Aute compuso una canción dedicada a este hecho, que cantó primero Rosa León y después el propio Aute la incorporó a su repertorio: “Al Alba”, que se convirtió en un himno a la libertad y que se ha convertido en una de las canciones más paradigmáticas de la Transición de la dictadura en la democracia.
Los cinco fusilados que pasaron a la historia como los últimos ejecutados del franquismo, eran tres miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) y dos de ETA político-militar, a los que se acusó del asesinato de varios policías. Formaban parte de un proceso judicial en el que fueron condenados a muerte 11 miembros de estas organizaciones, de los que se ejecutó a cinco: José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, del FRAP, y Juan Paredes Manot y Ángel Otegui de la ETA.
Las repercusiones de las ejecuciones fueron bastante importantes: doce países llamaron a sus embajadores a consultas, se produjeron huelgas y manifestaciones en el interior del país y grandes manifestaciones en muchos países europeos, la embajada española en Lisboa fue incendiada. ONU debatió si expulsaba a España o no del organismo, la Iglesia, con el Papa y varios obispos progresistas pidieron clemencia al Dictador, etc. La respuesta del régimen a este importante movimiento de repulsa fue la convocatoria en la plaza de Oriente de Madrid, el 1 de octubre, de una manifestación de adhesión al Dictador, que la presidió acompañado del entonces príncipe de España , Juan Carlos de Borbón.
50 días después de la manifestación Franco murió. Nunca más en España sería ejecutado a nadie.
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