba entrando en su fase final. Un régimen que se inició en 1939 con miles de ejecuciones y que terminaba también con ejecuciones. Un régimen que intentaba, de esta forma, evitar o retrasar su momento final, que la muerte del dictador, que todo el mundo preveía muy cercana, anunciaba inexorablemente. Se vislumbraba la democracia después de tantos años de una dictadura que dejaba las cunetas regadas de cadáveres. Una dictadura que terminaba con cinco fusilamientos que parecían una síntesis de lo que había sido el régimen por la historia de España. 
 

Aute compuso una canción dedicada a este hecho, que cantó primero Rosa León y después el propio Aute la incorporó a su repertorio: “Al Alba”, que se convirtió en un himno a la libertad y que se ha convertido en una de las canciones más paradigmáticas de la Transición de la dictadura en la democracia.

Los cinco fusilados que pasaron a la historia como los últimos ejecutados del franquismo, eran tres miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) y dos de ETA político-militar, a los que se acusó del asesinato de varios policías. Formaban parte de un proceso judicial en el que fueron condenados a muerte 11 miembros de estas organizaciones, de los que se ejecutó a cinco: José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, del FRAP, y Juan Paredes Manot y Ángel Otegui de la ETA.

Las repercusiones de las ejecuciones fueron bastante importantes: doce países llamaron a sus embajadores a consultas, se produjeron huelgas y manifestaciones en el interior del país y grandes manifestaciones en muchos países europeos, la embajada española en Lisboa fue incendiada. ONU debatió si expulsaba a España o no del organismo, la Iglesia, con el Papa y varios obispos progresistas pidieron clemencia al Dictador, etc. La respuesta del régimen a este importante movimiento de repulsa fue la convocatoria en la plaza de Oriente de Madrid, el 1 de octubre, de una manifestación de adhesión al Dictador, que la presidió acompañado del entonces príncipe de España , Juan Carlos de Borbón.

50 días después de la manifestación Franco murió. Nunca más en España sería ejecutado a nadie.


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